☙Necesito ayuda❧ Cap.1

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ANN:

Notaba una leve molestia en el cuello, pero no era capaz de moverme.
Podía oír un pitido constante, monótono, intente abrir los ojos para averiguar de donde provenía el ruido y al hacerlo descubrí que estaba tumbada en una cama, todo a mi alrededor lucia de un color blanco deslumbrante. Al instante supe donde me encontraba. 

Estaba en el hospital, de nuevo. Era la tercera vez en este mes. Quise incorporarme, pero un dolor intenso en todo mi cuerpo me lo impidió por completo, tenia la cabeza espesa, me dolía incluso respirar. Se me instalo un dolor agónico en el corazón cuando intente recordar porque había acabado aquí otra vez. 
El ruido de una puerta habrirse me saco de mis turbios pensamientos.

-Veo que estas despierta.-Dijo una enfermera que entraba por la puerta.- ¿Cómo te encuentras?

-Bien, creo.

-Bueno Ann, no se que excusa vas a inventarte ahora -Dijo mirando las vendas de mis muñecas- Pero creo por tu propio bien que deberías buscar ayuda.

-Lo se Betty, gracias por preocuparte.

Betty había sido mi enfermera las anteriores veces que estuve en el hospital y realmente se preocupaba por mi. Después de asegurarse de que todo estaba correcto se fue.
Sabia perfectamente que necesitaba ayuda, quería llevar una vida normal, ser una chica normal.

Un miedo irrefrenable me invadió al pensar lo que me dirían mis padres al enterarse de que estaba aquí de nuevo, me faltaba el aire por tan solo imaginarme el volver a verlos.

Me obligue a tranquilizarme y empecé a pensar en alternativas, lo primero era lo primero, no pensaba volver a casa, no aun, necesitaba curarme, y luego ya pensaría que hacer.

Al poco rato Betty vino para entregarme una bandeja con el desayuno, el cual ni siquiera probé, y para decirme que, esa misma tarde ya me podía ir, también me recomendó un buen psicólogo que había ayudado a una amiga suya que tenia el mismo problema que yo, me digo que a su amiga le había ido de maravilla, y  que desde entonces dejo de autolesionarse. 

Aun dolorida me levante de la cama y me mire en el espejo, mis ojos se llenaron de lagrimas al no poder reconocerme en el, un montón de hematomas y rasguños cubrían gran parte de mi pequeño y delgado cuerpo, mi pelo rubio estaba completamente despeinado, tenia los ojos enrojecidos y unas inmensas ojeras los decoraban.

Me vestí como pude con la ropa que Betty me entrego y recogí mis pertenencias, entre ellas un móvil viejo con la pantalla completamente rota que aduras penas se encendía.

Me sentí un poco aliviada al salir del hospital y poder respirar el aire fresco de nuevo, pero mi mente se bloqueo al recordar que no tenia donde ir. Y volver a casa desde luego no era una opción, no hasta conseguir ayuda, si volvía todo volvería a empezar.
Recuerdo la primera vez como si fuera ayer.

"Mi padre había llegado a casa borracho, como de costumbre, descargando toda su frustración conmigo, empezó a gritarme y a decirme que no serbia para nada, corriendo me encerré en mi habitación antes de que fuera a peor, echa un ovillo me escondí debajo de las sabanas de mi cama, mientras lloraba y me preguntaba si realmente mi triste existencia servía para algo, al poco rato entro mi madre y cogiéndome por el pelo me llevo al baño, después de unos cuantos golpes y insultos me dejo allí tirada, sola, cerrando la puerta y amenazando con matarme si se me ocurría hacer algún tipo de ruido. El dolor que me provocan sus palabras era mas fuerte dentro de mi alma,  desgarrando cada pedazo que me quedaba de esperanza. Cuando al fin decidí incorporarme para lavarme la sangre del labio, pude ver una cuchilla de afeitar de mi padre, la cogí con la mano, para luego deslizarla con suavidad por mi muñeca, una sensación de paz y liberación me invadió, deje que mis problemas y temores se fueran junto con mi propia sangre.

También recuerdo los días que me privaban de comer y incluso de beber tan sólo porque me olvidaba alguna luz de casa abierta. Recuerdo con nitidez como los cortes eran mi única vía de escape y liberación por unos segundos.

Pero el problema fue cuando empece a depender de ellos, y aumentarlos cada vez mas, la paliza que me proporcionaron mis padres al enterarse fue monumental, y después de eso llego mi primer intento de suicidio, mi primera vez en el Hospital, cuando conocí a Betty"

Recordar todo eso me avergonzaba y dolía a la vez, por eso y por otros miles de motivos no pensaba volver a casa, la única solución que se me ocurrió, almeno temporalmente, fue llamar a Cathy.


Luz ©Where stories live. Discover now