La verdad debe ser contada...

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Karin P.O.V

Me desperté en la cama de Stefan notando que se había ido, dejando una carta en su lugar.

...De alguna manera se sintió como un deja vu. Empecé a sentir miedo. Tomé la carta y la leí.

Fui a hablar con Elena sobre Jeremy. Volveré pronto.

-Stefan

Suspire aliviada con una sonrisa en mis labios. Me bajé de la cama y caminé para agarrar mi bolso cuando me quemé con el sol. "¡Ah!" Salté hacia la sombra dándome cuenta de que no tenía ningún anillo diurno.

Pasé mis dedos por mi cabello y saqué mi teléfono para enviarle un mensaje de texto a Stefan para que me diera un anillo.

Supongo que me quedaré aquí—Damon. Damon vive aquí también...¡genial!

Mire la habitación de Stefan, tal vez tiene otro anillo... Me dirigí a su escritorio buscando por el y luego por los estantes.

"¿Estás buscando algo?" Me gire para ver Damon apoyado en el marco de la puerta, sosteniendo un vaso de bourbon.

No le di mucha importancia y volví a mi búsqueda. "Buscando un anillo diurno."

"¿Un anillo diurno? ¿No tenías ya uno?" Preguntó.

Sacudí la cabeza sin dejar de buscar. "Yo también lo pensé, pero durante la última semana solo he estado saliendo de noche." Conteste.

"Ah. Bueno, no encontrarás ninguno en la habitación de Stefan." Dijo Damon. Me volví hacia él alzando mi ceja.

"¿Y dónde encontrarías uno?" Vi una sonrisa en la cara de Damon. "Por supuesto que tienes uno."

"Sígueme." Damon caminó por el pasillo. Lo seguí hasta llegar a su habitación y entrar.

Damon se sentó en su cama. Lo miré. "Bueno, ¿dónde está?" Pregunté.

"En la cómoda superior." Señaló. Suspire y camine hasta el tocador. Lo abrí y gimió mientras recogía uno de sus bóxers para mostrárselo.

"¿Enserio?" Levante una ceja y deje caer la ropa interior en el tocador, cerrándolo de golpe.

Él sonrió. "Si."

"Vamos Damon. ¿Dónde está?" Cruce mis brazos contra mi pecho acercándome a él.

"Siempre tengo uno extra para mí."

"¿Por qué te quedas con dos?" Extendí mi mano para pedirle que estirara sus brazos.

"Uno, solo en caso de emergencia. Y dos, porque tendrás que buscarme para encontrarlo." Sonrió levantando sus brazos en el aire.

"...Estás bromeando, ¿verdad?" Pregunté.

"Si lo estuviera, ¿por qué te arrastraría hasta aquí solo para registrarme?" Sonrió.

Suspiré y caminé hacia él y me di unas palmaditas en el pecho y luego en los brazos. De repente me agarra las manos y me arroja a la cama. "Lo que el..." Salta encima de mí mientras me besa el cuello.

El deseo ardía.

Ruedo para quedarme encima de él y besarlo mientras mis manos se mueven por el costado de sus pantalones buscando el anillo. Sostiene mi cara e interrumpe el beso.

"Aún...te amo Karin." Susurro contra mis labios.

Me detuve y me bajé de la cama también. Me acerqué a la puerta.

"Karin." Me llamó.

Gire para mirarlo con una sonrisa. Levante el anillo diurno en mi dedo. "Gracias por el anillo."

NO soy ElenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora