Capítulo 1

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23/06/2017

Holi! :D jajajaja, no saben la felicidad tan grande que siento de que por fin haya llegado este día :3 Me da mucho gusto volver a las andadas despues de meses de haber terminado de escribir esta tan esperada tercera parte y poder compartir con ustedes, no saben cuanto lo he esperado :3

Antes de dejarlas con el capitulo quisiera darles las gracias por todo ese amor y ese apoyo que me han mostrado mediante reviews y mensajes por Facebook. Muchas gracias y espero con todo mi corazón que les guste el desenlace de esta historia que tanto gusto me dio escribir.

Besitos! Nos leemos cuando nos leamos :v ¿como lógico, verdad? jajajaja :v

— Por fin, por fin las he encontrado.

— Señor, —le preguntó un muy concentrado Taiki que dejó de limpiar su arma, pues sus palabras, lo habían inquietado— ¿de qué está hablando?

Darien estaba feliz, feliz porque después de más de un año y medio de buscarlas, de gastar una gran cantidad de dinero en investigadores privados y más, las había hallado. Con una gran sonrisa en ese bello rostro con el que Dios lo había bendecido (o maldecido, muchas veces el pobre y acosado de Darien no sabía qué era) colgó la llamada, se levantó de su silla, y fue hacia donde estaba Taiki para decirle...

— Las encontré, Taiki, a todas ellas.

— Espere, espere un momento. — Dejó el arma sobre la mesa y levantándose igualmente, volvió a preguntarle, pues no podía creer lo que Darien le decía...— ¿No estará hablando de Serena y las demás, verdad? ¿No me diga que por fin...?

— Sí, ¡Sí, Taiki!

Posó ambas manos sobre los preocupados hombros de Taiki.

— ¡Por fin las encontré! Me acaba de llamar Taisho a decirme que...

— ¿Taisho? — Levantó Taiki una ceja con preocupación— ¿Ese no es el japonés con el que usted una vez...?

— El mismo. Taisho me acaba de llamar a decirme que me tiene toda, toda la información que le pedí. Taiki, nos vamos mañana mismo para Japón; no, que mañana, vámonos que sí podemos dejar todo arreglado hoy, nos vamos hoy mismo.

— Señor, espere un momento; es que de verdad no entiendo. ¿Cómo es eso de que usted habló con Taisho, con nada y nada menos que Sesshomaru Taisho, y le pidió información de las muchachas? ¿Usted cuándo hizo eso y mejor, a qué horas que ninguno de nosotros se dio cuenta?

— Ah, sí, verás. Hace como un mes, recordé que...

Darien, con una impecable sonrisa en el rostro, una que no podía borrar porque la alegría que le daba al fin haber encontrado a Serena y más, a su hija y a las demás, no se la había dado nada más hasta ese momento, sonrió ampliamente. Sonriente, sonriente y tan elegantemente vestido (como siempre) volvió a tomar asiento y le explicó a Taiki qué era lo que había hecho y cómo lo había hecho. Sentado, después de cruzar una pierna y despejando su escritorio con todos los documentos que ahí había, le contó que un día y cansado de pagar detectives privados y sin ningún resultado, recordó que uno de sus clientes era japonés y decidió llamarlo. Le dijo, con mucha tranquilidad, que le pidió a Sesshomaru que averiguara por el paradero de su mujer, de su hija y de sus amigas, a cambio de un fuerte cargamento de anfetaminas.

— ¿No me diga que ese fue el cargamento que despachamos hace como dos semanas?

Darien asintió.

— Pero, señor, ¿usted sabe lo que va a decir su hermana cuando se entere de que usted...?

— Es que ese es el asunto, Taiki. — Su semblante cambió de relajado a preocupado en un instante— Eso es precisamente lo que me preocupa, Hotaru. Fue por eso que no les dije nada ni a ti ni a los muchachos. Tenía que guardar discreción porque Hotaru, es decir, Saturn, es más peligrosa de lo que pensaba.... No puedo creer que mi hermana, que mi hermana menor, sea una persona tan...Tan...

El Caballero de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora