Breaking Past (Shizaya)

Todo era perfecto

Todo no podía ser mejor. Todo era tan increíblemente perfecto.

O así pensaba...

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—¡SHIZU-CHAN, CUIDADO!

/CRASH/

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—No entiendo a los humanos.

—Eres Dios... ¿No creaste tú a los humanos?

Agarré un poco más fuerte mi mochila y miré abajo a mis pies mientras caminaba, un cierto ser de color negro iba a mi lado.

—Yo mismo no soy humano, por lo que no puedo relacionarme a ellos.

—No me digas...

Paseamos pacíficamente por las calles de camino a Raira, o al menos yo lo estaba...

—¿Cómo es que me estás vigilando, de todos modos?

Vi como la gata caminaba elegantemente. La cola arriba al aire balanceándose de lado a lado, al igual que su peludo abrigo suavemente en el cálido aire.

Siguió callada, no pareciendo como i me fuera a dar una respuesta.

—¡Oi, hey Rosell! No está bien ignorar una pregunta —molesté un poco. Escuché un casi silencioso bufido y reí para mis adentros por la victoria.

—¿Vas a responder alguna de mis preguntas?

—Depende de qué sea la pregunta.

La observé con una expresión curiosa, una sonrisa empezó a formarse por su cuenta. —¿Puedes decirme cómo voy a morir? Le pregunté. Finalmente la gata me miró por un momento. Antes de que su escalofriante mirada volviera al camino.

—Algunas cosas es mejor no saberlas. Ese es el porqué toda la humanidad no quieren saber cómo seguramente van a morir. Si lo supieran, no serían capaces de vivir su día a día —respondió Rosell con aburrimiento. Suspiré y dejé que la pregunta se fuera.

Las calles estaban empezando a llenarse ahora. Otros estudiantes dirigiéndose a sus escuelas, ocupadas personas de camino al trabajo, y aún estaba pacifico a nuestro alrededor. El sol brillaba sin ni una nube a la vista.

Pero, a pesar de lo pacífico del día, extrañamente me sentía muy intranquilo.

—¿Cómo es vivir con Izaya? —dejé que la pregunta se deslizara por mis labios. Mi intención original no había sido decirla en voz alta (pero demasiado tarde). Tomamos una vuelta en un callejón que estaba vacío. Normalmente los uso para acortar camino si quería llegar a Raira más rápido, pero ahora sólo necesitaba algo de privacidad con bruja gata.

—Está muy encariñado contigo —respondió. Noté una pizca de diversión en su tono. Sangre corrió a mis mejillas y maldije a mis adentros.

—Aunque esa no fue mi pregunta.

—Pero es lo que de verdad deseabas preguntar.

Yo no odiaba para nada a lo gatos. Sólo a este.

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El tiempo avanzaba.

O más bien.

La arena estaba corriendo más rápido.