El Cazador Cazado

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Pasaron varios días, la joven y el lobo seguían yendo regularmente a la casa de la abuela, ella estaba muy feliz de tenerlos todo el tiempo en casa, pero la madre de la joven ya había comenzado a sospechar.

-Caperucita ¿A dónde vas?- Preguntó la madre saliendo por el pasillo.

-Es que le prometí a la abuela que la ayudaría con sus flores.

-Últimamente vas muy seguido ¿Ha pasado algo?

-No, nada.

Caperucita caminó hasta la puerta intentando evadir a su madre.

-Los aldeanos han encontrado el escondite del lobo.

Estas palabras hicieron que Caperucita se congelara.

-No quiero que salgas hoy, de seguro el lobo estará enfadado, si te encuentra te atacará y te matará.

Caperucita salió disparada hacia el bosque, pero antes de adentrarse en él se dió la vuelta y miró a su madre, quien estaba obserbandola con preocupación desde la puerta.

-No me pasará nada, te lo prometo.- gritó, y luego desapareció entre los árboles.

En poco tiempo llegó a la casa de la abuela y entró sin siquiera detenerse a tocar la puerta.

-¡Abuela!- Gritó nada más entrar.

-Querida, calma, ¿Qué pasa?

-¿Donde está?

-Justo aquí.- El joven bajó las escaleras y caminó hasta la sala, de inmediato caperuzita corrió hasta él y lo abrazó.

-Creí que te habían encontrado.- Dijo con los ojos hechos agua.

-Estoy bien no te preocupes.

Caperucita dejó salir una pequeña sonrisa, pero esta felicidad no duró mucho. Se escuchó el sonido de la puerta al ser golpeada, la abuela hechó un vistazo y luego miró a los jóvenes.

-Son los aldeanos, salgan por detrás.- susurró.

Ambos corrieron hasta la puerta de la cocina, la abrieron y corrieron hacia el bosque, mientras, caperucita no dejaba de rogar por el bienestar de su abuela.

-Caperucita, tenemos que separarnos, tu vuelve a tu casa, yo me esconderé en otra parte.

-Pero... no quiero dejarte solo, ¿Y si te atrapan? Iré contigo.

-¡no! Soy más rápido solo, además si te ven conmigo te meterás en problemas.

La joven titubeó, pero al final optó por hacer caso al lobo y corrió en dirección a su hogar.

Una vez allí intentó abrir la puerta, pero esta estaba asegurada. ¿Qué habrá sucedido? La joven temió lo peor.
De nuevo, corrió lo más rápido que pudo hasta la casa de la abuela, los aldeanos rodeaban la entrada y la anciana estaba parada frente a la puerta.

-Les digo que la única que me visita es mi nieta ¿Qué motivos tendría yo para ocultar al lobo?- Decía la abuela.

-Entonces déjenos entrar y revisar su casa, uno de los leñadores dijo que vio entrar al lobo ¿Por qué se reusa? - Gritaba uno de los aldeanos.

-Porque es mi casa y no permitiré que la invadan solo porque "alguien vio al lobo entrar".- Dijo haciendo comillas con los dedos.

Al ver la situación, a caperucita se le ocurrió que podía ayudar a su abuela. Como nadie había notado su presencia corrió al bosque y tomó algunas manzanas que habían en un árbol no muy lejano, luego corrió de vuelta a la casa.

caperusita roja y el loboWhere stories live. Discover now