Capítulo 37

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(Noa)

Luego de habernos desahogado en la ducha, nos secamos y vestimos para irnos directamente a la cama, en ese momento no teníamos más nada que decir los dos no estábamos bien, pero estaba seguro de que el tiempo lograría mitigar el dolor.

No me dormí hasta que ella logro conciliar el sueño. Sabía que esto era mucho más difícil para ella, pero yo estaría ahí, jamás dejaría que volviera a dañarla

Me desperté aun sintiéndome agotado, todo este asunto había logrado robarme toda mi energía, pero tenía que solucionar lo de ese maldito y lo de aquella chica que me había disparado, tenía tantas cosas por hacer.

Me levante sin hacer ruido para no despertar a Alex, ella aun necesitaba descansar, me vestí con lo primero que encontré y me dispuse a bajar a comer algo, cuando llegue al comedor ya estaba todos ahí, incluyendo a la mamá de Alex y aunque no la quería ahí no tenia de otra

—Buenos días

—Buenos días hijo — saludo mi madre con una enorme sonrisa en su cara

Mi padre como siempre solo me dedico un asentimiento, mientras miraba algo en el periódico, mi hermana por otro lado, hablaba con el primo de Natasha, lo que más me descolocaba era el hecho de que estaban tomados de las manos y su platica no se notaba muy normal que dijéramos

—Bueno, mi misión aquí ya está hecha, ya cumplí con mi palabra así que es hora de que yo regresé a casa

—Gracias por todo Natasha, aun cuando tú has pagado tu deuda, quien te debe soy yo

—Sobre el asunto de ese sujeto ¿Qué es lo que harás Noa? — esta vez quien hablo fue mi padre

—Morirá como tiene que morir — no pude evitar que esas palabras salieran tan bruscas de mi boca

—Yo no te juzgo, haz lo que tengas que hacer, pero asegúrate de que todas las gentes de ese tipo mueran junto con él

—Eso tenlo por seguro padre

Luego de esa pequeña charla, desayunamos en tranquilidad, estaba esperando a que mi gatita bajara a desayunar, pero eso no paso y comenzaba a preocuparme, pero aun con ese sentir quería darle su espacio...

—Mamá ¿Puedo pedirte un favor?

—Claro hijo

—Te pido que mientras yo estoy con ese tipo, cuides de Alex, necesito que este lejos de esto y que esté tranquila

—Le quieres demasiado ¿Verdad?

—La amo y no voy a permitir que alguien más la vuelva a herir

—Eso lo sé

Deje un beso en la frente de mi mamá y camine hasta estar fuera de la casa, necesitaba despejarme antes de matar a esa basura

Camine por un largo rato poniendo mis ideas en orden, sabía que en cuanto entrara a esa bodega ese sujeto hablaría más de la cuenta y quería tener la cabeza fría.

Camine a paso lento, hacia la bodega, respire hondo antes de entrar

—Salgan todos — ordene con voz autoritaria

Me acerque hasta donde estaba colgado, ese desgraciado y lo mire por largos segundos, camine hasta donde estaba la mesa y tome una cubeta de agua, para lanzársela, necesitaba que despertara

—Despierta bastardo

Poco a poco empezó abrir los ojos, en este momento yo quería ser lo último que viera

—Te sentías muy valiente, aún recuerdo todo lo que le hiciste a Camila, lo que le hiciste a mí a Alex y a mi hijo, vas a pagar por todo eso y mucho más

—Tu noviecita se merecía todo lo que le hicimos y Alex, esa perra ella necesitaba sufrir

Me llene de rabia de inmediato, estampe mi puño en su cara una y otra vez, hasta que escupió sangre

—Sabes que era lo que yo quería de esa mocosa insignificante — no me dejo contestar antes de que empezara hablar — quería que fuera mi mujer y cobrarme todo lo que la perra asquerosa de su madre me hizo, esa maldita me engaño con mi hermano y de esa asquerosa traición nació ella, y no solo ella también esa otra zorra

Cuando dijo eso me quede un poco en estado de shock, ya que cuando la madre de mi Alex había llegado ese día a mi casa, jamás había mencionado a la otra chica

—Se lo que te estas preguntando, cuando Amanda nació, le hice creer a la zorra de su madre que había muerto

Ahora las cosas tenían más sentido, no sé cómo este tipo podía ser tan retorcido, ellas solo eran unas niñas indefensas a las que toda la vida había utilizado y las había lastimado.

—Ahora me pareces aún más despreciable

—La historia aún no termina, cuando Arlissa se marchó, yo fui quien no dejo que se llevara a esa mocosa, las dos se volvieron de mi propiedad, pero sabes me quede con las ganas de hacer mía al Alexia

Tome una de las navajas y se la clave en uno de sus brazos, provocando que gritara, ya no me podía detener, no necesitaba escuchar más.

Lo miraba y no sabía cómo acabar con él, quería provocarle el mayor sufrimiento, pero ya no quería tenerlo delante de mí, no quería que siguiera respirando el mismo aire que mi gatita. Llamé a unos de mis hombres y les pedí que trajeran cal, me deshice de sus pantalones y lo sumergimos ahí, disfrutaba de escucharlo gritar, sentía esa satisfacción dentro de mi

—Esto no es nada a comparación de lo que tú te mereces

Lo apuñale de nueva cuenta y una y otra vez, quizá esto no se comparaba a lo que le había hecho, pero necesitaba acabar pronto, su tan sola presencia me producía nauseas.

Recordaba cada una de las marcas que mi ángel tenía en su cuerpo, así que deseando que sufriera un poco más, comencé hacer los patrones que tan bien tenía grabados en mi mente, me acerque a uno de los hombres que estaba dentro de la bodega y le arrebate su cigarrillo, y me dirigí directamente al hombre que yacía casi sin vida delante de mí, pero aun así seguí suplicando como el cobarde que era

—Recuerdas los gritos de Alex, cuando la torturabas, era solo una niña asustada, y tú te aprovechaste de ella y su dolor.

Seguí torturándolo un poco más, pero sin llegar a matarlo, la cal quemaría su piel, provocando llagas que lo harían sufrir más aun de lo que ya estaba sufriendo, pero pese a eso para mí no era suficiente, jamás lo seria

—Quítenle la ropa y sumérjanlo más, cuando esté muerto, desháganse del cuerpo y busquen a todas sus ratas, no quiero que quede ni uno solo vivo

Salí de la bodega con la ropa y las manos llenas de sangre, necesitaba cambiarme antes de ir a ver a mi mujer y de solucionar lo de su hermana y su madre.

—Alex está desesperada por verte — mi hermana me sonrió

—Solo me daré una ducha y subiré a verla

Me fui directo a uno de los baños y me duché más rápido de lo que alguna vez lo había hecho, necesitaba saber cómo seguía...

Este era un nuevo comienzo para los dos, quizá nuestro pasado nos había marcado, pero ahora teníamos más por delante, amaba a esa mujer y haría todo por sanar sus heridas...

Siempre Serás Tú (De la saga Tu #2)Where stories live. Discover now