Capitulo nueve

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¿Alguna vez te has enamorado de alguien? Y no hablo de esa forma absurda de enamorarte, de esa que te cuentan en los libros, de esa que cuentan en las canciones de amor, de esa que todos experimentan al principio con la persona equivocada. De esa donde al principio te la pasas en las nubes pero al día siguiente ya no es lo mismo. No, yo no hablo de esa forma.

Yo hablo de la forma en cuando de verdad te enamoras de alguien, de esa forma en la que dejas de ver a través de ti, dejas de ser tu y comienzas a ver todo el mundo como lo ve él. Y no te cansas de hacerlo porque el te lo hace ver todo más maravilloso de lo que en realidad es. Te hace olvidar la realidad y la tergiversa a su manera que tu olvidas tu propia realidad y decides vivir en aquel mundo de fantasía que el ha creado para ti y es bonito y se siente bien que no te importa no regresar a tus sentidos; prefieres mil veces vivir en aquella realidad alterada que él ha construido para ti, para los dos.

Yo seguía en esa fantasía que Michael había hecho para mí. Seguía mirando las cosas del modo que las veía él y seguía sintiendo como sentiría él.

Y a pesar de que el pecho me ardía no me quejaba porque esto era lo que yo quería, lo que me gustaba. Que Michael decidiera irse no me causaba ninguna sorpresa, era de esperarse luego de que el decidiera borrarme de su vida. Empezar de cero.

Y eso era lo que más me molestaba de todo esto.

Michael podía irse, podría estar a un millón de años luz lejos de florida, lejos de mi con la oportunidad de volver a iniciar de nuevo, de encontrar alguien que le hiciera ver el mundo de esa forma tergiversada que es el amor. Que sintiera a través de esa persona.

Que lo amara de verdad.

Que no fuera yo.

Y yo tenía que quedarme en Florida viendo como a quien yo de verdad amaba hacia su vida sin mi. Sin recordarme un poquito.

Había hecho ya tantas cosas para recuperlarlo que me estaba cansando, que me preguntaba si de verdad valía la pena esforzarme tanto para recuperar a alguien que se me había ido de las manos.

-¿De verdad estas dudando?

Diría Calum con expresión dudosa y después haría un gesto con el rostro tratando de decirme que era un estúpido.

Pero ¿lo era? Es decir ¿de verdad me hacía un estúpido dejar de luchar y resignarme a una vida infeliz?. Encontrar una pareja, una nueva pareja, no es algo tan complicado lo complicado es amar. Sinceramente.

Y a pesar de que yo lo amaba a él entendía que si no solucionaba necesitaba dejarlo hacer su vida lejos de mi.

Debía dejar de blandir mi espada de héroe y dejársela a alguien más. Pero no sin antes dar una ultima batalla.

Me senté cerca del tubo de metal amarillo donde se anotan los goles de campo, mirando hacia todo y hacia nada a la vez, hundiéndome en el profundo mar de pensamientos mediocres y poco alentadores.

Era tan pesimista.

Y él era tan optimista que casi éramos el uno para el otro. Complementábamos a la perfección, como el yin y el yang.

Me recargue sobre mis brazos y estiré las piernas dejando que la leve brisa golpeara mi rostro haciendo volar mi cabello y acomodándolo en todas las direcciones hasta que cesó dejándome despeinado y con mala pinta.

-¿Puedo sentarme contigo?- preguntaron detrás mío. Asentí sintiendo a Michael sentarse a mi lado. -No ha sido mi intención ser tan grosero contigo. Pero cada que te veo siento como una batalla en mi cerebro. Es raro, siento como si estuviera mal estar contigo pero... me gusta. Me hace sentir calma.

Solté una leve sonrisa.

-¿Demasiado? No quería incomodarte. Lo siento.

-Esta bien. No tienes porque disculparte yo lo entiendo.

-Es solo que eres tan intenso. Ni siquiera te conozco. No se porque me siento así contigo. Tan... ¿lleno de vida?

-No deberías sentirte así con Calum. ¿El te agrada no? Creo que eso se siente cuando alguien te agrada.

-¡Exacto! Y por eso estoy tan confundido. Me hacer evocar recuerdos.

Mi corazón se detuvo y después vino la ráfaga de preguntas. ¿Que clase de recuerdos? ¿Buenos? ¿Malos?.

-No son malos. ¿Haz visto ratatouille? Sé que es un mal ejemplo pero ¿lo haz visto?

Asentí sin dejar de mirar el verde de sus ojos.

-Bueno, cuando el crítico recuerda su infancia con el platillo. Así me siento. No como que recuerde mi infancia - soltó una risilla- si no, como a gusto. Como feliz. Calum me ha dicho lo de los Cds por cierto. No te debiste molestar, fue un lindo detalle pero no me conoces bien ¿porque hacerme regalos?

-¿Porque no? Solo fue un detalle, si no los quieres puedes regresarmelos.

-No no para nada. Muchísimas gracias de verdad.

Comenzó a acercarse tan lentamente que yo podía jurar que el tiempo se detuvo, podía escuchar mi respiración y mi corazón.

Miré hacía el frente y deje que sus labios quemaran mi mejilla.

-¿Raro?

Preguntó al verme tenso.

Negué, entonces él se recostó en mi hombro y me dijo:- Creo que tu me agradas más que Calum y no tengo idea de porque.

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Es el mejor capítulo que he escrito ¿donde esta mi premio nobel? Ah que.

forgettin you ✨ MukeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant