Parte 9

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Alejandro
Llegue al punto donde los fuertes vientos chocaban haciendo grandes tornados, apenas y podía ver cuando pasaban corriendo a una velocidad increíble, imposible de creer.

Lalo y muerte intercambiaban golpes, puñetazos y patadas que volaban, levantando los fuertes vientos, Lalo era rodeado por una extraña luz amarilla y muerte era rodeado por una luz blanca.

Para igualarlos en velocidad, tenía que ser el doble de rápido de lo que era mi máximo, algo que Oliver no tenía contemplado en el que sería el plan B para mi.

Aún sabiendo que mi velocidad era lenta para ambos, yo me lancé hacia el ser que era rodeado por la luz blanca.

Con mis cuchillos en manos, intente dar cuchilladas a donde era el origen de esa luz blanca, pero todo lo que vi fue una sonrisa de muertes qué pasó a escasos centímetros de mi rostro, tan cerca había pasado de mi rostro que si Evelyn nos hubiera visto ella hubiera sentido celos, fue en una milésima de segundo en la que sentí un fuerte golpe en el vientre.

Un único golpe que me mando a volar varios metros, soltando mis cuchillos pero logrando que fueran a donde yo iba siendo dirigidas por las cadenas amarradas en mis brazos.

Sentía que estaba apunto de impactar fuertemente contra el suelo, pero sin darme cuenta yo ya estaba de pie, solo pude ver una luz amarilla que se alejaba de mi, había sido Lalo quien aún con su pelea contra muerte el había evitado que yo fuera a dar contra el suelo.

Sentía gran impotencia, era como el día del eclipse en la pelea contra el rey demonio, pelea donde no pude ser de gran ayuda, de nuevo me estaba sintiendo como un inútil.
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Caí al suelo de rodillas, sintiéndome derrotado.

Rafael
El intercambio entre nuestros ataques era uno presente en cada segundo, ella con sus dos espadas y yo con mi katana, ella tenía la ventaja en armas y en su velocidad, pero yo con mi poder sombra inclinaba la balanza hacia mi.

Transportándome a pocos metros podía evitar que cualquier ataque fuera crítico para mí.

Del suelo mis amigos sombra volvieron a pisar el suelo de los vivos, los 4 sujetaron a guerra evitando que está se moviera, con una tajada de mi katana la peli roja termino soltando sus dos armas haciendo que estás cayeran al suelo.

No necesitaba de las granadas, podía crear un agujero negro en la palma de mi mano, que absorbería todo a donde lo dirigiera.

Mi piel y mis ojos habían vuelvo a su forma normal, ambos ya no eran de ese color negro carbón, pero las sombras seguían desprendiéndose de mi cuerpo.

El agujero negro en la palma de mi mano estaba absorbiéndolo todo, pero aún ante la situación guerra sonreía macabramente.

— ¿ Por que sonríes en un momento como este ? — yo pregunte en calma total, me había equivocado, no era necesario que yo perdiera mi cordura dejándole al poder sombra tomar control total de mi.

— La flecha del triunfo ya fue lanzada, nosotros venimos anunciando el final del mundo, pero nosotros no seríamos quienes los acabaríamos — guerra decía de una forma muy alegre, como sino le importara ir y ser absorbida por al mundo sombra.

— Sea lo que sea que venga a declararle la guerra a este mundo, todos lo detendremos porque Dios nos puso como los intermediarios que lo castigarían por tal enorme tabú — con esas palabras que salieron de mi boca de una forma sería y en tono fuerte, guerra se dejó absorber por el agujero negro que estaba en la palma de mi mano.

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