Sɪᴍᴘʟᴇᴍᴇɴᴛᴇ Eʟᴇᴀɴᴏʀ [H.S]

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El haber perdido mi cuaderno con mis secretos y no tan secretos plasmados en ellos, decidí que podía volver a narrar mi historia pero desde la superación de haber perdido al "amor de mi vida". Y, es que después de volver ha leer aquella frase de Paulo Coelho que por mucho tiempo tuve en el olvido, recordé lo cierto y lo equivocada que estaba, pues por más que deseé que las cosas salieran bien al lado de aquel chico que decía amarme y yo juraba amarle, ahora comprendo que jamás fue amor y es que él no hizo nada para mantenerme al lado, las únicas veces en las que decía que se sentía triste por no pasar tiempo con la chica que amaba era yo quien le animaba a seguir aunque eso me doliera de sobremanera, era una chiquilla que temía quedarse sola y por aquella razón no se alejó de la única persona que le hacia mal sin siquiera saberlo o aceptarlo.

Ahora, después de todo lo pasado puedo decir que he aprendido mi lección y confieso que el mismo Paulo Coelho fue quien me enseñó que estaba equivocada pues después de sufrir el dolor de una separación, meses después decía amar a otra persona; cometiendo el mismo error, o como ahora le llamo, la misma decisión de salir lastimada por el temor a quedar sola cuando era justo lo que necesitaba para sanar de una vez por todas y seguir viviendo y disfrutando de la vida pese a las circunstancias.
Olvidé que yo era el amor de mi vida por lo que no pude amar a aquellos chicos por completo al no amar por completo al amor de mi vida. Y, no se trata de otra persona más que de mí, lo comprendí en el momento erróneo; o quizá lo he comprendido justo cuando lo tenían escrito por lo que el sentir ahora un profundo interés por aquel chico que escribía para el diario era tan extraño para mi como el ver a un caballo con un cono justo en la frente simulando ser un unicornio. Y, lo más extraño de todo mi problema es la idea de encontrarme al lado de Harry, mi jefe y la persona que estaba ayudándome en mi búsqueda de lo que él llamaba "Una Buena Historia De Amor" ante aquello nos hicimos algo así como inseparables; el tiempo que pasábamos en la cafetería con Katherina y Edward fue reemplazado por horas de investigación en la oficina; que para ser franca aquello era simplemente imposible cuando esta tenia a Harry Styles al lado y es que eran más los momentos que me hacia reír que las horas de investigación que teníamos y a pesar de aquello no me arrepentía de absolutamente nada.

—Creo que Alba tiene razón sobre ustedes dos— acusó Kath una vez hicimos nuestra ya deseada aparición.
—No sé de lo que hablas— me defendí rápidamente.
—No desayunan con nosotros, se la pasan todo el tiempo "investigando" pero no es cierto porque hace dos días Kath y yo los vimos muriendo de la risa sentados en una banca debajo de aquel árbol— sentenció Edward, señalando el árbol que se encontraba fuera de la cafetería pero del otro lado de la banqueta.
—Estábamos investigando— se excusó esta vez Harry.
—Creo que Harry es capaz de abandonarme, pero tú no Ella y eso me duele porque con ello me demuestras que no tienes la suficiente confianza como para pedirme ayuda a mí— reprochó la castaña, haciéndome ver la realidad de las cosas y es que era exactamente lo que había hecho y demostrado.
—Sabes que no es...
—Quizá no lo es pero lo parece Eleanora— intervino con molestia.- Si tanto te molesta tenerme cerca será mejor que me marche y ya— finalizó.
—No te quiero fuera de mi vida Kath, tienes razón y lo siento— respondí con arrepentimiento.— Me involucré tanto en lo que me hace sentir aquel chico que no reconozco que me olvidé de ti y lo siento tanto Katherina pero no permitiré que te alejes de mi vida cuando eres la única persona que ha sido capaz de entenderme y ayudarme— añadí. —Tú, eres mi complemento— finalicé, logrando que la castaña soltara una pequeña risita.
—Harry puede hacerte sentir lo mismo- soltó la chica con picardía. — Ustedes dos harían la pareja...
—Perfecta— soltamos los cuatro al unísono.
Sin poder evitar soltarnos a carcajadas y es que a pesar de reír tanto con Harry al final del día aquellos dos eran los encargados de hacerme sentir completamente en paz; mientras que con Harry, confieso que me sentí de igual forma pero también sentía culpabilidad al saber que quizá este sólo se mantenía a mi lado para deshacerse de mi en cuanto descubriéramos la identidad del chico escritor.
—Bueno, ahora después de tanto drama— llamó nuestra atención el idéntico de Harry.  —¿Juran solemnemente no volver a abandonarnos aunque decidan salir juntos?— cuestionó el castaño.
—No puedo jurar, pero sin duda cumpliré aquello— respondí con firmeza.
—Lo juro— prosiguió Harry
—Y, ahora los declaro marido y mujer, Harry puedes besar a tu novia— soltó Edward, haciéndonos reír ante aquello. Y, es que sin duda alguna sin saber una parte de mi –la mayor– les había echado tanto de menos.
—Lo anterior no ha sido broma, querida— sentenció la chica una vez nos encontrábamos fuera de la cafetería; mientras los gemelos se habían encargado de salir a toda prisa sin decirnos nada más que "es una sorpresa para alguna de ustedes dos" haciéndome saber que se trataba de nada más y nada menos que de una sorpresa para mi mejor amiga, lo cual supe gracias a las "investigaciones" con el gemelo de este, el cual no se cansaba de escuchar las cosas tan lindas que Edward hablaba sobre la castaña y mi mejor amiga.
—Estas loca y lo sabes— me defendí, logrando que la castaña dejará el tema aparte y se enfocara en seguir con el camino hacia casa.