Podría enamorarme... De ti.

Capítulo 4: "Everything Has Changed-Taylor Swift ft. Ed Sheeran"

Capítulo 4

"Everything Has Changed-Taylor Swift ft. Ed Sheeran"

    Una mañana, mientras me había dispuesto a caminar sola, porque Leah y su hermano estaban trabajando. Londres ahora se presentaba ante mí de una forma distinta.

    De una manera en que parecía que solo deseaba confabularse ante mí y ante alguien que no esperaba.

    Me detuve un momento en un rincón visible ante cualquier transeúnte o cualquier conductor que pasará por allí con su automóvil. Estaba todavía de pie cuando coloqué mi mano en la cara y empecé a respirar lentamente.

     Odiaba sentirme así, sabiendo que pronto se me pasaría.

      Era algo de lo que realmente había aprendido a vivir durante esos días. Y era normal. Nada de qué preocuparse. Simplemente era una consecuencia por aquello que había quedado en el pasado.

—¿Te sientes bien?— me preguntó alguien al detenerse detrás de mí. Y algo dentro de mí recordaba esa voz que extrañamente aún no había olvidado.

    Me giré sorprendida. ¿Acaso me equivocaba?

— ¿Tú?

— Hola... ¿Te sientes bien?— volvió a preguntarme.

— Estoy bien... Gracias.— mentí un poco al sentirme incómoda.

     Y en ese instante sentí que las piernas me temblaban y se me hacían gelatina. Ahora literalmente no me sentía bien. Solo esperaba que se abriese la tierra.

    De todo el mundo en esa ciudad, ¿por qué tenía que haberse detenido él a preguntarme?

    ¿Y por qué la tierra aún no se abría debajo de mis pies?

— ¿Estás segura?... Te ves algo pálida.

— Ya se me pasará... No es nada. Créeme... No es la primera vez que me pasa...—dije al sonreír una vez más apenada.

— ¿De veras? Tengo mi automóvil cerca si quieres que te lleve a alguna parte.
— No te preocupes... En serio...

— No estaré tranquilo hasta ver algo de color en tus mejillas... ¿Qué te parece si te invito a tomar algo?

— ¿Invitarme a tomar algo?

    Deseé una vez más, y en serio, que se abriera la tierra en ese preciso momento porque ya me imaginaba mi tonta cara. El asombro, podía jurarlo, me delataba por completo junto aquella impresión de no poder creerme todo aquello.

    No había pensado que mi salida de esa mañana me llevará a él. Pero, una vez más me equivocaba.

— Créeme... Cuando te marches estaré bien...

— ¿Y quién dijo que pienso marcharme?...— esas palabras habían salido de sus labios, antes de pensarlas, por lo que él se asombró aún más que yo— ¿Te invito un té? ¿Un café?... Lo que tú quieras...