Capítulo 69

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Que curiosa es la vida, a veces te trata de la peor forma a veces de la mejor, pero te aseguro que todo lo hace por tu propio bien. El amor es así, también a veces sientes que tienes todo a lado de esa persona que ha estado contigo en todos los momentos más importantes de tu vida y hasta en los peores, ¿pero quién dice que todo es para siempre?, quizá no porque no es la persona correcta, quizás sí porque encontraste a esa persona que te complementa al cien por ciento. Esa persona que hace que cambies pero no de esa forma, no, hace que ames cada parte de tu ser, hace que ames las mañanas cuando tal vez tú las odiabas, hace que veas la vida distinta completamente. 

Las personas que son malas o que tienen algo de daño en el corazón constantemente hacen cosas a otras personas con tal de satisfacer con su dolor, su alma. Pero toda persona merece en esta vida una segunda oportunidad, para amar, para perdonar, para nacer de nuevo.

Y lo recuerdo tal y como pasó hace unos meses.

Frente a la pequeña fuente de agua, ambos pequeños jugaban a lado de su padre arrojando monedas, cada vez que lo hacían era un deseo según los pequeños. Silvia quiso lanzar un billete pero su pequeña la detuvo diciéndole que la fuente sólo aceptaba monedas y que no se le cumpliría lo que pidiera. Mientras Jorge iba por algo de tomar para los pequeños y para su esposa, Silvia se quedó con sus hijos hasta que una voz conocida, muy conocida la hizo girarse.

Que tal Silvia  ella se veía tan sonriente, su cuerpo lucía más delgado y su ropa era decente, parecía toda una empresaria, pero según Silvia, ella estaba presa.

Tomó a sus dos pequeños y ella le rozó el brazo delicadamente.

Tranquila, estoy aquí de compras y te vi, y aproveche para hablar contigo...

Rebeca, sabes que es imposible que crea eso, me quisiste matar, a mi bebé..

Sí y por es...

¡Mamá! una pequeña corrió hasta su madre.

¡Hola muñequita! Silvia, ella es Sofía, mi hija.

Ella la miró por unos segundos hasta que la pequeña le extendió su pequeña manita y Silvia la tomó.

Hola, preciosa la pequeña sonrió y se ruborizó.

¿Qué está pasando?- orge y Gerardo llegaron al mismo tiempo, preguntando lo mismo.

Les quiero pedir disculpas a ambos, perdón por lo de tu bebé, no sabes lo arrepentida que estoy, a pesar de mi condena en prisión, fui a terapia pero nunca se me va a olvidar lo que hice, lo siento mucho, por hacer de tu vida un verdadero caso, en serio, discúlpame, sé que no tengo perdón pero tenía que pedirlo ella tenía sus ojos rojos por tanto llanto.

No es correcto, pero te amo♥Où les histoires vivent. Découvrez maintenant