Capítulo 17

2.9K 350 228
                                    

Sus labios se movían suavemente en una danza que parecía perfecta.
Como si hubiesen practicado durante años.
Sus dedos estaban entrelazados, sin intención de soltarse.
Y mientras, Foxy bostezaba por la aburrida película que Chica había escogido ver.

¿Qué se creían? ¿Que Foxy finalmente superó su miedo y besó a Golden? ¡Claro que no! Se ha repetido varias veces, es un cobarde.
De hecho, desde que le confesó a Golden su fobia, no se atrevió ni si quiera a mirarlo.
Se moría de vergüenza.

Chica lloriqueaba y se sonaba los mocos con ganas, al ver la película que prometía ser triste, pero en aquel momento, cuando la protagonista no podía llorar de una forma más prolija -hablando de todo el maquillaje que era visible, y no se había corrido de alguna forma mística, o el poder de la edición-, Foxy no hacía más que bostezar repetidamente, sin remedio alguno, se moría de aburrimiento

—¡Maldito insensible! ¡¿Cómo puedes bostezar cuando Mark ya está en el vuelo al California?!—Preguntó Chica, al notar que Foxy no mostraba ni un poco de pena

—Por favor, todos sabemos que ese tipo va a volver y van a tener una escena súper cursi—Respondió Foxy, rodando los ojos

—¿Ya la viste?

—No, es la regla cliché de películas para chicas sensibles como tú—Explicó

—... Ya veremos eso...

Y sí, la regla cliché había actuado, el protagonista volvió y hubo miles de lágrimas, abrazos, besos y palabras empalagosas.

Cursilerías.
La debilidad de Chica.
Si alguien le decía algo lindo, ella inmediatamente caía rendida a sus pies.
Debía admitir que era una chica bastante enamoradiza

—Bueno... Intentaré recordar que no se pueden ver esta clase de películas contigo cerca—Comentó Chica

—No sé si indignarme o alegrarme—Respondió Foxy

—Prueba ambos.

—... Nah—Soltó Foxy—Oye, debo irme, tengo cosas que hacer.

—Está bien, cuídate.

—Igualmente, adiós.

A decir verdad, no tenía nada que hacer.
Solo quería estar solo.
Necesitaba pensar.
Eso era todo.

No quería pensar en Golden, pero durante su día, era lo único en lo que pensaba.
No quería pensar que estuvo apunto de besar a Golden, pero no podía sacarse de la cabeza todas las cursilerías que Golden le había dicho.

Quizá... Esa también era su debilidad...

Se echó en su cama, mirando el techo.
Ese era su refugio.
Ahí se sentía a salvo.
Sentía que nadie le haría nada si se mantenía en su cama.

Su teléfono comenzó a vibrar, así que con toda la pereza del mundo lo tomó y vio quien lo llamaba.
No se tardó ni dos segundos en lanzar el teléfono al otro lado del mundo -Bueno ¿Para qué exagerar? Cayó unos centímetros más allá de sus rodillas, aunque considerando su estatura, ese sí era el otro lado del mundo-, Golden lo llamaba.
¿Por qué siempre se ponía tan nervioso con ese nombre?
¿Así de cobarde era?

Suspiró, cerró los ojos unos segundos tratando de calmarse, aclaró la garganta y contestó

—¿Qué quieres?—Preguntó rápidamente

—Decirte algo—Respondió Golden, con ese típico tono calmado, que, por el contrario, ponía a Foxy de los nervios

—Apresúrate.

—Te amo—Soltó, con toda naturalidad del mundo, naturalidad que era prácticamente incomprensible

—Cállate.

—Eso era todo lo que quería decir.

—¿Y para eso me llamas? Eso podías decírmelo en cualquier momento, imbécil.

—O sea... ¿Quieres que te lo diga de frente?—Ahora su tono era algo juguetón

—¡Jódete!—Y sin más colgó, para rápidamente dejar el teléfono en la cómoda, y cubrirse de pies a cabeza con las sábanas—Eres un maldito imbécil...

Pero eso no cambiaba lo enamorado que estaba.
Adoró oír aquellas palabras de Golden.
Dirigidas a él.
Pero nunca lo diría en voz alta.
Aquello se quedaría solo para él.
No se atrevía a decirlo.
Solo maldecía por lo bajo.
Maldecía a Golden.
Maldecía su obsesión.
Maldecía su amor.
Maldecía su cobardía.
Maldecía su fobia.
Maldecía su idiotez.

Aún no comprendía si Golden solo jugaba con él, o si realmente correspondía tal sentimiento, pero cada vez que sus miradas se cruzaban, el mundo monocromático y monótono en el que Foxy vivía, se volvía a color, todo era incluso más colorido que los típicos fuegos artificiales de año nuevo cuando Golden estaba cerca.

Quería poder decir cosas tan lindas, pero era un total cobarde

—Yo también te amo, Golden...—Murmuró, antes de caer dormido

Difícil -Golxy-Where stories live. Discover now