Introducción. Parte II

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En esta ocasión, hay seis elementos fundamentales que llevarán a esta tripulación a desembarcar en el hueco marcado en el mapa.

Pasaron los años, pero cada partícula del reloj de arena que se deslizaba por la delgada unión de cristal, entre una ampolla a la otra, no solo marcaba el tiempo, sino que también el recorrido.

De ahí pasamos a la brújula, fiel guía que parecía desconcertada al comienzo, pero que siempre estuvo marcando el camino correcto. Algo largo al principio, pero en fin el certero.

¿Qué hay del ancla? Sin él la tripulación perdería estabilidad temporaria antes de continuar con la marcha. Dicho sea de paso, que sin un resistente timón y un capitán perseverante y con propósitos, seguirían navegando sin rumbo, perdidos bajo una nube negra y esa tempestad atroz que tarde o temprano los ahogaría.

Con el candelabro iluminaron el mapa, marcaron un círculo y, por último, agarraron la espada y la clavaron en el centro de la figura.

He ahí los seis elementos fundamentales con los que se puede combatir la negrura del ser humano: reloj de arena, brújula, ancla, timón, candelabro y espada.

El hijo de la Bestia © [Tomo 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora