Capitulo 1 - La colina de los cerezos en flor

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La historia se desenvuelve en un lugar rural de japon, unos meses después de haber cumplido 15 años, en aquel entonces fuí una chica normal como todas las chicas que existen en este mundo. La diferencia de este dia con los anteriores fué que este era mi primer día de clases en el colegio "St.Miator" mas precisamente un colegio para señoritas.
Este dia me desperté a las 6:50am, antes de eso soñé como sería mi primer día en este colegio, estaba muy emocionada, puesto que mis anteriores colegios todos fueron mixtos y este sería el primer colegio exclusivamente para chicas al que iba a asistir.
Al momento de abrir mis ojos y mirar el reloj, me levanté de un salto, ya era demasiado tarde. Me puse la ropa que primero encontré, me arreglé un poco y salí rapidamente. Era algo vergonzoso el primer día de clases llegar tarde así que ni siquiera desayuné, es más, ni siquiera había cenado anoche, unicamente tomé unas cuantas tazas de té para calmar los nervios y salí corriendo.
Me encontraba de buen humor caminando hacia mi nuevo instituto, estaba segura de que las cosas iban a salir bien de ahora en adelante.
De camino recuerdo que pasé por muchos lugares los cuales no conocia muy bien debido a que no hace mucho tiempo que me habia mudado a esta pequeña ciudad la cual era casi tan pequeña como un pueblo.
-Wooow, ¡qué flores más bonitas!-decía en voz alta con mucha alegría admirando los bellos arrozales mientras caminaba.
Alargué la mano para tomar uno de los jóvenes arbustos de coronas de las dos novias que había plantados a lo largo de la valla (Corona de las dos novias:  Tiene ramilletes de pequeñas flores blancas; de la familia de las rosas).
Las ramas florecidas, tocadas por mis dedos parecían flotar felizmente mientras esparcían sus pequeños pétalos, los cuales se amontonaron a mis pies en el suelo.
Había escuchado que el colegio al cual iba a asistir era un colegio de clase alta, por esa razón me sentía un poco nerviosa de no encajar del todo.
-estoy segura de que todo vá a salir bien, no te asustes Nagisa- me dije a mi misma dandome animos.
Al momento de agacharme para tomar un petalo del ramo de la flor, pude notar mis rodillas sobresaliendo sobre la falda azul que estaba usando en ese momento; giré un poco mi cabeza y me puse a pensar.
Antes de haber salido de la casa de mi tía me miraba una y otra vez en el espejo, no estaba segura si ponerme esta ropa pero debido a la prisa por no llegar tarde, tuve que usar aquellos atuendos, quería llevar el uniforme del colegio el primer día como todas las estudiantes, sin embargo antes de inscribirme dijeron que los uniformes los entregarían en el colegio unos dias despues de haber iniciado.
-me pregunto si me veré mas madura con el uniforme puesto, despues de todo hace seis meses que dí el estirón y he crecido bastante, quisiera probarmelo para saber como me queda, sería la chica nueva mas madura que entraría a Miator-me dije riendo en mi mente mientras seguía caminando.
-jej, no me puedo engañar a mi misma, es una locura, aunque me vista como princesa, no puedo aparentar ser madura con esta cara que tengo- me dije a mi misma sacando de mi bolso un pequeño espejo.
Mi cara era muy infantil para ser una chica de 15 años, aun así no podía evitarlo, era mi cara y me gustaba como era. Me sonreía en el espejo una y otra vez apreciando mis gestos para cuando me presente ante la directora.
-la gente siempre dice que tengo cara de niña, Uuum.. me pregunto si tal vez será por esos grandes y caidos ojos que tengo-me decía una y otra vez mientras seguía caminando.
Me preocupaba mucho mi fisico, quería dar la mejor impresión posible, tenía mucha confianza al haber crecido en esos meses, ya hasta parecía una señorita de verdad.
- Supongo que es cierto después de todo que cuando entras al instituto, creces antes de que te des cuenta. ¡Ja ja! Nagisa, ¿no estarás siendo un poco descarada?- me dije riendo.
El tiempo era espléndido esta mañana, el sol brillaba, las pequeñas flores blancas eran tan bonitas y adorables y no sabía porqué pero por alguna razón, estaba de increíble buen humor. La verdad si sabía porqué, pero era una sensación que jamas había sentido en mi vida.
No sabía mucho sobre Dios, pero tenía el presentimiento de que aquel día tan
espléndido era un regalo del mismo creador para animarme. Sentía como si Dios me estuviera diciendo “¡Ánimo! Si cometes algún error o te equivocas, te ayudaré. Así que no te preocupes por las pequeñas cosas; ¡sólo hazlo lo mejor que puedas!”.
Las suaves ventiscas de aquella epoca de sol agradable refrescaban mucho aquella mañana, cuando de repente una ventisca muy fuerte movió los arbustos muy felizmente como si estuvieran bailando.
- ¡Oh no! ¡Me van a ver la ropa interior! No tengo tiempo para estar jugando a esto, ¡estaré en problemas si llego tarde! Hoy es el primer día de clase y es importante. ¡sólo me queda menos de una hora! Tengo que darme prisa-dije planchando mi falda con mis manos y corriendo hasta la parada del autobus.
A toda prisa llegué a la parada y tomé asiento en los primeros lugares aunque extrañamente en este autobus yo era la unica persona aparte del conductor.
-muy buenos dias- dije amablemente.
-muy buenos dias señorita- respondió el conductor, me sentí tan bien que me llamen señorita, eso daba a entenderme que ya no era mas una niña.
-disculpe, ¿por que razón no hay mas personas en este autobus aparte de mi?- le pregunté al conductor.
-Pues la razón es que este autobus unicamente tiene una parada la cual es la residencia fresa, bueno no muchas chicas usan el autobus puesto que la mayoría ya se quedan en ese lugar.- me respondió el conductor muy amablemente
-entiendo, muchas gracias por responder mi pregunta- respondi poniendole una sonrisa debido a la amabilidad que mostró
- si, desgraciadamente debido a esto mi trabajo no va muy bien. Diariamente solo recojo a unas 30 o 40 chicas lo cual no me es de mucha ayuda.- me dijo el conductor con un tono triste en su cara
-si, lo entiendo muy bien, debe ser dificil. Perdon que le cambie la conversación, pero ¿que es la residencia fresa?- pregunte al conductor con curiosidad
- ¿no sabes que es la residencia fresa?. Imagino que debes ser nueva en el colegio-me replicó el conductor el cual cambio su cara de tristeza a una de asombro
- si señor, hoy es mi primer dia y bueno, como no soy de esta ciudad no me es muy familiar los lugares que hay- respondí
-eres bienvenida a este lugar, mira, la residencia fresa es el lugar en la colina a la cual nos dirigimos en la cual está tu colegio- me dijo el conductor muy amablemente
-no sabia que mi colegio estaba en una colina- le respondi
-si, es un lugar que bueno, he escuchado decir es muy hermoso- me dijo el conductor
-¿escuchó decir?- pregunté confundida.
-si, me gustaría mucho conocer dicho lugar- respondió.
-pe..pero.. eso quiere decir ¿que jamás ha estado ahí?. ¿entonces como me va a llevar?.- le pregunté con algo de pánico
-jaja descuida, lo que pasa es que la residencia fresa es un lugar en el cuál está prohibido el paso a los hombres por esta razón es que no conozco ese sitio, y bueno, te llevaré hasta donde los límites me lo permiten y despues de esto debes caminar para llegar a la residencia.- me respondió el conductor riendo al ver mi cara de asustada
-entiendo, muchas gracias por explicarme. Ahora conozco algunas cosas más de el lugar donde voy a estudiar- le dije también riendo.
-¿Como te llamas?- me preguntó con mucha amabilidad
-mi nombre es Aoi Nagisa, un placer igualmente, curso cuarto año de secundaria y es mi primer dia en el instituto Miator- le respondi igual amablemente
-que lindo nombre pero es algo muy poco usual en este lugar, ¿de que lugar vienes?- me preguntó el conductor
- vengo desde Tokio y es la primera vez que vengo a este lugar- le respondi
-entonces eres de otra region, asi que vas a Miator. ¿te vas a casar despues de terminar el colegio?, no me extrañaria eres una chica muy linda.- me pregunto.

Strawberry Panic - Novela CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora