Capítulo V

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-donde lo dejamos-

-Señorita. Usted es perfecta para ser mi modelo para mi desfile de bañadores.-sentencio sin preguntar a la morena si quería participar en un desfile de bañadores.

Todos los miembros de Sombreros de Paja no entendieron a lo que se refería ese personaje tan extraño pero que le recordaban un montón a Bartolomeo.

El hombre se acercó como un torbellino alrededor de un montón de corazón, estilo Sanji enamoradizo. Se arrodillo delante de ella y de un Zoro apunto de desvainar a Wado para cortarlo en pedacitos, su mirada sangrienta demostraba sus intenciones.

-Por favor, señorita, usted es perfecta. - sus ojos se transformaron en dos corazones, ahora quien quería cortarle las manos eran Sanji y Zoro, por una vez lucharían por algo común.

-Yo-ella no sabía que decir la verdad, desde que había pisado esta isla no sabía qué hacer, y más que Zoro que le rompía los esquemas.

El hombre desconocido la agarro de la mano atrayéndola hacia él y obligarla a dar una vuelta a sí misma y cogiéndola de la cintura obligándola a que se inclinase, como si fuera un baile. Zoro protesto por el atrevimiento de ese pervertido, por atreverse a tocar a suque eran realmente, porque con todo lo que ha ocurrido, tampoco aseguraba de que eran nakamas porque había tenido más de dos oportunidades para besarla y confesarse, pero lo más importante es que el juego estaba muy reñido.

-Eres la viva imagen de una Diosa. -la acerco mas a ella como si intentara besarla alarmando al peliverde. Al ver peligro, porque notaba que ese chico había química con ella, tenía que estar ciego para no verlo y más al presenciar esa escena tan romántica, pero a él no le importaba en absoluto ellacomo decirlobueno sigamos. Antes de que Zoro le pusiera un dedo encimas la lanzo dando vueltas sobre sí misma cayendo en los brazos del peliverde. Al parecer sus brazos para ella era un imán y ella era un metal. Los dos se sonrojaron pero no se separaron apartaron la mirada. -Perdón por no presentarme. Me llamo Leonardo, un placer.-le beso la mano a la morena aun abrazada al peliverde.

-Zoro-llamo la atención Nami consiguiendo que los dos dirigieran la mirada a ella.-Podrías liberar a mi mejor amiga. -sonrió con picardía, se vengaría por todos los chantaje del peliverde.

-Maldito Marimo. Suelta a mi Robin-chwan.- grito Sanji lanzándose hacia el empezando una palea como siempre.

-Fufufu.-rio la morena al cómico momento.

-¡OOOOH!-gritaron los fanes masculinos de Robin, desmayándose con los ojos de corazones.

-Lo ves señorita. Es usted perfecta para mi desfile. -insistió el artista apunto de desmayarse.

-No sé. ¿Por qué no lo haces tú navegante?-pregunto para poder librarse de ese chico que vestía más raro que Bon Clay, es decir, Mr. 2.

-¡NOOOO!¡ USTED ES MAS HERMOSA QUE ESA PELIROJA DE TRES A CUARTAS!-grito como si le acabaran de disparar y gritara de dolor. (No me he querido meter con Nami, ella es muy guapa)

-¡¡OYE!!-protesto apunto de golpearle si no fuera por el capitán, es decir, su novio que le agarraba de los brazos para no lanzase hacia él.

-Pero-no sabía que decir y más cuando él le apretaba más la manos y le rogaba entre lágrimas.

-Por favor. La modelo principal se ha marchado por varios motivos...por favor necesito una diosa para desfilar con León Mark.

-¿Has dicho León Mark?-pregunto Nami con los ojos de forma de destellos olvidando de que hace unos segundos la acababa de llamar fea.

-Si él mismo.

-¡¡AAAH!!-grito como si fuera una fan.-Tía, tienes que aceptar es el hombre más sexy del mundo.- de la nada saco una revista donde salía un montón de fotos del nombrado provocando que los dos chicos, Zoro y Luffy, sintieran en su pecho un punzada poniendo alerta sus sentidos, tanto que Zoro recibió una patada en la cara por parte de Sanji. Aún seguían peleando. Ella no mostro ni el mínimo interés, solo tenía ojos para él, aunque él lo tuviera en otra. -Anda, por lo menos hazlo por mí que quiero conocerle.-hizo un puchero que le fue imposible negarse.

 ‼️Que empiece el juego.‼️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora