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Ser una idol profesional tenía sus ventajas. No todos podían permitirse un apartamento en el último piso de uno de los edificios más exclusivos del país, tener un horario de trabajo flexible, y además poder proveerle a su familia todo lo que requirieran. Pero eso era precisamente lo que Nico Yazawa poseía, y no pensaba ni por un instante que algo de eso fuera sorpresa. "Soy la idol número uno del mundo, después de todo", era lo único que podía pensar cuando alguien la interrogaba por su éxito. Sin embargo, siempre brindaba respuestas más agradables y entendibles.

"Todo se lo debo a mis fans y mi equipo de trabajo, sin ellos nada de esto sería posible", soltaba al borde del llanto emotivo, cautivando el corazón de todo el país y de sus fans alrededor del mundo. Y no era, en esencia, una mentira. Simplemente le daba más importancia a su propio esfuerzo antes que al apoyo del resto, aunque igual le parecía realmente importante.

Y podría decirse también que ahí radicaba su éxito. No se dormía en los laureles y siempre buscaba sacar su mejor versión con cada canción o presentación nueva. 

Y era justamente eso lo que discutía en ese momento con su representante y hermana, Cocoro Yazawa. Una relación marcada en ese momento por la vestimenta de ambas. Mientras Nico vestía la misma ropa de entrenamiento que utilizaba durante su época de u's y el cabello suelto, Cocoro llevaba una falda corta oscura y una blusa color blanca perlado y el cabello recogido en una coleta. 

En esencia, eran exactamente iguales que en su época juvenil.

-Nico nii, entiendo que estés pasando por una mala racha, pero debes volver a crear pronto o estaremos en problemas - Decía seriamente Cocoro, mientras observaba cómo su hermana yacía tirada en un sillón color rojo intenso con la mirada perdida, sin intención de levantarse o voltear a mirarla.

-No puedo, Cocoro, en serio no puedo - Desganada, Nico seguía mirando al techo, ignorando a su hermana que estaba de pie a su lado y mirándola con preocupación - Pero se me pasará pronto, siempre se me ha pasado, ¿verdad?

-Sí, pero cada vez es más seguido y más largo. ¿Acaso ya diste todo lo que podías dar creativamente? Podríamos contratar un compositor y...

-¡Definitivamente no! - Poniéndose de pie de un salto y sorprendiendo a Cocoro, Nico la miró fijamente antes de continuar - Ya he caído demasiado bajo como para permitir que alguien más haga mi música por mí. No quiero ser simplemente una cara bonita, Cocoro, así sea la cara más bonita del mundo.

Reponiéndose, Nico guiñó el ojo mirando hacia su balcón con la mejor vista de todo Tokyo. Caminó hacia allá, dejando que la fría brisa hiciera tiritar todo su cuerpo. Suspirando, Cocoro la siguió mientras cargaba varias hojas con reportes económicos con ella. Se aclaró la garganta para llamar la atención de su hermana, y volvió a la carga.

-Nuestros reportes muestran que aun somos relevantes, y las ventas lo demuestran. Sin embargo, el ritmo de crecimiento está decayendo y pronto comenzaremos a perder ventas en...

-¡Nico no necesita saber todo eso! ¡Nico solo quiere hacer sonreír a todo el mundo!

-Pero si dejas de sacar nuevas canciones y de dar presentaciones no generas muchas sonrisas, ¿no?

-Yo... Bueno, yo...

Acercándose más hacia el balcón, Nico respiró profundamente. Aquel bloqueo creativo estaba durando demasiado, y ella misma comenzaba a pensar si realmente no habría dado todo lo que podía dar ya. Pero, ¿qué iban a saber otros acerca de su potencial? Ella sentía que aun había más, simplemente no había encontrado la forma de sacarlo a relucir. Todavía, pero lo haría pronto.

Apoyándose en la barandilla, observó la ciudad a sus pies. Ahí, en ese lugar y momento, nadie podía equipararse a ella. Lo tenía todo y quería más. Sintió cómo la sangre le hervía con pasión, se emocionó al ver la puerta de la creatividad abriéndose lentamente frente a ella, y dentro había un fuego rojo intenso que...

Nuestro mejor momento [NicoMaki] COMPLETAWhere stories live. Discover now