Capítulo 34

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Justin aparcó en frente de casa de _tn_.

-Tengo miedo… - dijo ella sosteniendo la expulsión en las manos.
...
-No lo tengas, yo te acompaño… - abrió su puerta y salió – vamos, _tn_. Tú eres fuerte. Si has podido aguantar a tu padre hasta ahora, vas a superar decirle que te firmen esto. Y si no puedes, se lo pido yo.

_tn_ aun tenía las llaves de su casa. Abrió la puerta y entró. Ana se asomó, des de la cocina.

-_tn_... – dijo emocionándose – Que bien que hayas vuelto…

-No he vuelto, mamá… - dijo dejando pasar a Justin. – solo vengo a que me firmes esto…
Ana suspiró. Cogió el folio.

-Pero… esto es una expulsión… - dijo abriendo los ojos. – Joder, _tn_. Te vas de casa, y ahora te expulsan del instituto – dijo llena de rabia. _tn_ ya se esperaba alguna bofetada. Pero su madre aguantó. La quería, la quería más que a su vida. Y lo que más deseaba era que arreglara las cosas con su padre y volviera a casa. Así que solo apoyó el folio en el mueble del pasillo y cogió un bolígrafo de encima de la mesa – intenta comportarte… ¿vale?. – dijo, mientras la miraba con lagrimas en los ojos –

-También necesito la firma de Oscar. – dijo _tn_ agachando la cabeza.

-Dame, yo se lo traigo… - Ana volvió a coger la expulsión y se dirigió al comedor. – por el momento es mejor que no habléis… si no volveréis a discutir.

Su madre desapareció ante los ojos de Justin y _tn_, hacia otra sala. Pronto se escuchó alboroto.

-¡Debes castigarla! – se oyó la voz de Oscar- Ana, por dios, es una expulsión. No es una notita de agenda. – retiró el sillón.

-Amor, es una adolescente, es normal que tenga altibajos… - dijo Ana hiendo detrás de él. Pero Oscar no hacía caso.

-Niña, ya estás volviendo a casa. O si no iré yo a por tus cosas. – dijo Oscar agarrando a _tn_ del brazo.

-Suéltame…

-Suéltela. – repitió Justin.

-¿Y tu quien eres? – Oscar intentó reconocer la cara de Justin - ¡Joder! Si eres el que la vino a buscar a la casa del bosque.

-Se equivoca… soy su profesor.

-¿Qué me equivoco? Te reconocería en cualquier parte. – miró a su hija - ¿con que tu profesor? Supongo que algo más que tu profesor. - _tn_ le escupió en la cara.

-No me hables así. – dijo zafándose de su mano, que la apretaba con fuerza – es mi profesor, y ha venido porque sabe todo lo que ha pasado.

Ana agarró a Oscar de los hombros.

-Venga, déjalos… firma el papel y dejemos la discusión. – Oscar la empujó, haciendo que
Ana cayera al suelo, rasgándose el brazo con el canto del mueble.

-¡Mamá! - _tn_ se agachó para ayudarla. Le sangraba la herida. - ¿Has visto lo que has hecho, mal.dito hijo de pe.rra? – le dijo _tn_ con lágrimas en los ojos.

Oscar hizo un rápido garabato en el papel.

-Toma si esto es lo que quieres. – se lo tiró, junto al bolígrafo. – pero a mí no me molestéis más. – cogió su abrigo y se marchó de casa.

Justin se agachó para ver la herida.

-Deberias desinfectarte esto…

-Lo sé… - dijo Ana también con lágrimas en los ojos. Se levantó y se fue al baño.

-Deja que lo vea – dijo Justin cogiéndola del brazo. Abrió el botiquín y sacó un botecito de yodo, junto con algo de algodón. Mojó el algodón y se lo pasó suavemente por la herida. Ana tuvo un escalofrió. Justin sopló la herida. _tn_ lo observaba todo, apoyada en el marco de la puerta. Se puso celosa, aun que sabía que Justin no se interesaría por su madre. Primero porque le sacaba veinte años. Y luego… no hay luego. Su madre era guapísima, y no aparentaba cuarenta y cinco años. Siempre estaba la edad en medio. - ¿Mejor? – dijo Justin.

-Si… gracias. – le dijo Ana. Justin le vendó la herida con un par de gasas.

-Deberías denunciar a Oscar – le recomendó Justin.

-¿Te crees que Abigail y yo no se lo hemos dicho veces? – murmuró _tn_.

Ana agachó la cabeza. De veras había sido la gota que colmaba el vaso. ¿Y ahora que haría? Irse al bar, emborracharse y volver ebrio a casa. Dar golpes a todo, quejarse por cualquier cosa. Ya no lo soportaba más. Ana se levantó, se enjuago la cara y se la secó con la toalla.

-Si no necesitáis nada más… - se hizo pasó entre Justin y _tn_ - Me permitís… y me voy a los juzgados a pedir los papeles del divorcio. – Eso fue lo último que los oídos de _tn_ escucharon, antes de que la puerta se cerrase, detrás de Ana.

Llevaban veintisiete años felizmente casados. Pero sin saber por qué, Oscar empezó a cambiar… era horrible. Los últimos años lo habían pasado fatal, Ana y _tn_. Abigail se fue a los dieciocho, ella ni siquiera aguantaba el carácter de Oscar. Ahora que sabía todo lo que les hacía, lo odiaba aun más. _tn_ sonrió y se cubrió con el agua hasta taparle la boca. Su madre había hecho la elección perfecta. Ya no más problemas… ya no.
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-_tn_. – dijo su hermana entrando en el baño - ¿Cómo me ves?

-Perfecta. – dijo __ mirándola. Iba con un minivestido negro de lentejuelas y unas botas elegantes de tacón alto del mismo color. Unos labios rojos como la sangre y los ojos con una simple línea negra. El toque perfecto, un bolso gris claro, junto con los aros de las orejas – estás muy guapa -confirmo.

-Vale…

-Que vaya bien con Diick

-Eso espero… creo que me quiere pedir matrimonio…

-¡¿Si?! – dijo _tn_ levantándose de golpe y abrazando a su hermana.

-¡_tn_! – dijo su hermana riendo – ¡me has mojado!

-Te secas con el secador, que es un momento… - ella sonrió – estoy muy contenta… ¿me invitaras no?

-¿Eres tonta o te fumas chicle, mocosa? – dijo Abigail riendo – claro, serás mi damita de honor ¿a que si?

-Por supuesto…

-Y vas a traer los anillos.

-¡Perfecto! - _tn_ palmeó las manos como una niña pequeña – ¡ya tengo ganas de que llegue el día!

-_tn_... – su hermana negó con la cabeza – no está ni confirmado, ni sé si me va a
pedir matrimonio… y tu ya pensando en que quieres que llegue el día.

-¡Claro! Soy optimista. Ahora ve, no lo hagas esperar – se rió de Abi – pero sécate antes.

Su hermana negó con la cabeza riendo.

-Hasta luego, pequeña. – le dio un beso en la mejilla – Y cuidado con quien me traes hoy en casa… que aun me tienes que presentar al de ayer por la noche.

- ¿Cómo lo sabes?

-Porque me he encontrado unos calzoncillos en tu cuarto, que precisamente no son de Diick. – sacó algo de una bolsita que había colgado al lado de las toallas y boreó la cinta de los bóxers de Justin. _tn_ los cogió de una revolada. – Si, si, ahora sonrójate. – dijo Abi guiñándole un ojo – pero para la próxima, me presentas a tu noviete… quiero saber a quién mete mi hermana en mi propia casa.

-Claro, claro… venga, corre, que llegas tarde. – dijo _tn_ empujándola fuera del baño para no seguir con esa charla.

_tn_ apoyó la espalda mojada contra la puerta del baño. Apretó los bóxers en sus manos.Justin… Justin… lo que me estás causando. Pero no sabes cuánto te necesito, mi vida.

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Voy a ser tu maestro |HOT| {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora