Capitulo 13

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Lucía  Rodríguez.

Las cosas no están saliendo como espere. Nunca jamas en mi puta vida imaginé que ellos dos tenían algo. Es decir, ¿Como iba a saber que mi mejor amiga tenía un embrollo con mi ex? Es la regla número uno de cualquier amiga. No meterse con un ex de la otra.

Siento que cada paso que doy en camino al departamento se me rompe un poquito más el corazón, y lo peor es que no hay quien lo arregle.

Llamo a James para decirle que venga por mi. Necesito estar con el y que me de uno de esos abrazos que reconfortan el alma. Y que me diga que todo va a estar bien. Aunque eso se que no es verdad.

Enterarme de esto fue un golpe duro. No lo imaginé nunca. Al parecer, la única persona que creía que era mi amiga me había traicionado de la peor forma.

Una vez que llegó empiezo a empacar mis cosas, necesito irme antes de que Annie llegue, no puedo verla en estos momentos, y se que si me dice algo, la voy a herir de la peor forma, no en signos de violencia, sino con mis palabras.

Siento como se me revuelve el estómago  por los nervios y voy directamente al baño a devolverlo todo, el dolor de cabeza es horrible y los mareos también. Estoy volviendo a la misma etapa. Y solo dos personas me pueden ayudar para que no vuelva ahí.

Mis padres.

Diablos, los extraño tanto. Tal vez y sólo tal vez podría hacerme un viaje hasta mi hogar para estar con ellos. Cuando salí de la clínica en el tiempo que estuve ahí por anorexia ellos eran los únicos que estaban conmigo. Al pasar el tiempo, vieron que me estaba recuperando poco a poco, y entonces empecé a estudiar. Fue ahí cuando me introduje al mundo de la fotografía y diseño. Amo sacar fotos en todos lados, no importa el lugar ni la ocasión. Si plemente capturó todo.

Me incorporo nuevamente y lavo mi cara, el agua fría me tranquiliza mucho por lo que colocó mi mano en mi nuca para tranquilizarme un poco más. Me debo y voy de nuevo a la habitación.

Observo mi teléfono y veo que tengo una llamada entrante de James, sin dudar le contesto.

- Mierda pequeña, me tenías asustado. ¿Porque no respondías mis llamadas? - a vos suena muy preocupada, por lo que siento un poco de culpa de que este así por mi.

- Estaba en el baño James. Perdón. No tenía a celular encima.

Siento como suspira del otro lado y puedo asegurar que está pasando la mano por su cara en señal de frustración.

- No se porque en este momento estoy pensando en que devolviste todo en ese lugar ¿No?

- Cl...Cla- ro que no - Mierda. Mi voz me está delatando.

- Se que malditamente estas mintiendo. Estoy llegando, esperame afuera en cinco minutos. Tu y yo vamos a hablar muy bien de ese tema.

- Si papá.

Nisiquiera espera a que diga algo más porque corta el teléfono. Se que está enojado, pero simplemente no lo puedo evitar. Mi organismo ya está acostumbrado así, y yo no lo quiero cambiar.

Cierro mi valija y la coloco en el suelo para acomodarla mejor. Me encaminó hasta la entrada y observó si no me olvidó nada. Niego con mi cabeza y me voy.

En cuanto llego afuera veo a James apoyado sobre su auto y fumando un cigarrillo, mierda, se ve tan caliente. Pero sé que si intentó algo con el saldría dañada nuevamente. El todavia no dejo de lado a Natalie, y yo no puedo ser la segunda opción.

Me acerco cautelosamente hacia el y levanta la vista. Sin dudarlo tira de mi y rodea con sus brazos mi cuerpo.

- Me tenías preocupado pequeña, de verdad, no siento tanto...

- No fue tu culpa James. Pero por favor sacame de aquí.

- Claro, llamaré a un amigo para que recoja el auto por ti y vamos en el mío ¿De acuerdo?

Me suelta y toma la valija para guardarla en el baúl. Por lo que me subo en el auto.

Vaya, y yo que pensé que iba a obtener un descanso cuando viniera aquí.

James O'conner.

Una vez que estamos viajando de vuelta a la ciudad compruebo que Lucía está muy callada. No me ha dicho bien lo que a pasado pero tengo una idea de que el idiota de su ex está metido en esto.

Decidí que voy a contarle sobre la llamada que recibió hace algunos días de su parte, y voy a estar ahí para ella, porque se que estos momentos ea cuando más los amigos deben estar.

Amigos.

Esa simple palabra hace que sienta algo mal en mi estómago, quiero a Lucía pero de una manera más que amistad, pero se que hasta que no le de un cierre a mi historia con Natalie no voy a poder hacer las cosas bien con ella.

Se que Lucía también siente esa atracción por mi cuando nos miramos fijamente, y aunque no vamos a seguir evitando, no se hasta que punto pueda llegar todo esto. La deseo, si, y de pura madre, pero también están sus sentimientos y no quiero que subra por un idiota inmaduro como yo.

- Uhmm. ¿James?

- ¿Si?

- Perdón por haberte echo venir hasta aquí, se que tal vez estabas ocupado pero no pude evitar pensar en tu en cuanto todo lo que me pasó...

Tomó su delicada mano y la observó, es tan linda, tan frágil y delicada que parece una muñequita. Pero aunque la quiera cuidar demasiado hay veces que se me escapa de las manos.

- ¿Sabes que voy a estar siempre para ti verdad? No importa el horario ni el lugar, tu solo debes llamarme y estaré ahí para ti. Siempre.

- ¿Lo prometes?

- Te lo prometo.

Una vez que llegamos me encargo de bajarme del auto y sacar su valija, me invita a pasar y acepto..
Observó como habla, aunque no la estoy escuchando, se que se está refiriendo ami. Pero solamente estoy concentrado en una cosa.

En sus labios.

Mierda, tiene una boca digna de ser una buena besadora y otras cosas más que me estoy imaginando en este momento. Por mas que tenga un pequeño dolor en mi entrepierna no lo puedo evitar.

Genial. Una erección mirando solamente sus labios.

- Entonces decidí seguirlos para poder comprobar con mis propios ojos que...

La tomo de la nuca y que sea lo que Dios quiera.

Sin más, la beso.

Sin ti Where stories live. Discover now