Amores imposibles 2: Mientras tú dormías

Capítulo 6

DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

Queda prohibido editar, reproducir o publicar total o parcialmente esta historia en cualquier blog, página, grupo o plataforma sin mi consentimiento expreso.

Estimado lector: Agradezco infinitamente que te guste la historia y que desees compartirla con otras personas, pero la mejor forma de apoyar mi trabajo y respetar el esfuerzo y dedicación puestos en cada una de mis historias es colgar el link a la misma, ya sea en tu fanpage, grupo u otro medio que manejes.

NO LA COPIES O DISTRIBUYAS SIN AUTORIZACIÓN. NO PLAGIES NI APOYES EL PLAGIO.

.

Capítulo 6

.

Los días fueron pasando uno tras otro sin detenerse. La relación de Ami y Taiki iba haciéndose cada vez más y más firme. Él con sus detalles estaba ganando terreno en su corazón, incluso ya casi no pensaba en el hombre inconsciente en el hospital Milenio. Ami se propuso no leer el diario y lo había logrado hasta cierto punto, al menos ya no lo hacía a diario sino que lo dejaba para una lectura muy ocasional.

Pero aún había cosas que la tenían preocupada. Su padre era una de ellas. Amade no había querido ir con Darien cuando Ami se lo pidió, parecía como si el hombre estaba decidido a dejarse morir. En una de las ocasiones en que tocaron el tema habían tenido una acalorada discusión.

—¡No puedes dejarte morir de esta manera!—gritaba Ami emocionada—Aún tienes una oportunidad de vivir, debes aprovecharla.

—¿Cuántas veces te lo tengo que decir Ami? ¡No me interesa, entiéndelo! Mi destino ya está trazado, estoy recibiendo mi justo castigo por lo que les hice a ti y a tu madre.

—Estoy de acuerdo en que lo que hiciste estuvo mal, pero eso no quiere decir que debes morir.

—Ami hija, si vine aquí fue para pasar mis últimos días contigo, tratar de que me perdones, pero no quiero tu lastima y tu compasión, no quiero que te preocupes por mí más de lo que ya estás haciendo.

—No es lástima ni compasión... yo te amo papá... y no quiero perderte otra vez... no lo soportaría.—Ami se sentó apesadumbradamente en el sillón.

—¡Ami!—respondió Amade con lágrimas en los ojos, era la primera vez que le decía papá después de muchos años.

—Había luchado con mis sentimientos hacia ti, incluso me siento culpable con mamá, no es fácil ocultarle que estás aquí, pero no puedo estar así, sabiendo que día a día mueres un poco más y no hacer nada para evitarlo.

—Ami—dijo Amade abrazándola—Por favor entiéndeme, yo ya acepté mi destino y creo que es mejor para todos que yo desaparezca de sus vidas definitivamente. Sólo permíteme estar a tu lado mis últimos días.

—¡Pues no... no estoy de acuerdo!

Se levantó dejando a Amade arrodillado frente al sillón y se encerró en su cuarto. Ese día había sido uno de los que necesitó de las palabras de aquel viejo diario.

Luego de ese día no le volvió a tocar el tema, pero tampoco le hablaba mucho. Estaba molesta por su actitud derrotista, porque sentía que él le estaba negando una vez más la posibilidad de tener a su padre con ella y eso realmente la torturaba. Por más que fingiera ser una persona fuerte y racional, la falta de su padre durante los años después a que las abandonara le había marcado de una manera que ni ella misma había imaginado.