네.

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La bebida de Jimin se había enfriado. Y él estaba en poco impactado en ese momento también. Mentiría si dijera que no se había sonrojado, porque al recibir ese comentario, se descolocó.

Jugueteó con los bordes del vaso que contenía algo que ya no tomaría por dos razones: ya estaba frío y sabía que aunque lo intentaría, no podría pasarle un solo trago ya que un nudo en su garganta estaba presente. 

No respondió y Yoongi entendió que debía ir despacio. Que muchas señales juntas podrían abrumar al chico de pequeña y débil contextura. El rubio miró el reloj que se posaba sobre la barra donde los cafés o tes salían disparados. Era tarde, y tenía que apurarse. Aguantaba realmente poco todo lo que tenía que decir, su plan iba llegando a su momento culminante.

Jimin estaba por hacer un comentario sobre el horario también, pero el ruido de las gotas cayendo le quitaron las palabras de la boca.

-Oh, el tiempo se puso feo. Nos vamos mejor, ¿no? -mencionó Yoongi. Disimulando el tono de ansiedad que cargaba.

El castaño asintió, sin emitir un sonido. No podía comprender que pasaba, pero el aire estaba tenso y no sabía qué hacer para que dejara de ser así. Caminaron hasta la entrada del local, la cuál contaba con un toldo que los resguardaba de la lluvia torrencial. Se miraron unos segundos, que parecieron minutos, hasta podrían decir horas. Examinaron cada cambio, rasgo, gesto o expresión que hubiera cambiado en aquellos dos años. Sintieron que no se observaban realmente hace mucho y aprovecharon ese momento. Bajo el eco de la tormenta y los relámpagos que los iluminaban de vez en cuando.

Cuando un trueno les hizo saltar en su lugar, tomándolos desprevenidos, Jimin pudo hablar. O más bien murmurar.

-Ha sido un placer volver a verte, Yoongi. Suerte con la música, te irá muy bien. -y el ex del futuro productor musical, comenzó a caminar rápido, yendo a la parada de buces que tenía lugar a una cuadra de aquel bar. No le respondió nada, no llegó, más bien a hacerlo. Resopló con desgano y frustración. No creía que todo le saliera bien el mismo día.

Para dejarlo en claro, Yoongi, cuando apenas vió a Jimin en el gimnasio, se sorprendió realmente. Porque no esperaba encontrárselo ahí, tan cerca, de nuevo. Si bien no había pasado el mejor de los tiempos cuando aquel chico se separó de él, dejándolo en la nada, lo extrañaba mucho y no iba a perder semejante oportunidad. No, no lo iba a dejar ir de nuevo.

Por eso, maquinó ese plan que suponía llevaría a cabo pero oa tonta lluvia y los nervios de Jimin se pusieron en su contra, llevándolo a preguntarse cuando volvería a cruzarse a el castaño, ya qué ni siquiera habían intercambiado números.

Yoongi miró para ambos lados y cruzó la calle, no era por nada que había invitado a Jimin a un bar que se encontraba al frente de su edificio. No, no quería follar. Quería algo más... romántico. Pero no.

Entró a su departamento una vez que el ascensor lo dejó en su piso. No le gustaba vivir en el último, cuando el dispositivo para subir se descomponía, ir por las escaleras era una pesadilla. Por eso mismo había empezado el gimnasio, para estimular un poco más sus músculos y resistir esfuerzos.

Se sentó en el sofá, a pensar lo rápido que había pasado todo. A pesar de que no tuvo un avance considerable con Jimin, quería tener otro agradable cruce. Verlo sonreír por unos segundos le bastó, pero realmente necesitaba respuestas. De porqué todo había termino de esa manera si ellos se querían tanto. Yoongi estaba al tanto de que el pequeño castaño no estaba del todo recuperado de sus trastornos físicos y psicológicos. Sin embargo, en la situación que sea, él iba a ayudar a sobrepasar cualquier dolor o malestar emocional por el qur Jimin tuviera que pasar.

Conectó su teléfono al estéreo que consistía en dos amplificadores con un cable con salida a la entrada del auricular, y dejó fluir la versión de Eyes, Nose, Lips de Epik High. Sus pies lo guiaron a la cocina, teniendo ya en mente que cocinaría pasta, spaguetti en concreto. Llenó una olla de agua para hervir la comida y colocó otra más pequeña al lado para calentar la salsa, hasta que se dió cuenta que no tenía y tendría que ir a comprar.

Suspiró pesadamente, se calzó su abrigo de nuevo y asomó al palier. Una ráfaga helada lo abrazó, volvió al departamento y salió con una bufanda bien atada a su cuello.

Cuando hubo estado fuera, se dirigió al mercado, pues una lata de tomate tendrían que tener para acompañar su comida. Miraba sus zapatillas, escuchaba la brisa soplar de vez en cuando y unas hojas otoñales caían en sus cabellos por el viento. Levantó los ojos para no tropezar y prestar atención a su alrededor. Y cuando lo hizo, sonrió con ternura.

Vió a Jimin abrazándose a si mismo, dándose calor para no morir de hipotermia al solo llevar una sudadera. Había pasado medía hora o más desde que cada uno fue por su lado y todavía el castaño seguía ahí. Tal vez Yoongi podría...

Compró a la velocidad de la luz la lata de tomate y una botella de vino blanco, "una noche italiana en Corea." pensó y rió. Y cuando salió del local, caminó lento a la banca donde aquel chico moría por un poco de calidez.

-¿Jimin? -trató de sonar sorprendido, en parte anteriormente, si lo estaba.

-¿Y-Yoongi?¿Qué haces a-aquí? -sus dientes castañaban y las manos le temblaban, haciendo ver sus rojos dedos. Miraba el piso, puesto que razonó que llegaría a su casa y podría repensar todo lo que vivió aquella tarde. Creyó que todo había terminado por hoy.

Aunque no era así todavía.

-Vine a comprar algo para la cena. ¿Tu bus no vino todavía? -Jimin negó con los ojos en sus dedos y no dijo nada. -¿Tienes frío, verdad? Vamos a pedirte un taxi desde mi departamento, ven. -lo tomó del brazo suavemente.

-P-pero, ¿estás seguro? -Yoongi sonrió ante la inocencia que desprendía su ex, siempre tan lindo y con preguntas tan tontas.

-Muy seguro.

Caminaron en silencio toda la cuadra. Entraron al edificio de la misma manera, pero el rubio volvió a hablar cuando las puertas del ascensor se abrieron, indicándoles que llegaron a el piso presionado.

-¿Quieres quedarte a cenar? Un vino sabe mejor de a dos.  -estaba un poco nervioso, no quería que Jimin se sintiera presionado o ansioso. Y en parte, quería verlo comer algo porque ese chico necesitaba ayuda.

-Si, ¿por qué no? -Yoongi sonrió y le dijo que se pusiera cómodo mientras él comenzaba a preparar la comida. -Uh, ¿puedo pasar al baño?

-¡Si! Ve tranquilo, siéntete en tu casa. 


gym meeting « yoonminWhere stories live. Discover now