Camila Cabello, una chica de 23 años, recién egresada de la facultad de derecho de la universidad de Miami, es contratada en un bufete de abogados en Londres. Su vida cambia completamente, cuando conoce a la gran y experta abogada Lauren Jauregui, d...
Era mi primer día en el cuarto semestre de la carrera, yo acababa de cumplir veinte años y no había nada en mi vida que no me hiciera feliz, me sentía plena, hasta que conocí a mi profesora de derecho administrativo La licenciada Alexa Ferrer, ella tendría unos 33 años en ese entonces y era increíblemente hermosa, con aquel cabello castaño que le llegaba a media espalda, y aquellos vestidos que usaba que me dejaban ver un poco de sus piernas ejercitadas, también, la sonrisa siempre que me decía "Buen trabajo señorita Jauregui". Había desarrollado un crush por mi profesora y era algo real.
Un mes después de haber comenzado el semestre fui a uno de los cafés que se encontraban dentro de la universidad, era un día lluvioso, y yo solo quería un café con el cual estudiar para un examen, cuando estaba a punto de salir del local escuché su voz desde una mesa
-Lauren - son siquiera voltear, sabía que era ella, me había aprendido cada sonido que podía salir de su boca
-Licenciada Ferrer - saludé sonriendo
-Siéntate y dime Alexa, ahora no estamos en horario de clase
-Me costará trabajo decirle así
-No seas boba y dime Alexa... no te llevo tantos años. Café? - preguntó mirando mi vaso
-Si, tengo un examen mañana - dije haciendo una mueca
-Te ayudo a estudiar
-No, no podría, no sé siquiera si eso es legal - ella soltó una risita
-No es un examen para mi materia, te puedo ayudar, tengo mucha experiencia
-Bien... creo que podría necesitar esa ayuda, el licenciado Johnson me está haciendo un poco la vida imposible
-Aún da clases? El era muy grande cuando me dio clase a mi e hizo mi curso de derecho de la Unión Europea un infierno
-Pues sigue ahí - dije haciendo una cara de dolor
-Vamos a mi casa ahí estaremos más cómodas - y eso no podía estarme pasando, la profesora más linda de toda la facultad, me estaba ofreciendo su ayuda para estudiar... en su casa, ese día ella llevaba un vestido del tamaño que sería cuestionado si alguien que da clases a muchachos de veinte años, debería de usar, pero para mi, se veía hermosa
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-A... a su casa?
-Si, ahí podremos revisar tus apuntes y también los míos que tenía en esa época
-Está bien... trae auto?
-Háblame de tu fuera del salón - medio sonreí
Como yo había llevado mi auto ese día a la facultad, decidimos ir en él
La casa de Alexa era bonita, no era gigante pero tampoco era una miniatura, al entrar no pude evitar reparar en una foto de una pequeña ojiazul
