Prometo amarte © | PA#3

Capítulo 15

Lilian.

— Debes... debemos hacer que se quede — insiste Cristóbal.

En sus ojos puedo ver la tristeza que siente al saber que su hermano se quiere quedar en Londres, lejos de su familia.

— ¿Qué tengo que hacer? — no dejo que la desesperación llegue a mi voz. Sin embargo, dentro de mí hay un caos total — ¿Cómo haré que se quede?

Quizás Cristóbal tenga miedo de no volver a tener su hermano cerca, pero siempre se mantendrán en contacto. En cambio yo, tendré que conformarme con lo que me digan los demás, porque jamás podría tenerle en frente otra vez para decirle lo tonta que he sido y lo mucho que lo amo y le amaré siempre.

— Tenemos que hacer lo que sea — acaricia mi hombro —, hay que buscar la forma de convencerle.

— Matías ya ha decidido sacarme de su vida — oculto mi rostro entre mis manos — creo que cualquier cosa que haga estará mal, ya no tengo chance de volver a estar con él — empiezo a sentir que las lagrimas humedecen mis ojos y mis manos.

— Nada estará mal — me quita las manos de la cara para poder mirarme a los ojos —. Te prometo que nada de lo que hagas estará mal, Lily — me anima.

— No sé si me lo dices porque lo sientes de verdad o porque quieres que tenga el valor de hacer que se quede aquí — me seco las lágrimas.

— Las dos cosas — dibuja una pequeña sonrisa en su rostro.

— Sabes lo mucho que te quiero ¿verdad?

Él asiente sin dejar de sonreír.

— También te quiero, Lily — me desordena el cabello.

Cris se queda en silencio, mirando un punto fijo detrás de mí. Me doy la vuelta con el miedo y la ilusión de que sea Matías, pero me equivoqué y la decepción no tarda en aparecer.

Él observaba a una chica morena con una frondosa cabellera castaña quien esta charlando con nuestros amigos.

— Tengo que presentarte a alguien — dice por lo bajo.

Me vuelvo hacia mi amigo quien se ve algo avergonzado.

— Te has perdido de muchas cosas — vuelve a sonreír pero esta vez con mucho más animo.

Pasa un brazo por mis hombros y me obliga a caminar a su ritmo para llegar donde se encuentran los demás. La chica al percatarse de que estábamos aproximándonos a ellos, se gira un poco y le sonríe a Cristóbal. No hacen falta palabras para describir lo que ellos sienten, con solo mirarles a los ojos puedo darme cuenta que hay algo más que una amistad. La mirada de mi amigo le delata, y es ahí cuando vuelvo a recordar la primera vez que se enamoró. Sólo que esta vez estoy cruzando los dedos para no verle con el corazón roto.

Este momento me recuerda tanto a Matías, porque cada vez que veía que me acercaba a él me sonreía de una manera que me quitaba la respiración y me paralizaba el cuerpo — ¿Así es como se ve desde afuera? ¿Así de enamorados nos veíamos? —.

— Hola — se acerca ella y le da un beso corto en los labios.

Me libero del brazo de Cristóbal para darle un poquito más de privacidad. Sin embargo, él es más rápido y me toma del brazo antes de que me ubique al lado de Felipe.

— Lily, espera.

Ella me mira con atención.

— Olivia, ella es mi gran amiga Lily — Olivia me sonríe con amabilidad —. Lily, ella es Olivia — inhala —. La chica con la que he estado saliendo.

Mi amigo parece nervioso, como si le estuviese presentando a su novia con su madre.

Intento no parecer tan sorprendida, sí que me he perdido de muchas cosas todo este tiempo. Jamás hubiese imaginado volver a ver a Cristóbal en una relación.

— Es un gusto conocerte, Olivia.

— El mío también, Cris me ha hablando mucho de ti.

— Ahora que se han conocido — interrumpe Felipe — necesito que me sigas contando como es esa cosa de tirarse en paracaídas, Liv.

— Oh sí — sonríe, le vuelve a dar un beso en los labios a Cristóbal para luego retomar la conversación con los demás.

Cris me aleja un poco del grupo.

— Has estado tan distante que nunca te pude hablar de ella.

— Es linda y me parece que te quiere mucho — no puedo quitarle la vista de encima. Busco en ella algo sospechoso, le hago un escáner mental para saber si es la correcta para él.

— Y yo también la quiero — susurra.

Al susurrar aquellas palabras me acabo de dar cuenta de un pequeño pero importante detalle.

— ¿No se lo has dicho verdad?

Él asiente.

— Mierda Cris — le doy un golpecito en el brazo — ¿Me vas ha decir que un chico como tú no puede demostrar debilidad?

Me quedo callada al darme cuenta que eso se lo había dicho a Matías cuando no se atrevía acercarse a Agata. Desde ese día las cosas fueron cambiando... para siempre.

— ¿Qué pasa? — llama mi atención.

— Tuve un déjà vu, pero es no importa — finjo una sonrisa —. Cris, las chicas necesitamos algo que nos haga quedarnos ahí por esa persona, al menos una palabra que nos retenga y nos haga necesitar más.

— ¿Quieres que le diga que le quiero?

— Sí.

— ¿Y si se asusta?

Vuelvo a mirar a la chica morena que se ha robado el amor de unos de los chicos más importantes de mi vida. Ella también me mira y me sonríe, no hay nada que me diga que Olivia no es para él.

— Sabes... — vuelvo a mirar a Cris — algo me dice que ella no saldrá corriendo.

Él se acerca con una sonrisa y me abraza.

— No te imaginas lo mucho que extrañé hablar contigo y me dieras los huevos suficientes para jugármela al cien por cien — se retira un poco, posa sus manos en mis hombros y me mira a los ojos —. Perdón por no haber estado para ti cuando más lo necesitabas.

— Le hice daño a tu hermano, así que...

— No vengas a decir que lo entiendes, porque no es así — interrumpe —. Eres igual de importante para mí como lo eres para Matías, has sido la única que ha tocado el corazón de los hermanos Corvalán — mueve las cejas repetidas veces que me hace reír.

— ¡No puede ser! — exclama Jack con entusiasmo.

Miro a mi amigo pensando que Olivia les ha contado algo y él lo ha exagerado demasiado. No obstante, Jack no le miraba a ella, ni siquiera Nico y Felipe, todos miran en otra dirección incluso Olivia.

Cristóbal se gira en ciento ochenta grados dándome la espalda y tapando lo poco que podía observar.

— Estas obstruyendo la vista, Cristóbal — le hago a un lado para ver mejor lo que tanto les impresiona.

Simplemente no sabría como describir ese momento, aunque tres palabras lo harían por mí: Él ha vuelto.