Jake es un chico que lo tiene todo...belleza, amigos, su propio negocio, mujeres...
Hasta que un día "un golpe de suerte" le hace ver como podría ser su vida al lado de su vecina del piso de abajo, una chica gordita a la que rara vez le ha dado una...
Luego de almorzar dimos un paseo en bote por el lago, hicimos senderismo por el parque para según Eimy bajar todo lo que habíamos comido y nos tomamos un café sentados en la orilla mojándonos los pies con el agua mientras charlábamos o sólo permanecíamos en un silencio cómodo. Cuando llegamos al departamento ya estaba atardeciendo. No deje que soltara nuestras manos entrelazadas la lleve a la habitación y sin decir una palabra la besé, como había querido hacer desde hace horas. Muy lentamente le quite su ropa y cuando no pude aguantar más me enterré muy profundo dentro de ella y puedo garantizarles que fue la mejor sensación del mundo y no estoy exagerando. No follamos apurados ni rudos. Fue suave, constante en total sintonía, nuestras miradas nunca se separaron. Nunca había vivido una sensación similar. Nos quedamos desnudos. En la cama abrazados dándonos pequeños besos castos (si lo sé Jake acurrucado después del sexo para mí también era una novedad). Al cabo de un rato me dí cuenta de que Eimy dormía placidamente, así que saqué mi brazo lentamente de debajo de su cabeza y me dirigí al baño para darme una ducha quería sacarme el olor a sudor y sexo. Me metí en la ducha. El agua aún fría comenzaba a calentarse pero me sirvió para calmar las endorfinas que como locas recorrían mi cuerpo. Apoye mi cabeza en los azulejos repasando mentalmente su cara, sus ojos, la línea de su cuello, la forma en que ríe...
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Apague la canilla rápidamente cuando me dí cuenta que quería volver a estar dentro de ella, es adictiva... Salí de la ducha y me resbalé, me agarre del lavado...oscuridad...
