Lección Superada

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Cuando los rayos del sol se colaron en la habitación del tutor real lograron que estos llegarán a sus ojos, provocando que despertase después de largas horas durmiendo.

Se hubiera levantado como hace usualmente cuando despierta, pero no pudo cuando lo intentó.

«No puedo moverme.»

Pués claro que no podía, teniendo un perro por la espalda mientras era abrazado por un alto peliblanco. Ahora podría entender a qué se refería el príncipe Kai con "el cielo" cuando estás rodeado de suavidad, era tan cómodo que las ganas de levantarse quedan en sus últimas tareas, pero era una lástima, tenía que salir de ahí.

— Príncipe Kai, es hora de levantarse. – Dijo Heine intentando despertar al príncipe, pero no hubo caso.

«Que extraño... El príncipe Kai tiene muy buenos sentidos y cada vez que duerme en el jardín, si alguien se acerca él despierta inmediatamente. ¿Por qué no despierta ahora?»

— Funi...

«Oh... Ahora comprendo.»

La tranquilidad de aquella habitación fue repentinamente interrumpida por el abrir tremendo de la puerta, dando paso a Leonhard junto con Licht.

— ¡Heine! ¡No podrás creer que soñé ahora! ¡Yo era un árbol y estaba solo en una colina! ¡Y DESPUÉS APARECIÓ UN SEÑOR DE BIGOTE CON UN HACHA!

— Que cosas sueña Príncipe Leonhard. Siempre tiene sueños extraños cada vez que hace su tarea por la tarde, seguro que después de salir de aquí dejó todo para más tarde. – Decía apenas Heine al verse aplastado en el pecho de Kai.

— ¿Oh? Kai-nii está aquí. – Dijo Licht caminando tranquilamente hacia ellos.

— ¿Se quedó a dormir? Y eso que le dije que se fuera pronto anoche. – El príncipe Bruno hizo presencia entrando con libros en sus manos. — Maestro, ya leí todos estos libros, vine a devolvérselos.

— De acuerdo Príncipe Bruno, puede dejarlos donde estaban.

— Por cierto, maestro. ¿Cómo se encuentra?

— Muy bien, mi garganta está como nueva gracias a usted.

— Un halago del maestro... – Emocionado, el príncipe de anteojos sostenía con gran fuerza los libros en su pecho, desprendiendo luces y estrellas a su alrededor.

— Uag, que desagradable.

— ¡Oye, Heine! Yo también te cuide, así que me lo tendrás que agradecer.

— Estoy agradecido. – Respondió el pelirrojo con pereza, dejando a un Leonhard satisfecho.

— A mi me lo agradecería sino fuera porque ocuparon TODO MI TURNO. – Comentó Licht elevando la voz en las últimas palabras.

— Eso es culpa tuya por no saber aprovechar el tiempo en lo que tienes que hacer. – Dijo inmediatamente Bruno.

— ¿Eh? ¿Bruno-nii hizo eso?

— Exactamente.

— Que no te engañe Leonhard, si detengo a Licht es por razones obvias de su irresponsabilidad.

— Y ya empezó con el sermón de siempre. ¡Yo estaba haciendo mi trabajo!

— Príncipes por favor, no peleen aquí.

Pero haciendo caso omiso a las palabras dichas por Heine, Bruno y Licht siguieron discutiendo mientras Leonhard intentaba inútilmente defender a su hermano mayor contra Licht porque ya sabía cómo era ese rubio de cabellos largos.

Heine estuvo varias veces pidiendo que se detuvieran, siendo ignorado olímpicamente. Pero las discusiones pararon de repente cuando una almohada pasó muy rápido por los rostros de los príncipes.

— Chicos, no peleen... O Shadow se enojará. – Interrumpió el príncipe Kai mientras se levantaba.

«Oh, claro. Y ahora despierta.» Pensó Heine de manera sarcástica a la vez que se reincorporaba al verse liberado.

No estamos peleando, Nii-san. Sólo le hago entender a Licht el porque usé su turno para cuidar al maestro ayer.

— Pero Bruno... Tú también usaste mi turno...

— ¡¿Usaste el turno de Kai-nii?! ¡No tienes piedad alguna!

— Bruno-nii...

— ¡No es lo que piensas Leonhard! – siendo Bruno atacado nuevamente, la discusión volvió a surgir.

Soltando un pesado suspiro, el pelirrojo tomó sus anteojos y se levantó dispuesto a asearse, pasando a través de todo ese tumulto entre los príncipes.

— Eres un oportunista de primera, igual a cuando éramos niños. ¡No has cambiado nada!

— Te digo que no fue con mala intención. Además te encantaba entrar a mi cuarto para robar mis lentes y gritar por ahí que te parecías a mi.

— ¡N-no digas eso! ¡Es vergonzoso!

— ¡Oh! Y también mencionar que te creías un sabelotodo.

— ¡Detente!

Licht tomó la misma almohada que había lanzado antes Kai y la arrojó disponiendo fuerza en su tiro hacia Bruno, el cual la esquivó al estar ya acostumbrado a eso. Pero sin embargo...

— Ah. – dijeron todos los hermanos cuando se dieron cuenta que la almohada le golpeó a Heine por detrás de la cabeza.

El silencio reinó en aquel cuarto, los príncipes no se atrevían en abrir la boca porque no sabían cómo reaccionaria el pelirrojo, quién no se había movido ni un centímetro y seguía con la cabeza agachada a causa del impacto de la almohada. Claro que el pánico se creó cuando Heine se giró molesto.

— Lo siento mucho pero, ¿podrían retirarse por favor? Quiero asearme.

— Buu~ no seas aburrido Heine-chan. Estamos entre homb--

Licht aprovechó la última ocurrencia de su cabeza para aligerar la tensión del ambiente. Pero por desgracia no resultó, ya que recibió un almohadazo tan fuerte que lo dejó fuera de discusión.

— ¡Ya largo!

Lesson: To take care of a sick person. [The Royal Tutor]Where stories live. Discover now