Capítulo 8. Pánico y Terror.

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Capítulo 8. Pánico y Terror.

Phobos me mira con cara de perro compungido, como suele hacer cuando se porta mal. Mi perro hizo otra de sus perradas y llenó de lodo las sábanas blancas que Mine había lavado y puesto a secar al sol. Mine trató de ocultar la travesura de Phobos pero papá acabó enterándose, así que me llamó y me dijo que si no "castigaba" a mi perro, él me iba a castigar a mí. Juraría que esa frase se la robó al papá de Mijael... En todo caso, no sabía exactamente cómo "castigar" a Phobos pues no era un mal perro, simplemente hizo lo que todo perro hace, es decir, ensuciar lo que ve limpio. ¿Qué acaso papá no tuvo un perro cuando era niño? Sí, pero seguramente el gran Genzo Wakabayashi va a decir que su perro no tenía esa "actitud tan rebelde". En fin...

Mientras le daba a Phobos un perruno sermón, ya saben, eso de que debe ser bueno y no ensuciar sábanas lavadas ni morder mucho los zapatos de mi padre, me di cuenta de que Tsuki, la mascota de Aremy, nos miraba con ojos tristes. La perrita ha estado muy apática y decaída en los últimos días y no hay motivo aparente, el veterinario dice que no está enferma ni tampoco puede estar embarazada porque ya está operada así que la causa de su tristeza es todo un misterio, ni siquiera la misma Aremy lo sabe.

- Lo lamento mucho.- le digo a Phobos.- Dice mi padre que tengo que castigarte por lo que te dejaré amarrado toda la tarde.

El perro me mira como si lo hubiese desterrado a Siberia durante lo que le queda de vida perruna o como si le hubiera dicho que a partir de ese momento iba a darle dos baños todos los días. Yo, con todo el dolor de mi corazón, encadené a mi perro a su casa.

- Ya, camarada, no te pongas así, más al rato vengo y te suelto, lo que quiero es que mi papá vea que sí hice algo para corregir tu mala y canina actitud.- dije.- Sólo será por hoy.

Mi perro es un experto en manipulación: gimoteó, aulló y me lanzó la más miserable de sus miradas mientras se echaba en el suelo con actitud sumisa. Yo suspiré sabiendo que ya tenía perdida esa batalla.

- Está bien, camarada, en cuanto papá se distraiga te suelto.- le dije.- Ya no hagas tanto drama, ya te estás pareciendo a mis hermanas.

Después de dejar a Phobos interpretando su papel en la obra "El perro más desgraciado del mundo", fui a ver a Tsuki. La collie me miró con tristeza con sus grandes ojos cafés, con la cabeza apoyada en sus patitas, sin ánimos para hacer algo que requiriera más esfuerzo que respirar. Yo me hinqué ante ella para acariciarle la cabeza, dicen que tengo sensibilidad para los perros y que me comunico muy bien con ellos.

- ¿Qué te pasa, pequeña?.- le pregunto.- ¿Por qué estás triste?

Tsuki se recarga contra mí y gime suavemente. Yo comprendo al instante lo que sucede, siempre se ha dicho que los animales tienen un sexto sentido que les permite saber cuándo algo anda mal y creo que el problema es precisamente mi hermana. Quizás la perrita sabe que ella está enferma o es que se ha contagiado de la debilidad de Aremy.

- Habrá que esperar a ver qué pasa, Tsuki.- le digo a la collie.- Yo también tengo un mal presentimiento pero no podemos hacer otra cosa que esperar.

La perrita me lame la mano y yo le doy unas galletas para perro, de las que suelo darle a Phobos. Éste me mira como si yo fuese una especie de traidor y quizás lo soy pero definitivamente no puedo darle galletas ahora ya que se supone que está castigado. Jazmín viene a decirme en ese momento que Mijael, Chris y Claude ya llegaron y me están buscando; ella se da cuenta de que estoy "terapeando" a Tsuki y suspira.

Boku wa Wakabayashi Daisuke: Renewal [Captain Tsubasa]Where stories live. Discover now