Parte 4

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Capitulo 4

Respiré profundo, tomé coraje y me dirigí hacia mi habitación. La cama ya estaba hecha y supuse que Eimy estaba en el baño ya que la puerta estaba entreabierta, que no este haciendo pis...que no este haciendo pis...pensé mientras me sentaba en silencio en el borde de mi cama. Al cabo de unos segundos ella salió, tenia un corpiño de encaje rosa chicle, sus pezones se podían ver a través del material, me obligue a mirar hacia otro lado, sus piernas cubiertas con un short de Jean azul claro de entre casa, me pregunte si era de esas chicas que combinaban sus panties con su corpiño. Sus pies, aunque ustedes no lo crean, fue lo que más llamo mi atención. Tenia unos pies muy lindos y para ser honesto yo no era un tipo de pies, quizás uno de traseros, definitivamente uno de tetas pero nunca de pies; sus uñas eran cortas, prolijas y estaban pintadas de un color transparente con la punta sólo un poco más blanca, nada de rojo  o mucho peor como esa chica con la que me había ido del bar hace unos meses atrás (no me juzguen, les dije que con Ashley sólo somos amigos con derecho) que tenia dibujado en sus uñas de las manos y los pies pequeños Mickeys Mouses. Su voz rompió el hilo de mis pensamientos - ¿estas bien Jay?...pareces algo perdido. Se dirigió al closet y saco una blusa verde musgo sin mangas la cual abotono con tanto cuidado que mis ojos nunca dejaron el movimiento de sus manos. Pero lo que me dejo hipnotizado fue cuando soltó el moño desordenado que tenia en lo alto de su cabeza, su pelo como una cascada azabache cayó por su espalda, paso sus dedos suavemente para desenredarlo y luego comenzó a hacerse una trenza, la luz de la ventana se reflejaba en sus ojos. Noté por primera vez  que eran de un color tan celeste que casi parecían violeta. ¿Cómo no había notado a esta chica antes? Sus labios eran de un rosa pálido, su piel era de un dorado cremoso sin imperfecciones, sabía perfectamente porque no lo había hecho sus caderas anchas, sus muslos gruesos, su pequeño vientre (nuevamente no me juzguen, nunca les dije que no fuera un idiota). Se acerco hasta mí, parándose en el espacio que quedaba entre mis piernas, no era tan alta por lo que mi cara estaba a la altura de sus pechos, otra vez tuve que mirar hacia otro lado. Tomo mis manos y las puso una a cada lado de su cintura, es más pequeña de lo que creí. Pasó las yemas de sus dedos por mi cuero cabelludo, no pude evitar cerrar los ojos y ronronear como un gato.

-¿por qué te levantaste tan temprano? ¿Te preocupa algo?...

Si creo que me volví loco, hasta ayer eras mi vecina, no te recuerdo, creo que me levante en una dimensión desconocida

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Si creo que me volví loco, hasta ayer eras mi vecina, no te recuerdo, creo que me levante en una dimensión desconocida.

No sabia que responder así que sólo negué con la cabeza. Ella tomo mi rostro en sus manos y me dio el beso más dulce y casto de toda mi vida. Aunque crean que estoy siendo un cliché  tengo que confesarles que sólo ese contacto hizo a mi estomago retorcerse de una forma que nunca había experimentado.

"Un golpe...de suerte"Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora