El príncipe y el pintor || Golddy

01

—Su señoría, su hijo está a punto de cumplir la mayoría de edad, es tiempo de que despose a alguna joven del reino si quiere tener herederos al trono— decía el consejero del rey el cual miraba algo preocupado a su soberano líder, el cual se podía notar, ya estaba en sus últimos años de rey.

—Lo sé Jeffrey, lo sé, mi querido hijo deberá heredar estas hermosas tierras, y no me gustaría verlo regir solo el reino, quiero que tenga a alguien que se preocupe por él, que no dude en protegerlo, que le sea fiel, y que lo ame con todo su corazón, tal como yo con mi querida y difunta Alicia—Decía el rey con un poco de tristeza en sus palabras mientras miraba una pintura enorme que colgaba de una pared de la habitación donde se apreciaban al rey en sus años jóvenes, era de cabellera rubia clara, como la crema, ojos azules y una sonrisa encantadora estaba en su rostro, mientras a su lado se encontraba una mujer de cabellera castaña y ojos grises con una sonrisa que emanaba tranquilidad y mirada firme, mientras entre sus brazos se encontraba su querido hijo que había heredado de su padre el cabello color dorado y de su madre sus hermosos ojos.

—Mi rey, tal como usted dijo, debemos comenzar a buscar una candidata digna de ser esposa de nuestro querido príncipe—Comento el joven consejero del rey despertándolo de sus pensamientos mientras miraba una lista larga que sobraba rodando por el suelo —Por eso me eh tomado la libertad de buscar a todas las jóvenes del reino que posean desde los dieciséis hasta los diecinueve años de edad—Decía mientras leía la lista—Tengo pensado en reunir cinco doncellas cada día distinto, y que conozcan al príncipe personalmente, conversen, y si hay suerte, el joven Golden encontrará a su futura esposa entre todas estas hermosas candidatas—Terminó por decir el consejero mirando a su querido rey esperando que aceptara la idea de él.

—Me parece bien—Dijo el rey levantándose de su trono —Encárgate de todo Jeffrey—Decía caminando el rey hacía afuera —Pero— hizo una pausa —Si fallas en la tarea de encontrarle esposa a mi querido hijo— Volteo mirando a su consejero —Iras a la guillotina, sin peros— Dijo el rey saliendo de aquella sala. Haciendo que el peli rosa sacara un pañuelo blanco y se limpiará su frente llena de sudor.

—¿En qué lío me eh metido? — Decía algo temeroso aquel hombre de cabellera rosa.

...

En los jardines del gran palacio se encontraba un joven de cabellera rubia entrenando con su compañero y mejor amigo, ambos movían sus espadas firmemente mientras batían un duelo amistoso, cuando por fin el joven venció al príncipe, lo ayudo a levantarse.

—Debería practicar más alteza— dijo el otro joven que también poseía una cabellera rubia parecida a la del príncipe, solo que de un amarillo más oscuro.

—Spring, sabes mejor que nadie que puedes llamarme Golden—Decía aquel príncipe mientras limpiaba el sudor de su frente con la manga de su camisa.

—Lo siento Golden— rió levemente su amigo —¿Sigues queriendo acompañarme hoy al lugar del que te hable? — pregunto guardando su espada y mirando al príncipe esperando una respuesta.

—¡Claro que quiero ir! —Exclamo alegre el príncipe —¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando a que alguien me ayude a salir de este lugar, por lo menos una vez? — Dijo mirando a su amigo —Bastante— rió un poco el príncipe —Y no planeo arrepentirme Springtrap— decía decidido el príncipe con una sonrisa.

—Está bien, pasaré por ti en la noche, ahora debo ir a comprar unas cosas al pueblo—Dijo el mejor amigo del príncipe tomando sus cosas del suelo.

—¿Sigues con tus inventos? — Pregunto Golden curioso.

—Así es, estoy cerca de reparar el reloj que encontré el otro día, solo me faltan unas piezas y estará en funcionamiento de nuevo— dijo con una alegre sonrisa el joven —Bien, recuerda, te esperaré en los establos esta noche— dijo mientras corría fuera del palacio.

—Adiós Spring— decía sacudiendo su mano en señal de despedida el joven príncipe mirando a su mejor amigo irse —Hoy saldré, y nada podrá evitarlo— dijo sonriendo para si mismo mirando su reflejo en su espada.