¿Contigo? Directo al infierno. (Camren) [PAUSADA]

5. "Pesadilla" y de paseo.

Una de la madrugada. No podía dormir. Las palabras de Camila daban vueltas y vueltas por mi cabeza.

Dos de la madrugada y no conciliaba el sueño. El sonrojamiento en sus mejillas mientras decía que le gustaba Shawm me atormentaba.

Tres de la madrugada y nada todavía. Me llegaron recuerdos de su pasado amoroso.

Flashback

—¡Camz!— me quejé, alejando de mi boca el helado de vainilla —Es tu novio. ¡Debes ir!

Nuestros pies colgaban sobre el aire, y ella movía los suyos de adelante hacia atrás continuamente.

—Tengo once años, los novios no son importantes— respondió Camila, lamiendo su helado sin mucho cuidado. Tenía la comisura de la boca repleta de chocolate.

—Se supone que él te gusta, ¿no?— supuse con el ceño fruncido —Eso lo hace importante. Más que estar aquí comiendo helado conmigo sobre la rama de un árbol.

—Vamos, Lolo— dijo frustrada, mirándome con fastidio —Por supuesto que no me gusta— eso me tomó por sorpresa.

—¿Y por qué estás con él?— cuestioné completamente confundida.

—Porque él me lo pidió— sonrió Camila inocentemente.

No la entendía.

—¿Aceptarías a cualquiera que te pidiera ser su novia?

—No— negó ofendida y con una ceja elevada —Tiene que ser lindo— me guiñó el ojo, volviendo a llevarse el postre hacia los labios antes de finalizar su frase —Y Austin pasó ese test.

—Entonces dale algo de atención por lo menos hoy. Es su cumpleaños. Nunca estás con él porque siempre inventas excusas— di una rápida lamida a mi helado. Se comenzaba a resbalar chocolate por el cono conforme se derretía.

—Ya le dije que no podía ir porque tenía algo importante que hacer— soltó una risita. La miré con reproche pero ella lo ignoró y dirigió su vista al frente, hacia la ciudad.

—Camila, estás aquí conmigo sin hacer nada sino comer.

—Exacto— finalizó mi mejor amiga, sus ojos fijos en el sol que comenzaba a ocultarse en el horizonte. El color naranja reinaba en el cielo.

—Debe estar triste. ¡Su novia no va a su fiesta de cumpleaños!— intenté hacerla sentirse culpable.

En esa época me preocupaba Camila fuese tan irresponsable con sus relaciones que no duraban absolutamente nada. Si acaso dos semanas. Austin era el sexto novio del año y apenas estábamos en mayo.

Temía que al crecer se convirtiera en una mujer que andaba con muchos hombres y se terminara por olvidar de mí. Me parecía mejor que tuviese un sólo novio fijo, así no compartiría su atención en tantas partes. Uno es menor competencia que seis. Necesitaba que ella se decidiera en vez de turnarse para salir con ellos. El temor de convertirme en una persona en segundo plano era muy grande, por lo que Camila debía enamorarse de alguno y jamás lo haría si no pasaba tiempo con ellos.