Capítulo 3. Tortilla.

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Toda la habitación se quedó en un silencio sepulcral, esperando que alguien dijera algo. Sin embargo, ninguno podía hacer otra cosa que no fuese ver a Sakura de manera incomoda y esperando la reacción del Dr. Uchiha.

Honestamente, ella no podía decir qué era lo que sucedería a continuación, ya que Sasuke era totalmente impredecible. No obstante, su rostro carente de emociones, dejaba al descubierto que su destino no podría ser muy bueno.

Kiba, Ten-Ten y Sai, se notaban visiblemente preocupados por ella, muy diferente a Ino que solo la miraba complacida por la metida de pata que acaba de hacer. Sasuke la descargaría con ella apenas pudiera y claramente, esa perra desgraciada quería estar en primera fila. Sin embargo, ambas conocían muy bien a Sasuke y sabían que él no haría un espectáculo en plena habitación.

El Sr. Fukasaku volvió a reír, rompiendo un poco con la tensión de aquellos momentos. –Pero bueno, Sasuke, ¿de dónde has sacado a una chica como esa?

Sí, probablemente ni siquiera él supiese de dónde había salido, ya que desde que tomó el mando, ella se encontraba en el equipo. Aunque más bien, parecía un adorno.

¡Dios, se sentía tan mal! Quería que la Tierra se abriera y la escupiera en su casa. Sus mejillas de seguro estaban coloradas. Podía sentir la sangre correr en esa zona de una forma tan intensa que pensó que probablemente la tendrían que hospitalizar a ella. Estaba tan avergonzada. Y aun así sabía que Sasuke estaba igual o peor. Si antes la odiaba, ahora no había una palabra que describiera lo que de seguro debía de estar pensando o sintiendo hacía ella.

Agrupando todo el valor que le era posible en ese instante, Sakura levantó la vista observando al Sr. Fukasaku y, seguidamente, a Sasuke. Al mirarlo, supo que nada bueno se aproximaba.

–Ya que pareces saber tanto sobre el Sr. Fukasaku, quizás puedas instruirnos más sobre su ACV. –Sakura se sintió palidecer. Ella no sabía absolutamente nada sobre eso y él lo sabía. ¡Maldita sea, lo estaba haciendo a propósito! –Dinos, Sakura, ¿Qué es lo primero que harías para descartar que su enfermedad sea producto de la arteria carótida? –preguntó, cruzándose de brazos y mirándola fijamente.

¿Realmente esperaba una respuesta certera de su parte?

¿Cómo rayos iba a saber cuál era el estudio pertinente para un descarte sobre la arteria que Sasuke mencionaba?

¡Jesús, ella apenas y sabía que una de las venas de su cuerpo se ubicaba en el cuello y era llamada Yugular! ¡Pero eso no era su culpa! Si él se molestara más en instruirla que en destrozar su vida en el West, no estarían pasando todos por tan incómoda situación.

Su corazón latía tan rápido que pensó que se iba a salir de su cuerpo. Sasuke la estaba humillando públicamente. De forma decente, pero humillación al fin.

Fuertemente, mordió su labio inferior para tratar de evitar que las lágrimas comenzaran a amontonarse en sus ojos. Y lo peor era que, a diferencia de ella, que tenía un corazón amable y habría sido capaz de ayudar a cualquiera de los pasantes del Dr. Uchiha en cualquier situación, ninguno de ellos pondría sus manos al fuego por ella. Ninguno, excepto Sai, quien respondió lo que Sasuke demandaba.

Sakura ni siquiera pudo prestar toda la atención necesaria a lo que Sai acababa de decir, estaba demasiado avergonzada para eso y, lo que le preocupaba más, era la reacción de Sasuke cuando no tuvieran tanto público observándolos.

–Muy bien. –Aquella voz fría la llevo de vuelta al momento. –Comenzaremos con los exámenes ahora. –Sasuke, aun con las manos en los bolsillos de su bata, observó a Ino y a Kiba. –Ustedes dos comenzaran con los exámenes del Sr. Fukasaku. Comenzaremos con algo sencillo como una prueba de imagen cerebral, ¿me he explicado? –Los dos subordinados a los cuales les había dado instrucciones asintieron. –Bien.

West HospitalWhere stories live. Discover now