64

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Día 64, habían salido temprano y Shaina había ido a casa del rubio para ayudarlo a planificar lo del día 100, sin embargo al llegar a casa de éste, Milo no dejaba de dar vueltas de un lado a otro en su habitación mareando a la peli verde quien ya estaba harta de verlo así, el rubio había lanzado muchas ideas pero todas las desecho de inmediato pues según él era muy poca cosa, a lo que Shaina le respondía que muchas veces las cosas sencillas eran las más lindas.

–Por favor deja de hacer eso, me estas mareando.– dijo mientras se acostaba en la cama de Milo.– sea lo que sea que vayas a hacer le gustará.

–¿Y si no? él espera un príncipe azul Shaina, yo soy...

–Milo, tú eres muy guapo y créeme, ese chico te aceptará tal y como eres, ¿sabes por qué? Porque fue el verdadero tú que escribió aquellas notas con la ilusión de conquistarlo

Guardaron silencio, si algo le preocupaba a Milo era eso, el no ser suficiente para Camus y no poder hacerlo feliz, ¿de qué servía todo si no podía hacerlo feliz? Tenia miedo a lastimarlo pues lo veía tan frágil, tan tierno y tan lejos. Sonrió, le pareció lindo que el francés hubiese estado acosando a Surt solo para saber de su persona, no negaría que estaba celoso y temeroso a perderlo, nunca se imaginó la desesperación del "rojito" por conocerlo y por eso debía ser especial, debía ser en un lugar en el que nadie los interrumpiera y sobre todo un lugar que se volvería especial para ambos.

–¿Y le confieso todo por una nota?- preguntó sentándose en una silla que estaba cerca de su ventana.

–Lo intestaste una vez y te arrepentiste, además le prometiste que se verían.–le dejó en claro su mejor amiga, ayudaría a Milo en todo y esta vez no era la excepción.

–¿Pero qué más pistas le puedo dar para que se de cuenta? Pensó que me gustaba Shaka y Mime, por poco y le faltaba decir que me gustaba el pelos de flama.– rodó los ojos, odiaba a ese sujeto pero pues la amenaza del baño y de hace unos días cuando estaba junto a Camus habían bastado para que le tuviese miedo y se alejara del francés.

–Tal vez no quiere aceptarlo.- Milo bajó la mirada, tal vez no quería aceptar que él era "Girtab" Shaina vio su error al decir aquello.– me refiero a que no quiere aceptar que está enamorado de ti.

–Ya no sé que pensar.– se revolvió los cabellos confundido.

–¿Por qué no le regalas algo que anhele tener y no le hayas dado?– preguntó una mujer de hermosos cabellos rubios y ojos azules como los de Milo.

–Mamá deberías estar descansando.– la mujer negó con la cabeza.

–Es hora de almorzar, mientras comemos los tres planeamos algo para es chico ¿qué dicen?– Milo y Shaina asintieron, Milo abrazó a su madre, la amaba tanto y agradecía el hecho de estar solo con ella sin es mal hombre que los trataba mal.

En casa de Camus las cosas estaban igual o peor que con Milo, el pelirrojo estaba acostado en su cama mientras Saori daba vueltas con las notas en mano, Camus por fin se había a animado a decirle lo que molestó a la peli lila por tardarse tanto, cuando terminó de leer todas las notas lo miró con el seño fruncido.

–¿Qué?

–Me dijiste que querías saber quién era quien le gustaba a este misterioso chico ¿no es así?– Camus asintió.

–No me dice quién es y las pistas no son muy concretas que digamos.– la chica tomó una almohada de a cama y se la aventó con fuerza en la cara.– ¡Oye!

–Camus, eres muy listo pero en cuestiones de sentimientos estas reprobado.– el pelirrojo la vio ofendido.– dime la verdad, ¿te gusta?

–Claro que no, no sé quien es.– la chica se cruzó de brazos y lo miró con aquella mirada que lograba intimidar a todos, a decir verdad, Camus y Saori eran de las personas más frías en el aula pero aquello se esfumaba cuando se encontraban juntos, la mirada de Saori hizo que Camus se mordiera el labio inferior derrotado.– okey, admito que cada mañana llegó con las ansias de saber que me escribió, que los colores se me suben cuando me escribe "rojito", que sueño con poder conocerlo y que siempre he tenido mis sospechas en Megalos, sin embargo siento raro cuando habla de quien le gusta y me recrimino a mi mismo por empezar a sentir algo que sé no pasará, además parece que Megalos me odia.

–¡Camus! Eres realmente ciego, quien le gusta eres tú.– Camus parpadeó un par de veces mientras sus mejillas se tornaban de un hermoso color escarlata y su corazón se aceleraba, ¿de verdad "Girtab" estaba interesado él?– Sobre Megalos, ¿por qué él?

El francés soltó un suspiro y dijo todas sus sospechas, comenzando desde la semana en que "Girtab" no le había dado ninguna nota y diciendo que en esa misma semana Milo había faltado a clases, así como sus sospechas desde que le dijo que era rubio y también de las tantas veces que sorprendía al rubio viéndolo, le confesó que le parecía muy atractivo y que aunque él no fuera Girtab intentaría hablar con él alguna vez. También le contó el porque creía que Megalos lo odiaba a lo que Saori negó con la cabeza.

–No creo que te odie, es como si quisiera esconderse de ti.– concluyó la chica, sonrió perversamente a lo que Camus dedujo que algo se le había ocurrido a su mejor amiga, después de todo aquella sonrisa significaba cosas buenas o malas.

–Ya no puedo esperar más, con mis sospechas más de una vez he querido salir corriendo a abrazar a Milo y preguntarle si es él.– volvió a ponerse colorado.– pero si no es, temo que ese sujeto me golpee o algo.

–Tranquilo, paso 1: se paciente, es el día 64 después de todo, ya han pasado por mucho, paso 2: de ese me encargo yo.

–¿y el paso 3?

–Iremos de compras, te arreglaras un poco el cabello y te pondrás muy guapo para cuando llegué el día.– habló de manera picarona a lo que Camus se cubrió el rostro para que la chica ya no viera su rostro enrojecido.

Escucharon cuando los padres de Camus les llamaban para comer y ambos bajaron, el francés regresó a su habitación para sacar de su bolsillo la nota que le habían dado ese día, nota que no le había enseñado a Saori y que se había vuelto de sus favoritas, la guardó en su diario y bajó a comer.

Hola Camus.

¿Cómo está el rojito que ilumina mis mañanas?

¿Sabes? Ayer te veías hermoso y te apuesto que hoy también será así, me muero de ganas de habar contigo y escuchar tu delicada voz una y otra vez, tan cerca como se pueda, y deleitar mis oídos con tan melodioso sonido.

Llevó tanto tiempo esperando por esto y ahora que el día se acerca no sabes lo emocionado que estoy.

Espero cumplir tus expectativas, Rojito.

Te adora:

-Girtab.

Girtab.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora