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Se suponía que a esa hora debía estar posando para las cámaras, en cambio se encontraba recostado en su sofá, revisando nuevamente su celular. Había dejado que Viktor fuera sólo a arreglar todo el asunto. Por supuesto que el albino le dio un gran sermón sobre la responsabilidad y el compromiso que debía tener hacía sus patrocinadores.

-No iré a ningún lado sin el cerdo- había respondido sin dudar -Tú lo arruinaste, tu lo arreglas-

Esas fueron las últimas palabras que intercambiaron antes que Viktor se fuera.

Por su parte, se quedó esperando inútilmente en el departamento a que el katsudon se comunicará o apareciera pidiendo disculpas. Pero con el correr de los días comenzó a dudar que lo hiciera. Tal vez en esta ocasión el cerdo iba en serio. Debía encontrar una posibilidad de explicar lo sucedido.

Se incorporó con rapidez y comenzó a tipear un mensaje para la única persona que podía ayudarlo.

[Katrina necesito un favor]

{Hola Yurio ¿Cómo has estado?}

[Quiero que traigas al cerdo a mi departamento ¿puedes hacerlo?]

{Estoy bien. Gracias por preguntar}

[¿Puedes hacerlo o no?]

{Tal vez mañana. Hoy no está de buen humor}

[Bien. Pero no digas que estoy aquí]

{Lo hago por él ¿OK?}

No soportaba a esa mujer pero no tenía opción, debía solucionar todo ese asunto cuanto antes.

El día pasó lento. Fue a la tienda por provisiones y bebidas deportivas. Limpio el departamento lo mejor que pudo. Se aseguró de dejar todo listo en la habitación y se dio una ducha.
Para la cena se preparó un sándwich y bebió una cerveza mientras veía televisión.

La mañana siguiente se despertó muy temprano, estaba tan ansioso que se cortó el dedo al tratar de rebanar los panes para untarlos con mantequilla

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La mañana siguiente se despertó muy temprano, estaba tan ansioso que se cortó el dedo al tratar de rebanar los panes para untarlos con mantequilla. Terminó por arrojar todo al fregadero y servirse un tazón de cereal con leche. Estaba terminando de comer cuando sintió el delicioso aroma a vainilla. Se apresuró a ocultarse tras la puerta y rogar que el cerdo no notará su presencia.

La puerta se abrió y apenas pudo esperar los segundos necesarios para que el omega ingresará para cerrar la entrada impidiendo que escape.

-Te tardaste, cerdo- dijo, mientras ponía el seguro en la puerta. Avanzó hasta el omega y sin poder controlarse lo abrazó por la cintura hundiéndose con desesperación en su boca. Se separó para ver sus ojos -Llevo cinco días esperándote-

Mi Dulce Regalo 《Yuri On Ice》 《Yuyuu》Where stories live. Discover now