Los Guerreros Del Milenio

Prólogo

En el pueblo de Moscovia existe la leyenda de los cinco guerreros y las cuatro princesas. Esta leyenda se conoce como Los guerreros del Milenio. Así como se escucha, se trata de unos guerreros que se eligen cada mil años, para así proteger a las princesas que reinan el mundo de la magia. Cabe destacar que en realidad son tres princesas y, como le llaman, la Reina del Gran Milenio.

Todo trata sobre esta criatura, un híbrido entre un dragón y un león. Es el ser vivo más grande que ha existido. Este ser nace o 'despierta' cada mil años para destruir o eliminar a los humanos, enviado personalmente por el Rey del bajo mundo. El Rey del cielo, para prevenir esto, creo cuatro princesas con poderes inimaginables. Con sus poderes, solo ellas, pueden crear las armas que destruyen a esta criatura infernal. Estas armas solo las pueden utilizar los chicos guerreros, quien también son elegidos por el Rey del cielo. Es algo complicado, en especial los detalles más internos... Pero mientras avance la historia de la nueva generación milenia, verás que todo en la leyenda cambia.

(3ra persona)

En una casa de el pueblo de Moscovia, había una familia cenando felizmente y emocionada. El siguiente día se cumpliría por fin un milenio desde la última guerra. Todo el pueblo se reunía con sus poblantes adolescentes, ya que estos son candidatos a ser los elegidos. Las madres deseaban que sus hijas fueran elegidas como las princesas y los padres se llenaban de orgullo al pensar en ver a sus hijos siendo uno de los cinco guerreros.

La familia Alvir, una familia de clase media alta, tenia una cena muy elegante. Era el año 1,970, y la casa tenia los grandes lujos que ese año daba. Una gran casa blanca con alfombras vinos y el suelo en madera. Los Alvir daban a ver a sus dos descendientes, Elir y Samantha. Todos esperaban que los chicos fueran elegidos.

Elir se levanto de la mesa con cara triunfante. Un chico castaño de ojos celestes. Una vez tuvo la atención de su gran familia, con voz alta y clara dicto. "Estoy seguro de que al ser gran caballero y de clase alta, nuestro Rey me dará el honor de luchar por el. Le mostrare a los inmundos del pueblo que creen que tomaran mi puesto que ellos nunca serán suficientes para el Rey." La familia aplaudió orgullosa al escuchar al castaño de ojos verdes.

"Así se dice hijo! Muestra al pueblo quien manda este lugar y defiende a nuestro pueblo. No podemos dejar que se elijan ratas de la calle y si es que son elegidas es un grato error de el Rey!" Alardeó un hombre un tanto viejo, de ojos celestes y cabello canoso. La segunda heredera molesta, pero asimilando estar calmada, se levantó.

"Padre, no creo que es muy bueno decir tales cosas. El rey sabe lo que hace. Nuestro estatus no cambia nada y no nos hace especial. Puede que mi hermano ni yo seamos candidatos suficientes para el rey." término muy calmada la chica, idéntica a su hermano, solo que sus ojos son verdes. Todos la miraron con desprecio. Su madre se levanto y la abofeteo.

"Desgraciada! Como te atreves a hablarle así a tu padre y menospreciar a nuestro estatus? Si es que tenían razón, en toda familia hay una oveja negra!" La Señora Alvis señalo a su hija acusadora mente. "Tu eres un bicho, que tipo de chica piensa en defensa propia? Y educación? Eso es para los hombres!" Todos en la mesa reían y decían cosas de la chica.

(Samantha)

Suspire internamente. Todos decían cosas acusadoras de mi, sin importar que estuviera presente. Yo también pienso que soy un bicho, no quiero ser como las otras mujeres o chicas. No pienso dejarme someter por un hombre, me parece absurdo que no tengamos la libertad que tienen los hombre.

Lleve mi mano a mi mejilla al sentir un ardor en ella, mi madre me golpeó nuevamente. "ESCUCHAME MIENTRAS TE HABLO MALDITA! Cómo es que tuve a tan cabrona!?" Mire a mi madre con cara neutral y aguante mis ganas de irme corriendo de allí. "Ve a tu habitación en este instante!" Terminó por gritarme. Yo sin chistar lo hice. Al llegar y asegurarme de que tuviera seguro deje fluir las lágrimas sin dejar salir ni un solo sonido.