Epílogo

204 7 7
                                    

Anoche estuve conversando con mi cigarrillo
me senti cansada, cansada, aburrida y tan vacia
que a veces hasta pienso, que ni siquiera existo
que a veces hasta pienso, que ni siquiera existo

lo encendi muy lentamente le di una fumada
y al mirar el humo que en el espacio se volatizaba
recorde tantas cosas que crei olvidadas
se las conte todas mientras que lo fumaba

le converse de ti y de mis añoranzas
le conte de tus besos y de mis esperanzas
le conte de tu olvido, de mis lagrimas tantas
de aquello que vivimos y que hoy se ha vuelto nada.

le dije que es posible que a mi nadie me quiera
por que he intentado vivir a mi manera
por que me he negado a pagar el tributo
de bajeza y pecado que hoy nos exige el mundo.

que a la mejor estoy acabada o que la vida me ha vencido
que he sufrido y he llorado, que he luchado y he reido
y que es lo que he ganado por ser asi tan comprensiva
solo vivir desesperada, en un mundo tan vacio.

anoche estuve conversando con mi cigarrillo
y al terminarlo pensando me quede entre suspìros
que en este verso triste, que es el mundo en que vivo...

Cantaba Alexandra con sentimiento, o eso era lo que ella creía porque en realidad sólo estaba gritando. Tomo otra copa de París de Noche, la cual es una bebida alcohólica hecha con Coca Cola y Ron para posteriormente degustar otro cigarro.

-¿por que en toda mi vida he sido una perra? -se preguntó arrastrando unas letras demostrando su estado de ebriedad. Además se veía en un espejo -¡solo el me va quedando como único amigo! -grito finalmente.

-¡Alexandra! -grito por lo que Alex volteo a verlo.

-¿Qué? -pregunto ella tratando de bajarse del sillón -ya casi... casi... -se cayó de cara -ay! ¡Verga!

-¿te caiste, brotha? -pregunto acercándose.

-no -hablo con sarcasmo -queria besar el puto suelo, ven y únete perra -se levantó y tomo su cigarro.

-¿estas fumando? -pregunto nuevamente.

-¿estás haciendo preguntas pendejas? -el chico se quedó en silencio un tiempo -jake mate, poto

-¿por que está fumando? -pregunto arrebatándole el cigarro.

-¡es estrés! -tomo su copa y bebió las últimas gotas, trato de prepararse otra pero no pudo porque se había acabado todo el ron -estas chingaderas durán menos cada año.

-¿cuantas botellas llevas?

-¿cuando te fuiste?

-el jueves

-jueves -empezo a contar con sus dedos -viernes, sábado, domingo, hoy... Ah... -miro sus dedos -¿veinte? -hip -o más, no lo sé -alzó los hombros.

-¿que te sucede?

-¿que te importa, verga?

-¡me preocupo por ti!

-ay! Pero que tierno, verga -lo miro con los ojos cristalinos.

-¿que demonios? -la vió sorprendido -no llores brotha -la ayudo a levantarse -ya, ya, ya, esto que tengo te contentará

¡YA NO QUIERO HACER ESTO!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora