Capítulo 9. Sensaciones.

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Al momento de posar sus ojos en ella, Sasuke la recorrió descaradamente, y por alguna razón, ese hecho no le extrañó; allí estaba el Sasuke que conocía. El imponente, atractivo y arrogante que hacía temblar a cualquier persona con tan solo una mirada. A esas alturas, ella ya debería haber quemado esa etapa, pero no era el caso, ya que independientemente de todo, él seguía siendo el hombre más guapo e impresionante que hubiese visto con sus veinte años.

Se sentía tan débil bajo aquel escrutinio que quiso abofetearse y de ser necesario, lo haría, porque de ninguna forma se rendiría ante él. No le daría el placer de hacerle ver lo mucho que la afectaba, ni lo mucho que le atraía. Había jurado que le daría pelea, así como una vez también juró que no se inmiscuiría con él. Pero a diferencia de ese entonces, en ese preciso momento, sí cumpliría con su palabra. No quería volver a prestarse para sus jueguitos sucios, ni estúpidos. Ella estaba allí para ayudar a las personas enfermas que la requirieran y si Sasuke Uchiha necesitaba otro tipo de ayuda, bien podría recurrir a una puta.

– ¿Tú qué opinas, Nawaki? –la voz de Sasuke volvió a escucharse. Ahora también pretendía humillarla delante de ese niño. Genial. Era lo que le faltaba. Aunque siendo sinceros, ella ya se había humillado sola delante de Nawaki. – ¿Quieres oírlo? –la sonrisa que decoraba el rostro del Dr. Uchiha, era preciosa, brillante y merecedora de un diez.

–Es muy terca, Sasuke. –dijo Nawaki, mientas se tiraba en la cama y la miraba con atención, dejando ver también una sonrisa torcida. Era un hecho. Ese mocoso era la réplica de Sasuke. –No creo que quiera que la escuchemos.

Tenía razón. No quería. Nawaki era inteligente.

–Tengo mis tácticas para hacer que hable. –aseguró el Dr. Uchiha, mirándola de una manera intensa, casi provocativa.

¿A qué coño estaba jugando?

Ella lo que menos sentía en ese momento eran ganas de hacer absolutamente nada con aquella sugerencia que sus ojos le daban. Por lo contrario, lo único que quería era arrancarle las pestañas. Además, no terminaba de comprender qué demonios hacia él, allí. Se suponía que en pediatría se libraría de Sasuke, que más nunca tendría que soportar sus aires de grandeza, pero era obvio que ni siquiera estando en su casa, podría hacerlo. Cada vez que intentaba alejarse, todo se lo traía de vuelta.

Si no estuviese cabreada hasta la mierda, pensaría que quizás a eso le llamaban "destino", pero lo estaba. Estaba cabreada con Sasuke por usarla y atormentarle la vida, con Nawaki por parecerse tanto a él, con Karin por ser la afortunada de acurrucarse entre sus brazos y con todos en el jodido hospital por recordar su existencia cada cinco segundos, así que definitivamente no estaba de humor para soportar las idioteces que decían ninguno de ellos. Quizás si Nawaki hubiese permanecido solo, todo fuese distinto y lo habría sobre llevado, pero no era el caso.

Ignorando a Sasuke, Sakura miró a Nawaki. –Lo mejor es que te deje con el Dr. Uchiha. Llamaré a tus padres.

En ese instante, todo se quedó en silencio y ella pudo jurar que Sasuke se tensó en la silla que estaba. Sus ojos, parecieron incluso mucho más oscuros. Pero Nawaki rio, rompiendo la incomodidad que se había dado ante su comentario.

–Sasuke, ¿no le has dicho? –preguntó mirando a Sasuke, quien se levantó muy lentamente de la silla, sin despegarle un ojo.

–Pensé que ya había leído la ficha de tu ingreso. –habló, mientras se acerba a él. –Tal parece que no es así.

Bueno, no la había revisado a fondo, es cierto, pero sabía que Nawaki tenía que ser intervenido pronto debido a un tumor cerebral o algo así. ¿Cómo coño iba a saberlo? Duró una semana entera fuera del West y en su primer día en esa área, solo había recogido juguetes repletos de baba y creyones.

West HospitalWhere stories live. Discover now