No soy otra típica rubia

¿Término?

Ya estabamos instalados en la sala de estar para la noche de películas. Habíamos preparado nuestro "cine casero" en la habitación que tenía un gran LCD donde se  podía ver todo tipo de filmas. Los tres estábamos recostados en los puffs de colores frente a la pantalla que transmitía "Hangover". Lamentablemente, me encontraba con la mente en otros lados y no podía estallar en carcajadas como suelo hacerlo.

-Clara... ¿Qué pasa? -me preguntó Chris mientras me tiraba palomitas- Estás muy callada.

Di un pequeño respingo.

-Lo siento, chicos... -suspiré y me sacudí ligeramente el cabello- Este año ha comenzado bastante intenso, ¿Saben?

Los dos se miraron fijamente y luego posaron su mirada en mí.

-¿Tienes algo que contarnos,  a caso?  -preguntó Lia- Tu actitud es de tener algo saltando en la punta de tu lengua esperando desahogarse.

- Eh... -me sentía algo nerviosa- Bueno, joder, sí. -remojé mis labios- Es Travis, joder, el puto Travis. Él es el problema.

-¿TRAVIS DE NUEVO? -exclamó Lia.

-No recuerdo a aquel Travis. Joder, más lento, ustedes son el sexo inteligente y por lo visto, me perdí bastante... -dijo Chris.

-¿Recuerdas al chico con el que peleó Clara en la fiesta de despedida del verano?

-Sí... -frotó su calva barbilla meditando las palabras.

-Bueno, él es Travis. -continué.

-Ok, ok. -respondió Chris.

-Vamos al punto. -interrumpió Lia- ¿Qué pasó ahora?

Dí un fuerte resoplido y comencé a hablar:

-En el centro comercial...

-Espera, espera  -dijo Chris- ¿Qué mierda hacías tu en un centro comercial?

-¡JODER, FUE LIA, PERO ESO NO IMPORTA! -exclamé frustrada. Volví a cogerme el pelo y respiré profudamente antes de continuar - Bueno... como decía, estaba ahí y de pronto me dí cuenta que ya no tenía mi bolso. Entonces comencé a buscarlo y lo tenía Travis. El punto es que al examinarlo, me anotó su número junto a un "llámame" . ¡Y NO SÉ COMO MIERDA INTERPRETARLO!

- Quiere ligar. O no sé, tal vez es una trampa. -comentó Lia.

-¿Qué es lo complicado? -preguntó Chris- Si no te gusta, ¡No le des importancia! Tú decides la interpretación.  Si lo llamas, es porque quieres que ligue contigo. Si no, está más que claro que no le diste importancia a un imbécil como él.  Ay chicas... -suspiró- Ustedes son tan complicadas...

Christopher tenía razón.  La verdad era que sólo me amargaba a mí misma pensando en aquellas cosas. Ignoraría sus intentos en querer molestarme y simplemente seguiría con mi vida.

¿Por qué lo meditaba tanto?

Entonces decidí seguir a lo que me decía, y me preocupé exclusivamente en pasarla bien con mis mejores amigos.

                           ~○~

Todo iba... ¿bien?

Quiero decir, con mis amigos todo estaba de lujo, Travis seguía con sus miradas raras pero no me ha molestado, y Jace... Todo era muy normal con Jace.

Ya estaba nuevamente en otra  plena semana escolar.

Caminaba tranquila por los pasillos de la escuela, (Sí chicos, esta vez sí iría a clases. ) buscando mi próxima clase: Historia. Estaba algo atrasada en cuanto a entrar pero no me preocupaba. Llegué al salón, entré y me senté en la última silla de la esquina al lado de una ventana. Por suerte la profesora aún no llegaba por lo que subí mis pies a la mesa y me dispuse a escuchar música. Todo podría resultar perfectamente normal, pero la mirada no disimulada de alguien que estaba a mi lado me... frustaba.

Y esta vez no era la de Travis Brown.

Esta vez era la conocida Nora Stewart, capitana del club de porristas y novia del capitán del equipo de fútbol, o más conocido como mi hermano.

Nosotras tenemos unas cuántas clases compartidas, pero no somos amigas. No me cae mal, o al menos no ha hecho nada para hacerlo, pero mi relación con ella, era distante.

Y más que ahora necesitaba esa distancia que solemos tener.

Normalmente, Nora podría estar aprovechando de dar un retoque a su maquillaje, sacándose fotos con boquita de pato o simplemente hacer cualquier otra cosa que hace una presumida capitana de porristas.

Pero ahora, Nora me miraba. Como si tuviera ganas de hablar pero no se le da el coraje.

¿Qué les daba con las miradas?

-Hey, Nora  -me volteo hacia ella y la miro- Tranquila, no muerdo... -reí entre dientes y me saqué los audífonos preparándome para una conversación.

-Clara...-sonrió con esas sonrisas que usan las chicas en la televisión.

-¿Y? -levanté una ceja mientras preguntaba- ¿Necesitas algo?

-Ay, perdón lo siento... -hizo un gesto como de querer volver al mundo real- Es que a veces te ves tan dura que...

-¿Te asusto? -no pude reprimir una risita. Era increíble como uno se hacía fama en estas escuelas. Aunque debo admitir que me agradaba el respeto que se me daba.

Pero, joder, vamos, ¿A caso tenía un pene en la frente que parecía tan extraña?

-¿Cómo está Max? -preguntó yendo al grano directamente.

¿Max? ¿Esto era broma?

-Pues... -me reacomodé en la silla- Mi relación con Max no es muy cercana a pesar de que seamos hermanos, ¿No se nota? En fín... -suspiré- Supongo que tu sabes más de él que yo, eres su novia, ¿no?

Hubo un silencio muy incómodo.

-Max y yo terminamos hace ya casi una semana... -dijo ocultando su rostro con su pelo.

Ay. Creo que metí la pata.

Por lo que demostró, le afecta mucho el tema.

-¿Sabes? No quiero ser chismosa ni nada, pero ¿Por qué cortaron? -pregunté.

-Pues... dijo que no era yo, que era él y que ya no era lo mismo. -dio un fuerte suspiro para recobrar aliento- Dijo que no podia estar con alguien por el momento y que no quería hacerme daño, por lo que lo mejor sería estar alejados. Eso...

Mi cuerpo se estremeció.  Así que Max había terminado con Nora.

¿Podría haber sido por Lia?

Necesitaba hablar con él.

Me quedé pensando el resto de la clase. De vez en cuando me giraba y charlaba un poco más con Nora pero en el  fondo, ninguna de las veces en que pensé en no preocuparme antes de tiempo me sirvieron. No soportaba la idea de Max con Lia y me ponía de muy mal humor.

¿Tu mejor amiga de novia con tu hermano con el que, por cierto, te llevas pésimo?

Joder, qué fastidio volver a poder tener en mi vida una situación como esa.

La clase terminó y todos retiramos nuestras cosas.

Antes de irme, tomé a Nora del hombro y la giré hacia mí.

-Stewart. -le dije- Eres la capitana de porristas, cientos de chicos mejores que el estúpido de mi hermano se derriten por tí.  Ánimo, nena. -le guiñé y me marché.

Pobre. Ella de verdad lo quería.