Epílogo

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─ Llevamos caminando por media hora, y hasta ahora solo sé que te llamas Evan ─reclamó la pelirroja mientras levantaba un pie para no patear una pila de hojas.

Mónica iba caminando detrás de su ángel guardián, aún con la chaqueta de este sobre sus hombros, cuando empezaron a caminar Evan le había quitado la mochila que tenía en la espalda, ya que decía que la mochila estaba pesada, aunque no fuera verdad, y ella aún estaba muy débil por todo lo que había pasado con el rey.

─ Bien, bien, te diré más, pero no te enojes, soy tu ángel guardián ─le dijo riendo logrando que Mónica lo empujara.

─ Eso ya lo sé, ¿Quisieras explicarme en qué consiste todo eso? En estos momentos no sé nada respecto a eso ─le preguntó más rápido para ir a la par de Evan.

─ No, no me corresponde explicarte eso, alguien más lo hará ─le explico él─, lo hará un chico guapo, divertido, divino, él es todo lo que está bien en este mundo─ terminó mientras pasaba un brazo por los hombros de Mónica.

─ ¿A sí? ─preguntó ella mientras lo miraba con los ojos entrecerrados─ ¿Quién es?

─ Yo

─ ¡YA, EVAN! ¡POR EL AMOR DE TODOS LOS DIOSES DE LOS ELEMENTOS! ¡DIME! ─gritó la pelirroja mientras empujaba al chico.

─ ¡No grites! Me duele la cabeza ─le reclamó él de vuelta mientras le daba una mala mirada─, maldita berrinchuda.

─ Solo quiero que me expliques.

─ Está bien, ¡Ya!, Todo con tal de que dejes de reclamarme. Mira, cuando nacimos, bueno, yo nací 14 días antes que tú ¿Está bien? El punto es que mis padres me abandonaron, tus padres lo supieron y decidieron darme una familia, contigo y con ellos, creo que te queda más que claro que no pude disfrutar por mucho con ellos; me eligieron como ángel guardián de su hija, tengo algunas habilidades como el cambio de forma y la telepatía con otros ángeles guardianes, pero también van dependiendo de lo que tú necesites. Cuando llegamos a cierta edad nos obligan a hacer un juramento, que dice que nosotros estamos dispuestos a dar la vida por nuestros protegidos.

─ ¿Entonces eres algo así como mi hermano?

─ Sí, algo así, yo digo que soy como tu versión masculina, pero mucho más genial ─se burló Evan ganándose otro empujón de parte de la pelirroja─, estoy para cuidarte, Mónica, créeme cuando te digo que, en ningún reino, en ningún mundo y en ningún universo va a haber alguien que te cuide mejor que yo, tu ángel guardián.

Ya habían pasado el bosque de invierno, el de otoño y el de primavera, no habían tenido inconvenientes, pero ella estaba desesperada, este chico si sabía cómo hacerla enojar, era impresionante que el fuera "su ángel guardián" teniendo en cuenta todas las bromas y burlas que le hacía, aunque lo que él le estuviera diciendo parecía verdad ella no se fiaba mucho, no después de todo lo que había pasado. Caminaron en silencio por un momento, pues ella no tenía ganas de hablar y él lo sabía, fue cuando llegaron a un arco de cristal enorme que ella decidió que tal vez ya era hora de retomar la conversación.

Ella lo vio por un momento confundida por el lugar en el que estaban, pero él solo tomó su mano y se adentraron juntos en el camino que atravesaba aquel gran arco, la pelirroja se quedó asombrada al ver todo lo que había del otro lado, como era que el paisaje era más majestuoso conforme iban avanzando. Pegasos, unicornios, grifos, fénix y hadas, sabía qué lugar era y eso la alertó.

Crissan.

─ Evan, estamos en Crissan, hay que irnos de aquí, nos van a matar si nos miran y... ─empezó a hablar la chica, pero Evan le colocó un dedo en los labios dándole a entender que se callara─ es ilegal ─susurró Mónica.

Reino en Llamas |Completa ✅|Where stories live. Discover now