Querida Srta. Bibliotecaria:
Admito que fui un poco invasor.
Por favor, no me ponga una orden de alejamiento.
Con vetarme de la biblioteca es suficiente.
Solo quiero hacer una pregunta y no volverá a saber de mí jamás.
Lo prometo
- Laurence
PD: Ya venía siendo tiempo de que le dijera mi nombre.
YOU ARE READING
Storymark
Short StoryEl silencio de una biblioteca no impide que se conozcan. Pero tampoco impide que se separen.