22. Necesidad

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LuHan de pronto se sentía bastante nervioso porque iba a conocer a la Sra Kim y la Sra. Kim era importante para SeHun.

La Sra. Kim vivía en un hospital especializado y asilo para personas de la tercera edad ubicado en una buena zona de la ciudad de Seúl. El lugar era grande y bonito, SeHun le explicó un poco que algunos ancianos sin familia eran acogidos y cuidados diligentemente en el lugar, era como una fundación que aceptaba donaciones y cada año hacía diferentes actividades para recaudar fondos en subastas, concursos y hasta trabajos de remodelar o arreglar el lugar—en los cuales SeHun había participa con anterioridad—para una mejor comodidad para los ancianos.

Antes de llegar al lugar, SeHun se había detenido a comprar un gran ramo de tulipanes hermosos y grandes y entonces LuHan pensó que además de lucir demasiado atractivo para él, le conmovía el gesto de gran manera.

Caminaron un par de calles aún en silencio el uno al lado del otro hasta la entrada del asilo, se adentraron y LuHan únicamente se dedicó a seguirlo por pasillos luego de registrarse en la recepción de la entrada hasta que se detuvieron en una habitación en el edificio que servía especialmente como hospital. 

El menor pudo ver a SeHun vacilar frente a la puerta, apretando el tallo de las flores en su puño mientras miraba el número en lo alto hasta que tomó el pomo y lo giró. Cuando entraron LuHan pudo observar un cuarto compartido, lucia amplio pese a todas esas maquinas medicas especializadas, dos camas, dos sillas al lado de las camas, una banca frente a ellas además de un mueble con una televisión en la esquina. Había una ventana al lado de la cama en donde una mujer guardaba. La cama al lado estaba vacía y tendida, el lugar lucia impecable y las paredes blancas le daban mucha luz a la habitación. 

La mujer lucía cabellos casi totalmente canosos, era pequeña y estaba conectada a un tanque de oxigeno además del monitor de su corazón entre otras cosas.

—Buenos días Sra. Kim —Dijo SeHun con cuidado, con la voz más baja de lo normal. 

LuHan vio el momento exacto en el que los labios de la mujer se estiraban en una amplia sonrisa que adornaban todo su rostro en signo de felicidad. La mujer giró un poco su rostro y se acomodó mejor en la cama mientras parecía buscarlo con la mirada. LuHan enseguida se percató de que sus viejos ojos ya no podían ver.

— ¡SeHun! Estás de nuevo aquí  —hablaba de manera aletargada, SeHun se acercó y entonces la Sra. Kim hizo un gesto con la nariz — ¿Flores? ¿Me has traído flores? —dijo sonriente, SeHun sonrió de igual manera. 

—Tus favoritas. 

— ¿Tulipanes? Huelen a ello 

—Sep, los más grandes y blancos que encontré.

—Ow SeHun, muchas gracias, apuesto a que son hermosos.

—Lo son —la mujer sonrió y acarició algunos pétalos mientras SeHun sostenía el ramo, luego de eso el mayor le pasó las flores a LuHan quien se había mantenido al pie de la cama viendo la escena. 

—SeHun, ¿hay alguien más aquí? —el mayor de los chicos sacó las viejas flores de un florero para poner ahí las nuevas, LuHan las llevó hasta ahí para posarlas mientras SeHun desechaba las otras a la basura. 

—Sep, es LuHan. 

— ¡Oh! ¿LuHan tu chico? — LuHan le miró con los ojos bien abiertos al mismo tiempo que SeHun miraba al menor. SeHun carraspeó y se acercó a LuHan. 

—Sep, ese LuHan —la mujer volvió a sonreír y levantó una de sus manos. 

—Chico, ven aquí —el peliblanco miró a SeHun y este asintió, el menor se acercó a la mujer y tomó la arrugada mano que poseía. —Eish tus manos son tan flacas y suaves —dijo la mujer sonriendo con diversión —Apuesto a que eres tal y cual SeHun te describió la ultima vez: Delicado y bonito —LuHan sonrió dándole un suave apretón a la mano de la mujer. 

Contraste「HH」حيث تعيش القصص. اكتشف الآن