Prólogo

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Yo tengo una teoría: todos tenemos una alma gemela en el mundo. Sólo hace falta buscarla. Y yo la he encontrado. Mi amor platónico vive en la Calle Cupido n° 18. ¿Qué casualidad, no? El dios del amor y mi número favorito. Ella es una persona alegre, risueña, positiva, guapa, divertida, lista, amable, honesta,... En fin, lo mejor del universo. Pienso que me quedo corta. Nada es comparable con esa chica. Creréis que soy un chaval enamorado, pero todo lo contrario. Me llamo Alba, Alba Reig y sí, me gustan las mujeres. Desde que era muy pequeña, siempre he mirado a chicas y me he fijado en ellas. Demasiado, mejor dicho. Las adoro. Pienso que los hombres son los peores seres que existen en el mundo. Así soy yo. Pero sólo tengo ojos para una. Desde los 14 años he estado enamorada de Rocío Cabrera. Yo la defino como "Mi amor". Ella es una de las muchas adolescentes populares del instituto, y yo soy una de las pocas marginadas superdotadas que se esconden de los demás, buscando un hueco en la soledad para que no se den cuenta de que existo. Jamás se ha fijado en mí y eso que vamos a la misma clase de 2° bachillerato. Estoy segura de que es hetero, pero la esperanza es lo último que se pierde. Lo seguiré intentando. Rocío siempre ha estado rodeada de gente que no la tratan como deben. Se merece lo mejor del mundo. Se interesan por ella debido al dinero que tiene su familia. Sus abuelos paternos son marqueses, su padre es jefe de una empresa multinacional china y su madre es ingeniera aeronáutica en Estados Unidos. Nunca tienen tiempo para ella. Se queda sola en su mansión de Madrid, junto su tía, sus criadas y su hermana, Sonia, mi mejor amiga. Sonia es la melliza de Rocío y siempre se han llevado muy bien, aunque son como el día y la noche: una la guay, la otra la empollona; una la madridista, la otra la colchonera; una de ciencias, la otra de letras. Y pudiendo ser de la misma familia podrían estar en igual bando en el instituto. Parecían verdaderas hermanas más que unas simples amigas. Hablaban entre ellas y conectaban entre sí. Sonia es quién mejor conoce a mi amor. Me ayuda a saber cómo es, qué cosas le gustan, cuáles son sus lugares favoritos... Su vida, en general. Ella y Rocío no se dirigían las miradas en clase. Cada una iba a lo suyo: la peliazul se venía conmigo (nos teníamos la una a la otra y con eso era suficiente) y Rocío con los tontos (ella es la única decente en ese grupito).
Luego, de vuelta a casa, ya entablaban alguna que otra conversación.

Pero lo que más me enganchaba a Rocío y llevaba haciendo desde hace 4 años era que todos, todos, todos los días le escribía una carta anónima donde le expresaba mis sentimientos y se la dejaba enganchada en el cristal de la ventana de su habitación a las 19:30 de la tarde, hiciera frío o calor, lloviera o haga sol. Siempre a esa hora porque no estaba en casa y así no me descubriría, ya que se apuntó a clases de piano. Lo único que importaba era que leyera esas cartas. No les ponía dueño porque tenía miedo a perderla si le digo quién soy. Algunas veces los escribía en prosa; otras en verso mediante sonetos o romances; y mis favoritas. Las frases de canciones de su grupo favorito: (que también era el mío) Auryn. Ninguna persona describe lo que siento como Carlos, Blas, Dani, Álvaro y David. Sus letras, su melodía. Todo era perfecto. Encajaba perfectamente con mi vida.
Sonia me avisaba si las había visto o no. Decía que las leía una y otra vez cuando antes de ir a dormir. Pensaba que era Jorge, el chulazo de todo el instituto. Tenía dinero, fama, belleza... pero es muy bobo como para escribir todo aquello que siento. A veces Rocío no se da cuenta de lo que hay a su alrededor.
También su melliza me contaba que le gustaban demasiado y se obsesionaba con esas cartas. Se lo comentaba a sus amigas la mañana siguiente, pero ellas pensaban que era un secuestrador o algo por el estilo. ¿Yo? ¿Un secuestrador? Difícil.
Pero todo esto empezó por iniciativa propia. Sonia me pilló un día escalando su mansión hasta llegar al lugar de colocación del manuscrito hace dos años.

******FLASHBACK******

Ya terminé mi última poesía. La verdad que hoy encontré la inspiración y me había salido bastante bien. La guardé en un sobre con olor a vainilla (su preferido) y preparé los últimos retoques poniendo "Para la mejor chica del planeta" en la parte posterior.
[19:22]
Hora de salir. Cogí mi chaqueta de cuero y salí de casa.

Mi "Te quiero" en tu ventanaWhere stories live. Discover now