Prometiste~

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Basado en la canción "Prometiste" de Pepe Aguilar. 


La respiración agitada de un joven se escuchaba en el silenció de un bosque, corría con desespero sin importarle rasgar sus ropas con las ramas de los árboles. Estaba haciendo un frío devastador pero eso no impidió al joven levantarse se su cama y correr en dirección de donde se suponía estaba su novio.

Después de leer ese mensaje no le quedo de otra que salir sin siquiera ponerse sandalias, lastimando sus pies con los vidrios, espinas y piedras, aunque ese dolor era nada comparado con lo que sentía en su corazón.

"Dib, me voy...si quieres despedirte estaré en la colina, aunque dudo que quieras venir después de todo lo que paso...después de todo lo que te hice"

Sus pulmones se estaban lastimando por el aire frío que el humano ingería al correr con todo lo que podía.

Y por fin, después de unos largos minutos llego al lugar donde él lo estaba esperando.

Y efectivamente, una nave estaba a punto de despegar, el alíen se mantenía a una corta distancia de su transporte mientras veía con detenimiento una última vez el brillo de la ciudad, de esa ciudad de la cual nunca supo el nombre, porque aunque paso más de seis años en ella, nunca se tomó la molestia de averiguar algo relevante sobre donde paso los últimos años.

Quédate un poquito más, todavía no es hora de abordar.

– ¡Zim! ¡Espera! –Grito el azabache a la par que disminuía su velocidad y reclamaba algo de aire.

– ¿Por qué te vas? –Cuestiono el de lentes con la poca respiración que le quedaba.

–Ya no tengo nada que hacer aquí Dib... –susurro el alíen mostrando una sonrisa melancolía, al recordad todos los años que paso junto al humano.

– ¿Qué hay de mí? –Pregunto el joven tomando una postura más recta, el frío no lo dejaba sudar correctamente haciendo que su cuerpo se sintiera caliente y a la vez frío.

–Tienes que aceptar que lo nuestro nunca funciono, Dib. Solo fue una farsa ¡Y lo sabes! –Esas palabras estaban cargas de dolor, pues era verdad, los años que pasaron juntos fueron tan hermosos como horribles.

–No importa que diga o haga... Te iras, ¿Verdad? –Bajo la cabeza el amante de lo paranormal mientras retorcía la punta del saco de su pijama, el cual se encontraba ahora sucio y rasgado, con algunas gotas de sangres por las recientes heridas, heridas que no se sentían pues el frío no le dejaba sentir nada.

El irken dio una sonrisa como respuesta afirmativa, no quería hablar mucho esa noche, quería que todo acabara rápido, no pensó que el humano viniera por eso le mando el mensaje...

Pero lo hizo.

Escucha estas palabras como despedida.

–Bien, entonces...escúchame por lo menos.

–Para eso has venido, ¿No?

Por qué no puedes explicarme...

–Dime... ¿Qué estabas pensado cuando lo hiciste? ¿Cuándo aceptaste salir conmigo? ¡¿Cuándo dijiste "Sí"?! –Grito el joven Membrana, una pregunta que nunca se hicieron después de lo que paso entre ellos.

Cumplieron el cliché de las parejas de amor odio, fueron enemigos, luego amigos e inevitablemente amantes... su relación duro poco pues lentamente se fue deteriorado, ambos pensaron ¡Todos pensaron! Que estaban hechos el uno para el otro, pero era una mentira, no se toleraban.

MujunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora