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Ya no puedo seguir pensando,

las palabras me están matando, 

y tus ojos,

bueno, tus ojos me están buscando.


Mi mente y corazón se han enemistado,

por tus brazos me han preguntado,

por tus besos han exclamado,

pero rechazos se han llevado.


Las paredes se han convertido en mis amigas,

mi familia en aliados,

pero aún así preguntas no he saldado,

pues de ti, satisfecho no podré quedar.


Los ciclos se repiten,

volveré a ti en menos de lo que dicen,

aunque en una nueva discusión nos vamos a enfrascar,

y de ti nunca podré escapar.



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Hay unas grandes ojeras bajo mis ojos que no pertenecen al patrón común que me caracteriza. Siento que mis ojos pican al voltearme a ver los vidrios de mi ventana, con su cortina corrida hacia un costado, donde se ven las huellas dactilares en un rincón y son demasiado visibles porque hace un frío poco usual afuera.


Es inevitable que mi corazón se encoja al pensar que Michael pudo estar, quizás cuando tiempo afuera de mi ventana, con ese frío que cala los putos huesos y los hace doler como los mil demonios.


  —Bebé, ¿estás seguro que quieres que te lleve?—mamá abre la puerta sin llamar (como es costumbre), y agradezco estar casi vestido, pues solo faltaba una camiseta para bajar a desayunar.


  —Sí, mientras más rápido sea, es mejor—respondo deslizando la camiseta por mi cuerpo. Mamá me mira expectante, con sus labios apretados con demasiado fuerza, quizás hasta mordiendo su lengua.


—Luke, creo que deberías decirle a Michael que no se irán juntos, quizás venga por ti y, lo de la ventana, fue demasiado...—mamá comenta y ruedo los ojos, esto era increíble.


Ayer, apenas ella llegó del trabajo y nos encontró a mi y papá dormidos en el sillón, sospechó que algo sucedía. Al despertarnos, justo al momento de la cena, preguntó que estaba sucediendo y papá le dijo que me enteré de la verdad. Se le vio muy afectada y, cuando establecimos contacto visual, comenzó a llorar y confesar que se sentía demasiado culpable, que nunca pensó que su amor iba a producir una muerte y, mucho menos, de un amigo tan cercano como Robert.

¿Es Verdad lo que Sentimos? 》MukeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt