Capitulo 9

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Marinette POV

No pude dormir ayer, toda la noche me quedé pensando en el problema de Adrien, busque en internet información sobre personas ciegas, cómo ayudarlas, qué necesitan, etc. Mis ojeras no eran tan notables pero me pesaban los ojos.

- ¡Marinette! ¡A desayunar!- gritaron desde abajo mis padres. Me levanté con pereza, y baje las escaleras de mi habitación, mi padre estaba leyendo el diario y mi madre sirviendo los huevos revueltos.

- buenos días- dije sin ganas y dando un bostezo al final.

- ¿Mala noche, hija?- me preguntó mi madre, yo asentí y me senté en mi lugar.

- ¿Te preocupa algo?- dijo mi padre, pensé un rato y otro bostezo salió, vaya que tenía sueño.

- ¿Saben cómo una persona puede quedar ciega?- dije mirándolos, mi mamá puso un dedo en su barbilla y luego subió los hombros.

- bueno, hay muchas maneras, por nacimiento, accidente o por alguna enfermedad que le haya impedido seguir viendo- dijo, mi padre asintió.

- ¿Por qué la pregunta, cariño?- tomé un vaso de jugo de naranja.

- bueno, ayer que fui al hospital me dieron un nuevo paciente que es ciego y quiero ayudarlo, es de mi edad por eso el interés.

- bueno para un adolescente es más difícil, a esta edad normalmente ellos salen a fiestas, con sus amigos, etc. Debe ser difícil, ¿Cómo se llama tu nuevo paciente?- preguntó, sonreí.

- se llama Adrien Agreste, es hijo de los diseñadores Gabriel y Emilie Agreste eso me sorprendió más, no leí que sufrieran algún accidente- dije con sorpresa, mis padres se miraron y se sorprendieron como yo cuando me enteré.

- vaya, pobre chico- dijo mi madre, vi mi celular y tenía un mensaje. Era de la señora Agreste.

"Marinette, buenos días, te espero en el café central a las 10:00 am espero verte ahí, gracias por aceptar mi invitación. Atentamente, Emilie Agreste."

Vi la hora en el reloj de mi pantalla, 9:30 am salte de la silla, mis padres me miraron raro.

- ¡Rayos! Lo olvide por completo, mamá, papá, la señora Agreste me invitó a tomar un café y es en media hora, no tardaré mucho lo prometo- dije rápido, ellos rieron y asintieron con la cabeza, subí rápido a mi habitación y saque lo primero que vi.

- ¡Rayos! Lo olvide por completo, mamá, papá, la señora Agreste me invitó a tomar un café y es en media hora, no tardaré mucho lo prometo- dije rápido, ellos rieron y asintieron con la cabeza, subí rápido a mi habitación y saque lo primero que vi

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Un suéter floreado, una falda rojo intenso con un pantalón delgado negro unas zapatillas negras de gatitos. Me fui al baño a lavarme, salí lo más rápido que pude, me cambié, me hice una coleta, agarre la cartera que tenía en frente y salí disparada, me despedí de mis padres y salí corriendo al café central, estaba a unas calles pero por la hora era tarde.

9:55 am me faltaba cruzar la pista y listo, llegue, me acomode y entre visualice una cabellera larga rubia, está volteo dejando ver a la señora Agreste, me acerque.

- buenos días, perdón la demora- salude, ella se levanto y me dio un abrazo, me beso la mejilla y le devolvió el saludo.

- no te preocupes, llegas puntual, ¿quieres pedir algo?- me preguntó, ya en si con la corrida de maratón se me fue el hambre, negué con la cabeza.

- bueno Marinette, dime lo que me querías decir ayer- dijo sonriente, en su mirada aún podía ver tristeza.

- ammm bueno, creo que un buen tratamiento para Adrien sería que socializará con otros chicos de su edad así tendría más confianza en sí mismo, aparte que estar en un mismo ambiente por mucho es estresante aunque no lo pueda ver- finalice, la señora Agreste junto sus manos y apoyo el mentón en ellos.

- te entiendo... Para Adrien es difícil hacer amigos desde pequeño, al único que tenía era a su hermano- dijo con voz sensible.

- ¿Hermano?- se me escapó, me tape la boca y me sonroje no debí de mencionar eso después de enterarme que muriera.

- sí, verás, te contaré.... Cuando me casé a los veintiséis años yo ya esperaba un hijo de mi esposo estaba a los cinco meses, ese bebé era mi alegría era mi primer hijo, mi todo, di a luz a mi primer hijo, un varón, Gabriel y yo estábamos súper felices, fue un embarazo joven pero no me arrepentí de nada. Mi hijo era un bonito rubio de ojos azules, lo llame Félix, cuando él tenia diez di a luz a Adrien ellos se llevan por unos diez años, al principio como todo primogénito se ponía celoso de su hermano pero con el tiempo le llego a querer más que a nada en este mundo, se volvieron cómplices, mejores amigos, confidentes, todo lo que uno se puede imaginar, pero- hace una pausa y suspira- cuando Félix termino la secundaria, a los diecisiete años, él y Adrien regresaban de un paseo, ese día sentí un mal presentimiento, algo apretaba mi pecho, el sentido de madre supongo. Me llamaron por teléfono y me dijeron que había sufrido un accidente automovilístico, corrí al hospital y me dijeron que el mayor murió al instante y el menor sufrió un fuerte golpe en la cabeza que afecto una parte que podía tratarse pero tardaría en curarse, mi corazón se partió en dos, una parte de mi se había ido, Gabriel llegó y me atrapó ante que me desmayara, nos quedamos en el hospital toda la noche, Adrien pasó ahí tres semanas dormido, cuando despertó grito "¡¿Mamá, estás ahí?! ¡Mamá, no veo nada! ¡Mami ayúdame! ¡Félix! ¡Esto no es gracioso! ¡Felix, ya! ¿Dónde esta mi hermano? ¡Quiero verlo! Mamá no veo nada. ¡Alguien por favor!" Lo tuvieron que sedar porque no podía estar quieto, lloré mucho esos días. El entierro fue triste, Adrien lloraba porque no podía ver a su hermano le dijimos que él había hecho un viaje largo que no sabíamos si regresaría pero cuando creció se dio cuenta que había muerto, nunca lo supero, hasta ahora aún llora por su hermano, es muy triste, Félix era todo para él y ahora no tiene a nadie en si- finalizó con lágrimas saliendo de sus verdes ojos, mis mejillas estaban húmedas, también lloraba.

- lo lamento mucho señora, no tenía idea que él hubiera sufrido tanto- dije con tristeza, ella limpio sus lágrimas con su pañuelo y me sonrió.

- fue hace mucho, pero las heridas quedan- dijo con una sonrisa.

Al final ella accedió a inscribirlo en la escuela que voy, la acompañe y ayude a llegar, una limusina vino por ella y yo me fui al hospital, hoy tocaba visita y fui más tranquila que de costumbre.

- ¡Marinette! Hola hija- dijo la señora Johnson. La saludé con un beso y un abrazo, acompañándola hasta el parque, subí el elevador y me dirigí al cuarto de Adrien, lo vi sentado, solo, el había levantado la cabeza y no mostraba emociones.

- tardaste mucho, ton- dijo pero no le dejé terminar pues no podía pensar en otra cosa que en su vida, sufrió mucho en su infancia. Lo abracé, un abrazo sincero, donde demostraba que no estaba solo, que me tenía a mi su loca enfermera.

- lo siento- dije mientras lo apegaba más a mi, él seguía tieso como una roca, pero luego correspondió el abrazo, lo sentí temblar y le acaricie la cabeza, quién diría que algo así cambiaría nuestra relación.

[capítulo editado]☑️
10/11/21

Se mis ojos [EDITADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora