Vendido | Larry

Capítulo 5: La Tristesse Du Diable

Digan que todo está bien.

No lo está.

Me ha traído flores todos los días, la última semana.

Pero hoy que despierto no hay flores.

Tampoco hay notas.

En cambio, veo un anillo en mi mesa de noche.

Está en un estuche cristalino sobre un cojín negro.

Y es de oro rosa.

Tiene grabados interesantes, hechos con demasiada delicadeza. Y tiene un cristal en el centro.

Es hermoso.

Pero no voy a usarlo.

No voy a darle ese gusto.

Al lado, hay una nota doblada perfectamente a la mitad.

Te espero en el balcón. Hoy a las diez.
Ponte lindo ;)

Tampoco pensaba ir.

Y si era algo que me condenaba a que me tratara mal, prefería que lo hiciera a que me obligara lidiar con todo esto.

Apestaba. Realmente me sentía mal.

ʟᴏᴜɪs

Lo conocía desde antes.

Él no sabía nada.

—¡Louis! —volteo a ver a mi abogado, está caminando con una bolsa en la mano y viene con demasiada prisa hacia mí.

—¿Qué pasó?

—Tenemos que hablar. El gobierno está exigiendo cuentas de un millón que retiraste hace un mes ¿Qué pasó? El banco tiene a tu administrador con un arma en el cuello y tú no has declarado nada.

—No me toca declarar hasta el próximo mes.

—Bien. Apresura esas declaraciones. —lo miro con atención. Camina de largo hasta el ascensor y marca un piso, lo dejo irse. Cuando el ascensor vuelve, entro y marco el piso ocho.

Era un domingo cuando lo vi.

Era mi descanso.

Hace seis meses.

Pasé con una amiga por ahí, Harry trabajaba en una cafetería como mesero.

No voy a negar jamás que me gustó.

Pero no le hablé porque estaba trabajando.

Ese mes me fui a Marruecos durante un mes entero.

Conocí a un chico que se llama Jaden. Nos hicimos "amigos" en un casino bastante peculiar.

Ese día conocí cosas que no había conocido.

Presencié cosas que no había presenciado nunca.

Y una vez estás ahí, estás obligado a no decir nada.