Capitulo 5

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A pesar de haber estacionado a unas cuantas cuadras del boliche, en el lugar en el que se bajaron del auto aún había grupos de jóvenes vestidos para salir.

Se abrieron paso entre la multitud que se abalanzaba sobre la entrada y le mostraron sus documentos al guardia de seguridad, quien con una sonrisa las dejo pasar.

Naty rememoro sus épocas de adolescente, en las que tantas veces se había colado en los clubes robando la identidad de un mayor de edad. Noches memorables aquellas, en las que tuviera sus primeras borracheras y experiencias sexuales. Intentó quitarse de la mente el recuerdo de pasarla bien con Seb y se concentró en su objetivo: ahogar la bronca que le daba la certeza de la imposibilidad de su amor en alcohol.

La música de moda que ella tanto detestaba sonaba a todo volumen, haciéndole doler los oídos. A su alrededor, todos bailaban como hipnotizados por el ritmo de aquellas pateticas canciones. Vio como algunas mujeres se movían encima de los parlantes. Otras, les bailaban a los hombres.

Escenario más machista, imposible.

Se recordó que no tenía que pensar en eso. Además, insultar a esas chicas era como insultarse a sí misma. Aquella noche eran ellas, así como lo había sido Naty en reiteradas ocasiones cuando no pasaba los veinte.

Se dirigieron a la barra, donde Lena ordenó shots de tequila.

—¡Por seguir solteras!— exclamó, y se bebió todo el líquido de un sólo trago.

Naty la imito y pronto sintió como el líquido amargo bajaba quemandole la garganta. No acostumbraba tomar bebidas tan fuertes, pero no le importó.

—¿Ya tan temprano dándole al tequila?— nos dijo un hombre de barba, algo mayor que nosotras, que se había puesto a nuestro lado en la barra.

—Vinimos porque mi amiga— le respondió Lena señalando a Naty— Necesita superar a alguien

—Yo te puedo ayudar con eso, si querés— soltó, esta vez dirigiéndose a la morocha

—No, gracias— lo detuvo Naty antes de que el asunto pasara a mayores

Ni conocía al tipo y su aspecto no le agradaba mucho. Quería divertirse y olvidarse de su crush, pero tampoco correr el riesgo de contagiarse una ETS* de un extraño.

El hombre no perdió el tiempo e intentó coquetearle a Lena, quien sí le siguió el juego. Se alejaron un poco y ordenaron más tragos.

—Hola— un joven que había emergido de detrás del pretendiente de su amiga la estaba saludando

—Hola— contestó ella— ¿Viniste con él?

Le señaló al hombre que, ahora, se encontraba besando a su amiga a pocos metros de ellos.

—Si— admitió riendo— Supongo que vos estás con ella

—Si si

Se hizo un silencio incomodo no muy silencioso, puesto que la música no dejaba de sonar de fondo.

—¿Querés tomar algo?— se animó a invitarlo Naty

Después de todo, no tenía nada que perder con ese chico que parecía mucho más educado que su amigo.

Pidieron sus bebidas y se quedaron hablando.

Se llamaba Manuel y estaba por recibirse de Ingeniero. Hablaron casi de cualquier tema: estudios, trabajo, amigos. Los tragos pasaban por la garganta de Naty como si fueran caramelos.

De pronto, él le tiró la boca. Ella no dudó en corresponderle el beso, que se fue haciendo más y más apasionado. Las manos del chico bajaron hasta tocar su trasero.

El ladrón de mejores amigos (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora