Ladrones famosos.

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–En otras palabras el mundial banco fue robado de nuevo, es el tercer asalto que sufre este mes por los ya conocidos ladrones "ZaDr" –La voz aburrida del reportero se escuchaba en toda la sala de los Membrana.

– ¿Tu hermano robo de nuevo? –Pregunto el cansado profesor Membrana dejándose caer en el sillón junto su hija adolescente.

–Sí... –se limitó a decir ella sin despegar la mirada de su aparato de entretenimiento.

–De rarito de lo paranormal, después gay y ahora esto, un ladrón famoso... –susurro el adulto frotando sus cien, ya estaba cansado de todas las etapas de su rebelde hijo, y aun tenía la esperanza de que Dib recapacitara y se dedicara a lo paranormal.

Aunque eso es lo que menos estaba en la cabeza del adolescente, con sus veinte años recién cumplidos, lo único que quería era ser libre.

–Y ahora pasamos con nuestra cámara aérea –hablo el comentarista, donde ahora la cámara mostro una persecución en pantalla, un auto manejaba a toda velocidad por la carretera, desde la vista que nos daban, Dib estaba conduciendo mientras Zim disparaba algún tipo de arma, y por lo que se podía ver y escuchar ambos se estaban gritando el uno al otro.

Ellos eran bien conocidos por sus muy conocidas peleas en medio de los atracos, pero también por sus muy buenos momentos romanitos grabados en callejones por cámaras de seguridad o por otras personas que en lugar de denunciar lo grababan para ganar dinero.

Y eso no era algo de lo que el profesor Membrana estuviera orgullo, ver a su hijo tener sexo con ese alíen en plena carretera, y sí, efectivamente todo el mundo sabía que Zim era un Alíe.

Desde que Dib se rebeló contra su padre y la sociedad, Zim hizo los mismo, y se dejaron llevar por un camino del cual ellos eran dueños, sin que nadie les digieran que hacer o porque pelear ¡Eran libres!

–Esa... ¿No es nuestra casa? –Pregunto Tak al dirigir su mirada al televisor, donde el auto se estacionaba y los ladrones corrían dentro de la mencionada casa.

– ¡Hola papá! ¡Hola Gaz! –Entro corriendo Dib directo a la cocina.

– ¡Hola suegrito! ¡Hola cuñada! –Saludo Zim corriendo hacia la ventana de la sala e iniciando un tiroteo contra los pocos policías que los habían alcanzado. – ¡Tienes diez minutos, Dib! –Grito Zim al momento de recargar municiones.

– ¡Lo sé, amor! –Respondió asomándose por la cocina Dib, el cual ahora portaba una mochila, al parecer habían venido por comida y ropa.

– ¡No me llames amor, humano idiota!

Dib corrió ahora escaleras arriba y bajo en menos de dos minutos, con otra mochila en mano y un maletín atravesando su pecho.

– ¡Nos vemos papá! –Se despidió el amante de lo paranormal con un beso en la frente de su padre – ¡Adiós Gaz! –De igual forma beso su hermana en la frente, la cual solo gruño, ahora que su hermano era un ladrón famoso lo toleraba más pues no se la pasaba en casa molestándola.

– ¡Adiós! –Grito Zim, y ambos salieron por la puerta, protegidos por un escudo de fuerza por parte del alíen, ambos subieron al auto y arrancaron hacia su destino, ¿Cuál era? Ni quiera ellos lo sabían pero no importaba a donde fueran, serian felices incluso en prisión.

Las cámaras siguieron al auto alejándose de la casa de los Membrana, dejando a la hija y al padre tranquilos viendo las noticias.

–Así que tu hermano robo de nuevo ¿Eh? –Pregunto el mayor ignorando todo lo que había pasado hace menos de diez minutos.

–Sip –respondió la chica sin dejar de ver su videojuego.



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