Amor y universidad

1. Ella ¿Aquí?

La Universidad de Tokio albergaba en sus instalaciones a todos los estudiantes prodigio en Japón. El acceso a ella era muy complicado: había pocos cupos disponibles, además de que era mitad del año y los exámenes de ingreso eran bastante complicados. Entre aquellos aprobados, estaba Kobayashi, caminando hasta el salón donde se llevaría al cabo su clase.

Su apellido era temido en los alrededores debido a su gran talento en lo que ella se dedicaba, a realizar los mejores programas de toda la Facultad de Ingeniería de Sistemas. Era su segundo año y ya había puesto a la universidad de cabeza, su habilidad era única y lo que hacía era prodigioso, a excepción de una sola cosa: Trabajaba sola.

Era el inicio del segundo semestre del año, ella caminando entre solamente varones y una que otra mujer, esto por la dificultad y exigencia de la carrera, además de que muy pocas mujeres pasaban el examen.

– ¿Ella es Kobayashi?

– Sí, es la mejor de la facultad.

– Pero es una chica, no lo creo.

– ¿No viste que le entregaron la beca?

Los susurros entre los universitarios cuando ella pasaba eran evidentes, la joven universitaria solamente pasándose de largo sin darles importancia o mucho menos sentirse alabada.

Ella tenía el cabello de color rojo, algo bizarro que contrastaba con su personalidad. Sus ojos cafés, que eran protegidos por sus lentes, no se despegaban del camino que recorría y la ropa que llevaba le daba aún más formalidad: un saco de color azul marino con una bandera de Japón pequeña al lado derecho, una camisa blanca, una corbata de color azul, un pantalón de vestir del mismo color que el saco y unos tacones no muy altos, casi no variaban mucho su altura. Le disgustaba bastante su apariencia en ese momento, pero no tuvo otra opción.

– No entiendo porque tanta formalidad solo para entregarme la beca. Odio vestir así, no me hace más femenina ni un poco. Si no llevara estos tacones, me confundirían con un chico...

Ella dio un suspiro mientras aún caminaba hasta su clase, sosteniendo en una mano su maletín y en la otra su celular, observando a varios de sus compañeros que atendían y ayudaban a los nuevos estudiantes. Claramente, no tendrían más que un horario de clases reducido, el rector daría la bienvenida y los nuevos universitarios conocerían las instalaciones. Ella siempre se libraba de aquel trabajo, el simple motivo: Los becados se eximían de actividades extracurriculares en la universidad.

– Kobayashi, buenos días.

Aquella voz llamó la atención de la mencionada, ella buscando con la mirada a quien la saludó.

– Hola, Takiya.

– ¿Acaso no leíste mi nickname? Soy Lord T.

Él le mostró su tarjeta de identificación como estudiante que llevaba en un lado de su camisa. De hecho esta llevaba el nickname que había mencionado. Ella miró fijamente a su compañero, rodando los ojos, mientras él se mantenía emocionado.

– Takiya es tu apellido, no deberías mezclar tu username de tus videojuegos con tu nickname de la universidad.

– Yo no le veo el problema, además así fácilmente encontraré a mis amigos. ¿Qué nickname usas tú? –dijo él intrigado, Kobayashi no tenía su identificación.

– Kobayashi.

– No piensas cambiarlo, ¿No?

– No veo la necesidad de eso.

– Hola, Kobayashi.

Dos voces se añadieron a la charla, esta vez eran más suaves y femeninas. Una de ellas era una chica de cabello negro corto y ojos azules que brillaban al ver a la chica de cabello rojo, estaba vestida formalmente al igual que Kobayashi. La diferencia entre ambas era que ella traía un chaleco de color azul marino que estaba cerrado y hacía resaltar sus encantos femeninos.