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— ¡Hanji!

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— ¡Hanji!

El ambiente se llenó de gritos lejanos y desesperados, para los oídos de la joven castaña con lentes.

— ¡Hanji!

La voz era ronca, gruesa y autoritaria; Se debilitada siempre en la segunda sílaba, acompañado de un bufido de dolor.

¿Quién era? Se preguntaba tratando de seguir escuchando aquella melodía, que pedía a gritos su conciencia.

Tenía sueño, sus ojos parecían pegados, pidiendo no abrirse. Su respiración era escasa, era cuestión de segundos esperar a que pare.

—Hanji...

Escucho su nombre con poca fuerza, casi inaudible, había parado de golpe, dejando una sensación de curiosidad en ella. Respiro hondo y trato de abrir su único ojo sano, quería ver a esa persona.

Era una tarea dura, al abrirlo no pudo distinguir nada, veía todo borroso; como si fuera una ventana empañada en los días de lluvia.

Al aclararse la vista, sus ojos se posaron con unos hermosos orbes verdes tirando al oscuro color oliva, las cuales mostraban desesperación, cansancio y agonía; bajo unas notables ojeras, creadas por horas de insomnio y papeleo por su dichoso trabajo "especial".

—E-Enano—es lo único que pudo articular, sonrió al encontrarse con su fino rostro.

Aquel sujeto estaba muy pálido, el único color de su cara eran las manchas de sangre y tierra, con el oscuro de sus ojeras, que resaltaban su semblante firme.

— ¿Huh? —Miró por debajo de los ojos de Levi, tenía rastros de lágrimas y una que otra derramando, su mandíbula estaba tensa y temblaba constantemente; su pecho se movía con lentitud, mientras luchaba por respirar.

Ella extendió su mano tratando de secarlas.

—Hanji... —volvió a decir.

Con sus frías manos, las cuales temblaban, agarró la mano de la nombrada, hace mucho que no sentía ese miedo.

El miedo a perder a alguien que significa mucho para ti, era raro que él demostrará aquellas actitudes nuevamente, pero era un simple humano o para ella, su titán anormal.

— ¿Qué... —Tocio al articular la pregunta—;...sucede? —preguntó con su característica sonrisa, él sabía que estaba fingiendo.

El contrario iba a responder, pero empezó a ahogarse con la saliva y la sangre que estaba en su garganta.

Los nervios y el miedo no dejaban que ambos sintieran el dolor de las grandes heridas, causadas por la lucha con tres titanes excéntricos.

Hanji río, mientras que con poca fuerza se sentaba acomodando su espalda en un árbol.

—S-Siéntate—dijo palmeando el césped con su mano derecha.

El pelinegro se sentó como pudo.

Estaban cansados, querían dormir pero sabían lo que les pasaría si lo hacían.

Se produjo un silencio por parte de ellos en el ambiente, el único sonido eran el viento moviendo las hojas de los árboles, era un hermoso día para salir a caminar bajo la sombra que estos brindaban, el cielo estaba con leves nubes que acompañaba el cálido sol. También el sonido de las respiraciones obligadas que sus pulmones piden, eran tan bajas igual que los gemidos del poco dolor que sentían, los cuales trataban de reprimir.

— ¿Escuchas eso? —preguntó la de cabellos castaños, mirando las aves que volaban libremente en el cielo.

— ¿Q-Qué cosa cuatro ojos? —preguntó Levi, mirando la misma dirección que ella.

—Es el rugido de Eren. —Rio imaginándose la estructura anatómica del nombrado.

—Tsk, el mocoso no pudo contenerse.

El del cabello azabache empezó a toser, llenando sus labios con una fina capa de sangre.

Esos hermosos labios que le encantaba observar su comandante y ex capitana.

—Te acuerdas... —empezó a decir sin quitar su sonrisa—;...cuando, ¿Te imagine de titán?

«— ¿Mierda de titán? —preguntó la fémina de cabellos castaños con un tono burlón—. Enano, ya te dije que los titanes no tienen...

Un golpe en la cabeza, por parte de su compañero, interrumpió su brillante y curiosa explicación. Quedó tirada en el suelo sobando aquella parte, el pequeño hombre pegaba fuerte, pero si demostraba dolor, no sería alguien fuerte y digna del título capitana.

—Tsk, cállate—comentó volviendo a sus papeles—. Cuatro ojos de mierda.

Odiaba que ella le contradiga, siempre lograba sacarlo de sus casillas.

Our End ❥ʟᴇᴠɪʜᴀɴ Where stories live. Discover now