Capítulo 7

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10/07/2017

Holi! Muy buenas, lo que sea, y no se imaginan el sueño que tengo :'( es que esto de trasnochar uno cree que es facil pero no, olvidenlo :v jajaja. Un abrazo grande y como ando medio zombie, hasta aqui el saludo por el día de hoy. Besos! Nos leemos.


Una semana se fue volando y ahí estaba Serena, en un bellísimo vestido blanco entallado en la cintura y descubierto en los hombros, de sandalias doradas y con el cabello recogido en una horquilla, en aquel taxi con Mina, Yaten junior y Usagi, muy cerca del aeropuerto para eso, para recogerlos.

Y mientras intentaban contener a ese par de bebés, recibió una llamada, la de siempre, la que esperaba con ansias desde que se despertaba cada mañana...

— ¡Mi amor! Hola, mi amor, ¿Cómo estás?

Extrañándote, extrañándote mucho, mi seductor ángel de ojos celestes...

— Darien...— Reía Serena mientras se sonrojaba— No digas eso que, además, no creo que tú me puedas extrañar más a mí de lo que te extraño yo a ti...

No hagas eso.

Se levantó de aquella silla de madera tallada, de una de las sillas en las que se encontraba sentado en su estudio, y sonrió mientras miraba con detenimiento su retrato, el cuadro que había mandado hacer de ella.

No me digas esas cosas que sería capaz de mandar todo, absolutamente todo, al carajo para regresar, para poder estar contigo y con Usagi.

— ¿Cómo van las cosas con Diamante?

Bien; demasiado bien, diría yo. Sus abogados y los míos van a reunirse mañana muy temprano en la mañana para empezar a redactar todos los documentos que se necesitan para que sea un hecho.

— ¿Y tu hermana? ¿Ella ya lo sabe?

No, no pero no creo que le interese mucho. Ya ves que por andar detrás del estúpido de Zafiro...

— ¿Y no te preocupa que, bueno, que tu hermana este de amante de ese imbécil? Recuerda que ese degenerado es un...

Eso es problema de ella, no mío, mi amor. — Sonrió con gusto, le encantaba llamarla así— ¿Ella no hizo hasta lo imposible para meterme en este maldito negocio y peor, para alejarme de ti y de mi hija? Pues lo siento mucho por ella, porque es la única hermana que me queda, pero si ella quiere correr ese riesgo sin necesidad es su problema, de nadie más.

— Pues sí, me cae que hasta razón tienes. ¿Tú no te cansas de tener siempre la razón?

Rieron por igual.

No, la verdad no pero bueno, esposa mía, ¿tú dónde estás? ¿Luego, luego decidiste ir con Mina y los niños al aeropuerto a recogerlos?

— Sí, y estamos a muy poco de llegar. Voy a tener que cortar porque...

No debiste haber ido con Mina y con los niños hasta por allá, Serena, me cae que no sé quién es más terco, si tú o yo. — Reía Darien mientras Yaten y Taiki llegaban a su estudio, reía muy alegre mientras ellos se sentaban a esperar ordenes de él— Debiste dejar que Sesshomaru...

— Que te hayas vuelto íntimo amigo de unos de los traficantes de droga más respetados de todo Japón, mi amor, no quiere decir que yo vaya a depender de ese señor para todo. Olvídalo Darien, creo que es suficiente con nos esté prestando seguridad a mí, a las muchachas y sobre todo a los niños. Eres un sobreprotector de tiempo completo.

El Caballero de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora