Progresando

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Después de pasar al rededor de una hora llorando en el despacho del sargento, cogí fuerzas y me dirigí a la camareta. Una vez allí me dirigí a mi mesilla, saqué una hoja de papel, un sobre, un bolígrafo y un sello. Lo dejé en la mesilla y me fui al gimnasio, donde hay dos zonas, una para discapacitados y la zona normal. Me subí a la máquina de andar (la de discapacitados, claro). Al principio me costo bastante, una vez que parecía que podía caminar mejor (agarrada a las barandillas de los lados) . Subí al nivel dos... En verdad, no se cuanto tiempo estuve allí, pero sé que conseguí llegar al nivel cinco. Así que me dirigí con mi silla de ruedas a las duchas y luego a cenar, ya que había tocado el toque de trompeta para la cena. 

Una vez en el comedor me senté con Hellrol y los demás.

-  ¿Que tal lo llevas Amanda?- Me preguntó Hellrol a la vez que dejaba su bandeja y la mía en la mesa.

-Mejor, en la máquina de andar ya he logrado llegar al nivel cinco.

-Que guai, eso significa que ya puedes empezar a andar poco a poco tu sola, pero agarrándote claro.

-Quiero poder caminar para cuando vuelva Drako.

Al terminar de cenar, fuimos a la camareta, yo me puse a escribir la carta par Drako, solo tengo cinco minutos antes de que apaguen las luces.


Querido Drako;

Ya sé toda la verdad, se que no te destinaron a una misión, sino que te castigaron por mi culpa, por traerme un colacao. No sé por que no me lo dijiste, habría hablado con el sargento y se lo hubiera explicárselo todo.

Para cuando vengas te tengo una gran sorpresa, aquí me despido, que van a apagar las luces.

Un saludo, te quiero, un beso.

Firmado: Amanda 


Metí la carta en el sobre, lo cerré, pequé el sello y lo mande, acto seguido me acosté como pude en la cama, tapándome con la cazadora de Drako. 

Al día siguiente, nos levantamos como siempre a las siete de la mañana, pero esta vez, cambie mi rutina con el permiso del sargento. En vez de ir a la rehabilitación, fui directamente al gimnasio, para ver si consigo caminar aun que sea un poco. Después de una hora, ya logro caminar, pero apoyándome a las esquinas, así que, me fueron a buscar unas muletas, para que fuera acostumbrándome, hasta poder caminar yo sola. Es como volver a aprender a caminar.

A continuación me encaminé (con Hellrol a mi lado con la silla de ruedas), pero a mitad de camino ya no podía sostenerme en las muletas, así que tuve que sentarme otra vez en la silla.

-No te preocupes, poco a poco, serás capaz de caminar a más distancia con las muletas, hasta poder andar sola, ya veras. 

-Eso espero- Le respondo mientras empujaba la silla para ir al campo de prácticas de tiro.

Una vez allí, conseguí superar el record de mis compañeros, cosa por la que me premiaron. Antes de ir a comer, fui a la camareta para poner el trofeo en la mesilla.

Una vez en la mesa de siempre, pasaron todos los soldados por mi lado para felicitarme. Pero mi sonrisa se sonrisa en el momento en el que alcancé a ver a Bruno. Se dirigía hacia mí. Se sentó en frente mía.

-Así que ahora te propones a dejar esa silla de ruedas para darle una sorpresa a Drako ¿he? Mejor será que te vuelvas por donde has venido ¿enserio crees que no eres una carga para el cuartel? Este sitio es para los hombres, no para las chicas, deberías dedicarte a otra cosa.

-Yo haré lo que me de la gana ¿entendido? y si me aceptaron sería por algo. Te aseguro que llegaré a ser incluso mejor soldado que tú.

-Ja,ja,ja... No te hagas promesas que no puedas cumplir, ese trofeo que ganaste ha sido el primero y sera el último que recibirás en el ejercito ¿entendido?- Se lebanta y abandona el comedor.

Amor Militar (terminada)Where stories live. Discover now