19.-

906 111 83
                                    

POV Omnisciente

Cuando llegaron a la mansión, que de verdad era muy grande y el moreno se dio cuenta ya que hasta tenían un piso completo para la "fiesta", el enojón le pasó las llaves al que estaba encargado de estacionar los autos y le dijo algo.

-Lo rayas un poco y te arrepentirás el resto de tu vida.-Dijo Jaime casi en un gruñido, sin importarle que era un trabajador de su socio y menos que tenía suficiente dinero para comprarse un millón de autos lujosos, y bueno, le sobraría plata y la volvería a recuperar claramente.

El encargado asintió rápidamente y tomó las llaves, sólo queriendo alejarse del señor Navarro para no enfurecer a este, como le han dicho todos.

-Realmente te gusta tener la reputación de malo.-Dijo Nicolás con una sonrisa divertida, sintiendo como el señor Navarro lo tomaba de la mano y entrelazaba los dedos, causando que hiciera lo mismo.

-Si fuera amable, creerían que estoy siendo cínico.-Dijo el enojón, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Así que no hay manera de complacerlos.

-Cuando nos conocimos, fuiste amable conmigo.-Dijo el moreno, causando que el jefe de Kindred Spirits lo observara con un leve brillo en los ojos.

-Tú eres diferente.-Dijo el señor Navarro, con una pausa.-Eres mi excepción.

Se miraron por un par de segundos para luego entrar a la casa e ir al piso donde era la fiesta. Parecía que Jaime sabía exactamente donde era, así que el moreno lo seguía no más mientras observaba todo.

Cuando ya estuvieron en el piso, el moreno por fin pudo entender a qué se referían con "fiesta". De verdad parecía algo que hace mucho tiempo se hacía, habían tres lámparas casi gigantes en el techo, camareros, mujeres con vestido, hombres con trajes, champaña y definitivamente gente con mucho dinero.

-Definitivamente esto es uno de esos bailes de antes.-Dijo Nicolás, mirando todo el lugar mientras se sentía observado, y no exactamente por su novio.

Notó como la mayoría los estaban mirando, causando que se sonrojara por la vergüenza.

El señor Navarro lo observó y sonrió un poco.

-Te apuesto a que si los miro, nos dejan de observar.-Dijo Jaime, todavía no mirando a los invitados, causando que el pequeño moreno lo mirara y asintiera.

Jaime se puso serio de inmediato y miró a sus socios e invitados, causando que estos se pusieran nerviosos y miraran altiro para otra parte. El jefe de Kindred Spirits tuvo que evitar no sonreír por lo divertido que era.

-Te dije.-Dijo el enojón, acariciando levemente la mano de su novio.-Quieres champaña o algo más? Créeme que si quiero algo, lo van a conseguir, así que dime lo que quieres.

"Te quiero a ti" pensó Nicolás, pero obviamente no lo dijo.

-No soy muy fanático de la champaña, pero supongamos hoy que sí.-Dijo el moreno mientras tenía una sonrisa en sus labios.

Jaime asintió y caminaron hacía donde había una mesa llena de copas con champaña. El enojón sacó dos y le pasó una a su pololo.

El jefe de Kindred Spirits chocó copas levemente con el pequeño de los ojos violeta para luego tomar.

Hablaron por un par de minutos cuando un camarero los interrumpió, causando que el señor Navarro frunciera el ceño.

-Todo bien, señor?.-Le preguntó el camarero al jefe de Kindred Spirits, haciendo que este lo observara.

-Sí, todo bien.-Respondió Jaime, sólo queriendo que el desconocido se fuera de inmediato.

Casi de inmediato, el extraño fijó su mirada en el moreno, causando que el señor Navarro se tensara un poco.

-Y usted, señor? Necesita algo?.-Cuestionó el camarero mientras tenía una leve sonrisa en los labios.

-No, no necesito nada.-Dijo Nicolás, sólo con una ligera sonrisa amable, también deseando que el extraño se fuera de ahí.

-Bueno, si necesita algo, cualquier cosa, me lo puede pedir.-Dijo el desconocido, causando que el señor Navarro colocara su mano en la columna de su novio y lo acercara más a él.

-Cualquier cosa que mi novio necesite, yo se lo puedo conseguir.-Gruñó el enojón, con sus ojos rojos furiosos mirando fijamente al camarero.

-S-Señor no quería que...

-No me importa lo que tú querías.-Dijo el señor Navarro en un tono duro, causando que varias personas notaran lo que pasaba.

-Señor...

-Creo que debes ir a atender a otras personas, Javier.-Dijo el socio viejo de Jaime, causando que su trabajador se fuera de inmediato a otra parte.-Lo siento por eso, Jaime.

-No puedo decir que no importa.-Dijo el jefe de Kindred Spirits, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Sólo que espero que no vuelva a ocurrir.

-Créeme que no volverá a hacerlo.-Dijo su socio, mirando al enojón para luego mirar al moreno.-Tú eres Nicolás, no? Yo soy Mario. Jaime me ha hablado mucho de ti.

-Cosas buenas, supongo.-Dijo Nicolás, sabiendo que así era, saludándolo formalmente.

-Obviamente.-Dijo Mario con una ligera sonrisa, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Tengo que decirte que tu novio te adora.

-Mario...

-Habla de ti como lo mejor del mundo.-Dijo el recién nombrado, interrumpiendo a su socio.-Y aunque no te conozco bien, probablemente lo eres.

El pequeño moreno se sonrojó por la vergüenza y Mario siguió hablando.

-Sabes que una vez que has vivido como la realeza, no te conformas con nada menos que lo mejor?.-Preguntó el socio viejo del enojón, causando que siga hablando.-Supongo que es lo mismo que le pasa a Jaime contigo.

El enojón miró fijamente al pequeño moreno cuando su socio dijo lo primero.

-Ahora, antes de que Jaime me odie más, me voy.-Dijo Mario, tomándose un momento para luego seguir hablando.-Los veo después.

Luego de eso, el socio se fue y el moreno llevó al enojón a una habitación que había en ese piso. Cuando entraron, el pequeño moreno cerró la puerta, causando que el señor Navarro estuviera algo curioso.

-Deja de hacer esto.-Dijo Nicolás de repente, causando que el jefe de Kindred Spirits estuviera completamente confundido.

-Dejar de hacer qué?.-Cuestionó Jaime, algo extrañado.

-Deja de hacer como si me amaras, Jaime.-Dijo el moreno, creyendo que aquello era parte de que fueran "novios".

-Nico, cómo no te das cuenta de que te amaré por siempre? A pesar de todos los problemas que tengamos, siempre lo haré.-Dijo el enojón, mirándolo fijamente a los ojos.

El pequeño moreno lo observó por unos segundos para después acercarse al enojón, causando que este lo mirara atentamente. El señor Navarro sintió como Nicolás colocó levemente sus manos en su cuello, para luego hacer que se acercara aún más a él.

Finalmente, Nicolás lo besó, haciendo que Jaime le correspondiera de inmediato.

(Feliz cumpleaños a mí (88))

Enemies (Jainico). Where stories live. Discover now